lunes, 7 de marzo de 2011


INFORME SOBRE EL EXTRAÑO FENOMENO DE SUPUESTA CURACIÓN ANIMAL:


Hacia mediados de Agosto del pasado 1996, unos vecinos les regalaron unos hermosos polluelos a mis abuelos, que muy gustosamente acomodaron en una barraca.
Al cabo de unas semanas, uno de los polluelos enfermó durante algunos días hasta morir. Ya en Septiembre, cuando ya eran mayores, otro segundo polluelo enfermó de tal manera que yacía acurrucado en el suelo sin sostenerse de pie…
Pequeños espasmos de dolor, con los ojos medios cerrados…
Estaba literalmente a las puertas de la muerte y mi abuelo ya estaba pensando en cavar un agujero no muy lejos del huerto para enterrarlo al día siguiente.
Mi abuelo apunto que seguramente debía de haber contraído algún virus o enfermedad.
Cuando ya me disponía a irme, se me paso por la cabeza de intentar poner a prueba algo en lo que yo siempre había creído; el poder de la energía espiritual…
Hacía ya tiempo que yo estaba pensando por unos momentos realmente difíciles a nivel personal, conflictos internos, y gran ansiedad psíquica debido a que mi vida no se perfilaba en ningún área, ni amorosa ni económica ni laboral…
Hacía unos días que, desanimado y hundido invoqué a las fuerzas de la luz llamados espíritus o seres de luz, para que me dieran una prueba irrefutable de que mi vida sería algún día provechosa y digna de mi satisfacción.
Ese día, y en esta circunstancia al ver a ese desvalido animalito agonizante, sentí que era el momento de poner a prueba el poder que según algunos videntes afirman, yo poseo para curar.
Así que le dije a mi abuelo que me dejara un rato a solas con el animalito que ya estaba retirado del resto en otra estancia contigua.
Abrí la portezuela y me acerqué a él. Permanecía inmóvil, estaba aplastado el suelo como una hoja seca. Abría y cerraba los ojos con debilidad, como si fuera a fallecer en cualquier momento.
Pase mi mano en cima de una de sus alas y pedí a los seres de luz que me dieran energía cósmica en la mano para poderla canalizar al animal y revitalizarlo…
Lo repetí v arias veces; “En el nombre de DIOS todo          poderoso que haces posible lo imposible, dale la vida a esta pobre criatura, no permitas que muera, devuélvele la vida que se merece, hasta que llegue su momento definitivo…
¡Fuerzas de la luz, dadme el poder para sanar. Vamos, vamos… ¡Que la fuerza cósmica por mi mano y salve a este animal!”
Luego, mientras mi abuelo me iba escuchando a lo lejos estaba regando con una manguera, y se me ocurrió llenar las palmas de mis manos de agua para energizarla” y magnetizarla Y magnetizarla. La verdecí en nombre de Dios, y se la eché poco a poco en cima de sus plumas. Luego con los dedos mojados le salpiqué las alas con estas palabras; “¡Sánate, sánate!... Mañana ya estarás curado…”
Finalmente agradecí a las fuerzas del bien por apoyarme y escucharme y cerré la portezuela. Me acerqué a mi abuelo y le dije; “Quizás mañana aun sobreviva… Creo que puedo curarle… ”con lo cual me contestó; “Casi sería un milagro…” y se alejó con aires de ironía, riéndose un poco de mi esperanzadora frase…
Antes de irme, me acerqué por última vez para ver como estaba. Seguía inmóvil, de tanto en tanto soltando espasmos… En voz baja dije; Si soy capaz de curar a este animal, es que también puedo curar a personas… Si es así, hermanos de LUZ, que mañana se levante y empiece a reponerse…”
Asimismo, si se cura, que sea esta la prueba inequívoca de que realmente puedo conseguir lo que busco en la vida…”
A la mañana siguiente, ya ni siquiera del día anterior. Eran las once del medio día y mientras estaba escribiendo en mi habitación, entró mi abuelo a verme, cosa rara ya que no suele hacerlo habitualmente, a no ser que tenga algo que decirme…
Je dijo sonriente; “¿Que diablos le hiciste ayer a ese pollo?...
Yo le contesté; ya se ha muerto, ¿verdad?”… “¿Muerto?-replicó- si ya corre y todo… Esta mañana, cuando he ido a verle, ya preparaba el agujero para enterrarlo, cuando al acercarme a la portezuela vi que no estaba en ningún sitio… Luego observando bien el lugar vi que estaba metido en una bolsa de plástico, pasó allí la noche para refugiarse del frío. Luego salió tan campante y con la cabeza bien alta, lleno de energía… Mi abuelo estaba realmente sorprendido.
Según él ; Durante muchos años he cuidado miles de pollos y he visto de todo, pero esto es sorprendente no le encuentro ninguna explicación… Cuando un pollito se queda tirado en el suelo asfixiado y con espasmos es muerte segura… No se como este ha podido sobrevivir… y lo que es mas importante, que se haya repuesto tan rápido, de la noche a la mañana…
Al cabo de pocas horas, el animal empezó a comer y a beber normalmente, hasta recuperarse totalmente al atardecer, como si no hubiera ocurrido nada…
Esto para mí, no es una prueba concluyente de que yo haya conseguido sanar, pero esto para mi, no es una prueba concluyente  de que yo haya conseguido sanar, pero si creo firmemente que esta experiencia es digna de tener muy, muy, en cuenta.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario