El abrojo es una hierba perteneciente a la familia
de las zigofiláceas.
Se caracteriza fundamentalmente por arrastrar
sus ramas por el suelo, las cuales pueden alcanzar
hasta un metro de longitud.
Las hojas se hallan enfrentadas y se componen
de cinco a ocho pares de hojuelas.
Las flores son pequeñas y el fruto seco.
Es una planta tan vellosa que en ocasiones
toma un aspecto blanquecino.
Se cría en bordes de caminos, zonas de mucho
escombro y en general sitios incultos de
toda la Península Ibérica.
El abrojo florece en primavera y verano, más o
menos a partir de mediados de abril.
Con fines terapéuticos se recolectan las partes
aéreas, lo que debe hacerse cuando los
frutos hayan madurado.
Los frutos contienen una sustancia de naturaleza
glucósida, todavía no muy bien definida.
Además, en toda la planta podemos encontrar
saponinas esteroídicas.
El resto de componentes de esta hierba no se
conoce por el momento, aunque tampoco interesa
saber más, ya que esta planta puede resultar
tóxica a dosis medias por la presencia
de las saponinas que antes mencionábamos;
por tanto, su administración debe estar muy
controlada y hay que recordar asimismo que
se debe prescribir a dosis bajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario