lunes, 14 de febrero de 2011


Madeleine
∙ 07 ∙
Estuvimos unidos a eso que llamamos Dios.
El mal no es nada más que la fuerza o el egrégor correspondiente al sentido de
separación con Dios o la unidad.
En el origen no existía más que la luz y el amor unificados.
El mal es el campo de energía generado por ese sufrimiento de separación con Dios,
de ese recuerdo, de ese vivir en el exilio, fuera de Casa.
La oscuridad es la fuerza resultante de este sentido de separación existente entre el
creador y la creación.
Sin embargo, si hay dolor de separación, significa que hubo matrimonio; que existió
unión y fusión de las dos fuerzas.
Entre lo divino y lo humano hubo una unión sagrada que siempre jamás está y estará
inscrita o grabada en cada célula y circuito de todo ser viviente.
mmmmmmmmmmm00Ommmmmmmmmmm
Madeleine
∙ 08 ∙
El problema está en el olvido.
En realidad no habéis hecho nada más que olvidar desde que nacisteis.
Habéis olvidado quien sois. De donde venís.
Qué hay dentro de vosotros, de qué estáis compuestos, cual es vuestro origen…
Escuchad. Tan solo escuchad.
La voz os hará saber vuestra verdad interior.
No ignoréis el poder del Silencio.
Tan solo la fuerza del silencio os hará libres.
Es el silencio interior quien borra toda la cháchara del exterior.
El silencio es vuestro mejor terapeuta.
Es precisamente el silencio tu guía custodio para encontrar tu origen.
Es a través del silencio como puedes recordar quién eres.
Escucha el silencio. Eso no es una frase bonita…
Deja de leer este texto, cierra los ojos y estate atento tan solo al silencio.
Aunque haya ruidos exteriores, tú tan solo enfócate en el silencio.
Pon tu foco en el vacío, en el silencio que hay entre ruido y ruido. Tan solo escucha.
Allí, en el silencio y en el vacío, está contenida la fuerza armónica de la Vida.
Son los silencios entre nota y nota lo que hace que exista armonía en la música.
Atiende hoy a ese potencial del silencio y empléalo para la regeneración de tu Luz.
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