A la aconitina se la considera uno de los venenos
más potentes que existen en el mundo
vegetal.
Con fines terapéuticos se ha utilizado como
analgésico, ya que modifica las terminaciones
nerviosas.
También se sabe que tiene ciertas propiedades
antitusivas, febrífugas, descongestionantes
y vasoconstrictoras, además de ser un sedante
leve.
Pero para que la ingesta de aconitina no produzca
serias intoxicaciones debe administrarse
en concentraciones muy bajas y rigurosamente
controladas por personal cualificado.
La intoxicación comienza con un estado de
excitación general, con sensación de adormecimiento
de labios, lengua y garganta; más
tarde pueden aparecer molestias gastrointestinales,
seguidas de una bajada de la temperatura
corporal; por último, puede aparecer parálisis
del aparato respiratorio y circulatorio
que, en último término, conducen a la muerte
por asfixia.
Entre sus virtudes terapéuticas vía externa
cabe mencionar que parece ser un buen crecepelo
y que ayuda a aliviar las inflamaciones
cuando éstas son congestivas y no microbianas.
Antiguamente gozaba de una curiosa popularidad
como planta antipiojos y contra la sarna
del ganado; pero esta aplicación cayó rápidamente
en desuso, ya que a través de la piel es
posible absorber cierta cantidad de aconitina,
suficiente para desencadenar los síntomas
fatales.
Al ser una planta tan peligrosa se desaconseja
su uso casero en cualquier forma.
Sus virtudes se encuentran en otras muchas
plantas, menos peligrosas e igualmente eficaces.
Tóxico. Analgésico. Sedante
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