viernes, 27 de julio de 2012





ESTAMOS PROGRAMADOS

El premio Nobel Francis H.C. Crick, bioquímico ingles, que en 1953 descubrió la estructura del acido desoxirribonucleico (ADN), adopto a finales de 1981 una postura sorprendente: armo que en sus orígenes nuestra especie fue creada por una supercivilizacion galáctica.

Cuando el sistema solar estaba empezando a conjurarsedice en alguna parte de la galaxia existía una civilización que debía hallarse en el grado.de progreso en que nosotros nos encontramos ahora, aproximadamente.

Esos seres, bastante parecidos a nosotros, indudablemente, comenzaban a trabajar con la vida.

Un James Watson y un Crick extraterrestres habían descubierto la estructura del ADN. Otros, explotando sus trabajos, habían empezado a crear microorganismos, del mismo modo que nosotros, hoy, \sintetizamos" las primeras bacterias en probetas.

Esos seres descubrieron nuestro mundo en formación. Entonces se embarcaron en una experiencia que hoy nos parece imposible, pero que, dentro de unas decenas de años, estaremos nosotros mismos en condiciones de emprender: crear la vida inteligente. No exactamente igual que el Dios de la Biblia,

que bajó a la Tierra an de modelar un poco de barro para formar a Adán, pero casi. Ellos hicieron que, en ese barro original, se pudiera sembrar una bacteria (u otro microorganismo), programado de tal forma que, al cabo de varias decenas de miles de años, desembocara en nosotros.

Esos seres sembraron la Tierra igual que nosotros sembraremos quizá mañana un mundo lejano, todas cuyas probabilidades de llevar a la vida a su término más elevado, la inteligencia, estarán determinadas de antemano por nosotros.

En su libro Life itself (La vida misma) Francis H.C. Crick expone todos los argumentos de su tesis.

>UN SIMPLE EXPERIMENTO?

Pero también podríamos ser un simple experimento. Imaginemos que una Supercivilización que todavía existe en algún punto de la galaxia, o incluso fuera de ella, decidiera, por ejemplo, hace algunos millones de años, crearnos a plazo. Para ella, el tiempo no cuenta. Cuando criamos un ganado que,vive solo unos cuantos años, o simples bacterias en un tubo de ensayo, >pensamos ni por un momento que, para esos microorganismos, nosotros somos prácticamente inmortales?

Crick confiesa que esta última idea es de los soviéticos. En efecto, la tesis de una siembra de la Tierra desde una galaxia cobró forma en el Congreso Internacional de Byurakan, en 1971. Especialistas como Vsevolod Troitsky, de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, emitieron allí la teoría de que la Tierra podría ser un campo de experimentación para seres superiores, con los cuales no hay ni que pensar en ponerse en contacto, porque van muy por delante de nosotros. Entonces,

VIDA POR DOQUIER

Casi simultaneamente con la publicacion de la obra de Crick, el profesor de

matematicas aplicadas y astronomía en el University College de Cardi, en el País de Gales, y director del Instituto de Estudios Fundamentales de Sri Lanka, Nalin Chandra Wickramasinghe, public_o sendos libros escritos en colaboración con el astrónomo Sir Fred Hoyle, y titulados Space TraveIlers: the Bringers of Life (Viajeros del espacio: los que trajeron la vida) y Evolution from Space (La evolución desde el espacio), respectivamente.

De la lectura de ambos libros, así__ como de las manifestaciones de otros

científicos que investigan la existencia de formas de vida en el universo, se deduce claramente
no sólo como reflexión o lógica, sino decididamente como resultado de comprobaciones puntuales
que la vida no es una prerrogativa del planeta Tierra que habitamos, sino que sus bases se hallan repartidas por doquier en la vasta inmensidad del universo.

De forma que la carnación del premio Nobel Francis H.C. Crick, descubridor como dije de la estructura del ADN, en el sentido de que una super civilización galáctica nos creó en un pasado remoto, no carecen de base lógica. Nuestra creación fue, en su opinión recuerdo una fabricación programada.

EL MUÑECO HUMANO

Exactamente de esta fabricación programada a la que aluden algunos científicos de avance, nos hablan también las tradiciones más antiguas del planeta, que quedan perfectamente reflejadas en el legado sagrado de los indios quiches, de la gran familia maya. Cuando el planeta Tierra aún no se había solidificado,

y antes de poblarlo por tanto el ser humano, ya estaban ahí los constructores, los fabricadores, los poderosos del cielo. Con esta carnación, el Popol-Vuh, el libro del Consejo de los quiches, está en línea con las carnaciones de Francis H.C. Crick:

Solamente el agua limitada, solamente la mar tranquila, sola, limitada. Nada existía. Solamente la inmovilidad, el silencio, en las tinieblas, en la noche. Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, los Procreadores, los

Engendradores, estaban sobre el agua, la luz esparcida.;

Así reza el Popol-Vuh, que además nos cuenta como los Dominadores construyeron al ser humano, al hombre, para que este les adorara y les invocara,

ya que sin este detalle de vanidad su creación, su fabricación, no resultaba completa y, más aun, carecía de sentido. Esta necesaria adoración se repite en las tradiciones religiosas más antiguas de numerosas comunidades humanas.

>Cabe pensar acaso que la energía que emitimos durante semejantes actos de adoración sirve de nutrición a quienes presumiblemente nos diseñaron?

Es tiempo de concentrarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorado_, arma el Popol-Vuh. Narra este mismo `libro del Consejo' que el primer muñeco formado con tal _calidad no hablaba, por lo cual no los invocaba, motivo por el que fue destruido: No tenían ni ingenio ni sabiduría

a, ningún recuerdo de sus Constructores, de sus Formadores; andaban, caminaban sin objeto. No se acordaban de los Espíritus del Cielo; por eso decayeron. Solamente un ensayo, solamente una tentativa de Humanidad.

La imperfección de este primer intento de biorrobot provocó su destrucción por medio del agua, del diluvio: _Entonces fue hinchada la inundación por los Espíritus del Cielo, una gran __inundación fue hecha, llego por encima de las cabezas de aquellos maniquies.

CON LA MENTE FRENADA

Al segundo intento, les salió un hombre tan inteligente y de tan perfecta

comprensión, que temieron que supiera y viera demasiado, lo que no les convenía a Los de la Construcción, a los Poderosos del Cielo:

_\No está bien lo que dicen nuestros construidos, nuestros formados.

Lo conocen todo, lo grande, lo pequeño, dijeron. Por lo tanto, celebraron consejo. >Como obraremos ahora para con ellos?

está bien lo que dicen! >No se llaman solamente Construidos, Formados?

Serán como dioses, sino engendran, si no se propagan, cuando se haga la germinación, cuando exista el alba; solos, no se multiplican. Que eso sea.

Solamente deshagamos un poco lo que quisimos que fuesen; no está bien

lo que decimos. >Se igualaran a aquellos que los han hecho, a aquellos

cuya ciencia se extiende a lo lejos, a aquellos que todo lo ven?", fue dicho

por los Espíritus del Cielo, Dominadores, Poderosos del Cielo. As__ hablaron cuando rehicieron al ser de su construcción, de su formación. Entonces fueron petrificados los ojos por los Espíritus del Cielo, lo que los velo como el aliento sobre la faz de un espejo; los ojos se turbaron; no vieron más que lo próximo, esto sólo fue claro. As__ fue perdida la Sabiduría y toda la Ciencia de los cuatro

hombres, su principio, su comienzo. Así primeramente fueron construidos,

fueron formados, nuestros abuelos, nuestros padres.

De esta forma, para evitar que supiera y que viera demasiado, se corrigió

a este segundo prototipo de hombre, para conformar definitivamente a la raza humana actual, previo ajuste de clavijas y recorte de su capacidad de comprensión. Así, no se nos concedió más que una mínima parte del saber. >No

nos están conreando las más avanzadas investigaciones de las potencialidades

de nuestra mente que solamente estamos usando aproximadamente un

10% del total de nuestras posibilidades? O sea, solamente una mínima parte del saber que nos corresponde de acuerdo con nuestro plan de fabricación original.

Sorprendentemente, exactamente lo mismo le con_rma Gabriel al contactado

Mahoma, amén de darle un símil minúsculo que acaso pueda hacerme alusión al microorganismo que menciona Francis H.C. Crick, al hacer referencia al origen del ser humano: _

Dadivoso que ha ensenado a escribir con el cálamo: ha enseñado al hombre malo que no sabía.

Pero, aparte de enseñarnos lo que no sabíamos, el Dadivoso también recalca en el mismo Corán algo bastante más grave y que enlaza con el

Popol-Vuh mesoamericano: No se os ha concedido más que una mínima parte del saber._

LA MAQUINA HUMANA

De acuerdo con todo lo expuesto, puede concluirse
al menos como hipótesis


que una súper civilización cósmica recurrió a la ingeniería genética para dar origen al ser humano: a nosotros. Pero, >es posible concebir el organismo humano
aquí no entraremos en la discusión de la parte espiritual, anmica o energética de nuestras personalidades, que ocupa este organismo durante

el lapso de tiempo de cada una de nuestras vidas individualizadas
como una fabricación, entendiendo esta fabricación en el sentido más amplio de la palabra, y no como una autentica creación, sino como manipulación de

los elementos disponibles?

Si echamos una vez mas una ojeada a la ciencia de avance, veremos que efectivamente, es posible. Solamente hay que tener presentes los progresos que se están realizando en los campos por ejemplo de la biónica
pronto no habrá prácticamente ningún órgano o parte del cuerpo humano que no

pueda reemplazarse por un sofisticado dispositivo de recambio (actualmente se producen en Utah, en los Estados Unidos, más de dos millones de unidades

de más de mil recambios para el cuerpo del ser humano)
y de los biochips,

que permiten construir ordenadores con la misma materia de la que está hecho el cerebro humano.

No debe perderse de vista que nuestro cerebro es una compleja computadora

biológica que recibe informaciones a través de los órganos sensoriales

de nuestro cuerpo físico, como también los recibe por vía paranormal, sin

intervención de estos _órganos sensoriales. A base de estas informaciones recibidas

y debidamente codificadas, el cerebro elabora planes de actuación y

envía las _órdenes de reacción precisas para cada situación a los respectivos

_departamentos de nuestro cuerpo. Nuestro cerebro es, así, la computadora

que actúa a modo de centro de control de nuestro cuerpo. Y este se atiene

a unas leyes y normas constantes en cuanto a composición, estructuración,reacciones, posibilidades de acción y vulnerabilidad.

MANIPULACIONES GENETICAS

No es por otra parte ningún secreto el hecho de que sirviéndose de los _ácidos

nucleicos y de su función como portadores de información
los genetistas

están desde hace años investigando la forma de manipular las cadenas de

ADN con el objeto de imbuir en los caracteres hereditarios y así moldear a

los seres vivos a su voluntad. Todo ello
que no es posible detallar en este

breve espacio, pero que sí lo hago en mi libro El muñeco humano (Ediciones Kaydeda, Madrid)
conduce indefectiblemente a que en un futuro más o menos lejano se pueda diseñar y fabricar un ordenador capaz de copiarse, de reproducirse a sí_ mismo a su imagen y semejanza. Puesto que no hará otra cosa que atenerse a la constante vital basada en la doble espiral del ADN.

Las posibilidades que se abren en el campo de la biónica y del ordenador biológico, nos llevan a la ineludible regresión de que, si todo esto lo estamos intuyendo y ensayando nosotros ahora, y lo llevaremos a la practica en un futuro más o menos lejano, pero no inexistente, es fácil suponer que una civilización cósmica muchísimo más desarrollada tecnológicamente que nosotros,

haya logrado en el pasado el modelo más avanzado: el biorobot superautom ático e independizado, construido o criado a imagen y semejanza de los propios fabricadores. Este modelo somos nosotros mismos. Las carnaciones de Francis H.C. Crick y el conocimiento del Popol-Vuh, o sea la ciencia de avance y las más antiguas tradiciones del planeta estarían en lo cierto:

Alguien programo nuestra fabricación en algún lejano momento del pasado.

Lo más grave de esta situación es que este alguien, precisamente por ser

nuestro fabricador, puede seguirnos controlando a voluntad. A la suya, que

no es necesariamente la nuestra.

c Andreas FABER-KAISER, 1989



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