GENOMA Y TERAPIA:
Los políticos y empresarios que financian la investigación genómica se han dejado convencer por el señuelo de sus beneficios para la medicina, aunque las promesas de terapia génica para la curación de enfermedades hereditarias todavía no se han materializado. El único resultado práctico ha sido la elaboración de tests genéticos para algunas enfermedades, como la fibrosis cística o la hemocromatosis. La idea básica de la terapia génica consiste en clonar los genes buenos que faltan al paciente, introducirlos en vehículos buenos que faltan al paciente, introducirlos en vehículos como los adenovirus y provocar que estos virus infecten sus células transfiriéndole así ADN deseado. Pero hay muchos problemas sin resolver. El adenovirus con frecuencia provoca una respuesta inmunitaria que destruye al propio gen introducido. En 1999 el joven Jesse Gelsinger murió de los efectos secundarios de esta ración.
Dos décadas de intentos de terapia génica no han conducido a resultados tangibles. Sin embargos, es previsible que la medicina basada en los genes, aún verde, despegue en diez años. A partir de entonces se generalizará el diagnóstico mediante biochips de las predisposiciones y enfermedades, se identificarán sus causas genéticas y se desarrollarán terapias personalizadas para prevenirlas o curarlas, más adelante se secuenciaría el genoma del recién nacido y se grabará en un CD-ROM, usado luego por el médico para prevenir, diagnosticar y curar todo tipo de dolencia y para seleccionar los fármacos a la medida del paciente
Los políticos y empresarios que financian la investigación genómica se han dejado convencer por el señuelo de sus beneficios para la medicina, aunque las promesas de terapia génica para la curación de enfermedades hereditarias todavía no se han materializado. El único resultado práctico ha sido la elaboración de tests genéticos para algunas enfermedades, como la fibrosis cística o la hemocromatosis. La idea básica de la terapia génica consiste en clonar los genes buenos que faltan al paciente, introducirlos en vehículos buenos que faltan al paciente, introducirlos en vehículos como los adenovirus y provocar que estos virus infecten sus células transfiriéndole así ADN deseado. Pero hay muchos problemas sin resolver. El adenovirus con frecuencia provoca una respuesta inmunitaria que destruye al propio gen introducido. En 1999 el joven Jesse Gelsinger murió de los efectos secundarios de esta ración.
Dos décadas de intentos de terapia génica no han conducido a resultados tangibles. Sin embargos, es previsible que la medicina basada en los genes, aún verde, despegue en diez años. A partir de entonces se generalizará el diagnóstico mediante biochips de las predisposiciones y enfermedades, se identificarán sus causas genéticas y se desarrollarán terapias personalizadas para prevenirlas o curarlas, más adelante se secuenciaría el genoma del recién nacido y se grabará en un CD-ROM, usado luego por el médico para prevenir, diagnosticar y curar todo tipo de dolencia y para seleccionar los fármacos a la medida del paciente
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