domingo, 4 de septiembre de 2011




EQUIPO DE “TELE/TERMOGRAFÍA”
               Y ULTRASONIDOS
En cuanto al equipo de ultrasonidos por su naturaleza inofensiva y sus características le hace idóneo para la exploración orgánica y posterior conversión en imágenes, de órganos internos tan importantes como páncreas, vejiga, hígado y abdomen en general, así como el control del torrente sanguíneo a través de las grandes arterias y vasos intermedios, corazón, ojos y tejidos blandos en general. En base al llamado “efecto piezoeléctrico” según el cual la comprensión de la superficie de un cristal de cuarzo crea en él una corriente (ultrasonidos), se ha dispuesto en la cabeza emisora una placa de cristal piezoeléctrico, formada por titanio de bario. Un generador de alta frecuencia que oscila entre los 16.000 y los 21.000 hercios de potencia alimenta dicha placa produciendo así las ondas ultrasónicas. Estos ultrasonidos, con una velocidad de preparación en el cuerpo humano de 1.000 a 1600 metros por segundo, con excepción de los huesos, permiten, como ya se ha dicho, una excelente exploración y posterior visualización de los órganos deseados, lográndose, incluso, la captación del sonido cardiaco y del flujo sanguíneo, a través de un sistema de adaptación denominado “efecto Deppler”. Con intensidades que oscilan entre 2,5 y 2,8 miliwatios por centímetro cuadrado y con frecuencia aproximadas a los 2,25 megaciclos, el dispositivo de ultra sonidos transforma las ondas iniciales en ondas audibles, mediante una compleja red de amplificadores, controles de sensibilidad, moduladores y filtros de bandas.
Con el fin de solventar el arduo problema del aire enemigo vital de los ultrasonidos, ya que las mediciones y rastreos  solo pueden efectuarse a una distancia próxima a la persona a explorar, hay un revolucionarios sistema capaz de entubar y guiar los citados ultrasonidos a través de un finísimo cilindro de luz láser de baja energía, dando lugar a lo que podíamos calificar como “luz sólida” cuyas aplicaciones son inimaginables, no sólo en el  campo de la medicina y la defensa civil sino en la ciencia en general. Por su puesto, al conservar una longitud de onda superior a 8000 Armstrong  (o,8micras), el tubo (cilindro) láser sigue disfrutando de la propiedad esencial del infrarrojo, con lo que sólo puede ser vista mediante lentes especiales (lentillas o gafas) de visión infrarroja.
De esta forma las ondas ultrasónicas pueden deslizarse por el interior de la tubería formada por la luz sólida o coherente, pudiendo ser lanzada a distancias que oscilan entre los 5 y 25 metros.
Las lentes especiales de visión infrarroja se basan en un producto llamado pelimetil—metra quilato (PMMA) que constituye la base fundamental de las lentes.
Como es en cualquier cuerpo cuya temperatura sea superior al cero absoluto (menos 273º centígrados), emite energía IR. Esta emisión de rayos infrarrojos invisibles al ojo humano, está provocada por las oscilaciones atómicas en el interior de las moléculas y en consecuencia se halla estrechamente ligada a la temperatura de cada cuerpo. Pues bien el ojo del ser humano como está demostrado, sólo ve un pequeño sector del espectro electromagnético de la luz: la que se extiende desde los 400 a los 700 nanómetros. Por encima de esta última aparecen las gamas del infrarrojo. Pero mediante gafas o lentillas especiales adecuadas a la emisión IR, el ser humano puede “ver” también en esa frecuencia. (A su vez, esta región del espectro infrarrojo está subdividida en infrarrojo próximo, medio, lejano y extremo). Las novedosas lentes especiales IR, tanto gafas como lentillas, incorporan una serie de bandas periféricas a la superficie básica mono curva, dotadas de cientos de “micro—celdillas” que no son otra cosa que otros tantos filtros “Wratten 89 B”, Sólo dejan pasar  la radiación infrarroja. En especial, las lentillas o lentes de contactos tienen un peso específico de 1,19. Su fuerza flexible (ppi) es de 10.000—15.000 y la dureza Rocwell de M85—M105. Por precaución, y dado el contacto directo con la córnea  de dichas lentes IR no hace aconsejable su uso excesivo.
La clavija que acciona la emisión de ultrasonido puede adoptar dos posiciones perfectamente diferenciadas: la primer, para activar el lanzamiento de ondas con una frecuencia de 3,5 Megahercios (MHZ), suficiente para explorar órganos internos, y la segunda, de 7,5 a 10 MHZ para el rastreo de superficie y tejidos blandos.

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