Un día de verano de 1958, un pastor evangélico
llamado David Young conducía su automóvil bajo
un fuerte sol por una ruta a través del
desierto, cerca de Taos, en México.
De repente, ve a un indio anciano caminando por
la banquina, y pensando en lo penoso que debía
resultarle andar bajo aquel sol del mediodía,
detuvo su auto y le preguntó si deseaba que le
llevase hasta la población siguiente. El
anciano asintió y subió al coche.
Durante algunos minutos el indio permaneció en
silencio. Por último, comenzó a hablar:
− "Yo soy Pluma Blanca, un Hopi del antiguo
clan del Oso. En mi larga vida he viajado por
toda esta tierra, aprendiendo de mis hermanos
muchas cosas sabias. He seguido los caminos
sagrados de mi pueblo, que habita los bosques y
los muchos lagos al Este, las montañas y los
riachuelos de peces saltarines al Oeste, y el
lugar de los altares de piedra de mis hermanos,
al Sur. De todos ellos he escuchado los relatos
del pasado y las profecías del futuro. Hoy,
muchas de las profecías se han convertido en
historia y quedan ya pocas por cumplir, pues el
pasado es cada vez más grande, y el futuro es
cada vez más corto.
Y ahora Pluma Blanca está muriendo. Sus hijos
ya se han reunido todos con los antepasados, y
pronto también él los acompañará.
Ya no queda nadie, ninguno a quien recitar y
transmitir la antigua sabiduría de los Hopi.
Mi pueblo se ha cansado de los viejos modos de
vida, y abandonó las grandes ceremonias que nos
cuentan nuestros orígenes, nuestra aparición en
el cuarto Mundo. Esto había sido profetizado.
Los tiempos se están agotando".
El Anciano enmudeció por unos instantes , pero
pronto volvió a hablar:
− "Mi pueblo espera a Pahana, el hermano blanco
perdido, igual que lo esperan todos nuestros
hermanos. No será un hombre blanco como los que
ahora conocemos, crueles y codiciosos. Esto
sabíamos hace ya mucho que vendrían. Pero aún
seguimos esperando a Pahana. El traerá consigo
los símbolos y la pieza que falta en la
tablilla sagrada que guardan ahora los mayores.
Dicha pieza le fue entregada cuando se marchó y
debe reincorporarse a la tablilla para que
quede completa. Esta señal le identificará ante
nosotros como el verdadero hermano blanco".
Se volvió entonces hacia Young y le dijo:
− "Usted se parece mucho a Pahana y no a los
demás hombres blancos. Usted se ha detenido
para recoger a un anciano, a fin de aliviar su
carga. Así actúa Pahana. El vendrá pronto, pues
las profecías están a punto de cumplirse".
Tras descansar un instante, el indio tomó
fuerzas para proseguir su extraño discurso:
− "El Cuarto Mundo terminará pronto y comenzará
entonces el Quinto. Esto es cosa sabida por los
ancianos de todos los rincones de esta tierra.
Las Señales vienen cumpliéndose desde hace
muchos años, y pocas faltan ya por realizarse.
Esta es la Primera Señal: Se nos habló de la
llegada de unos hombres de piel blanca, como
Pahana, pero que no vivirían como él, sino que
se apropiarían de tierras que no les
pertenecían. Y esos hombres herirían a sus
enemigos con truenos".
Young comprendió más tarde que así describían
los profetas indios las armas de fuego.
− "Esta es la Segunda Señal: Nuestras tierras
verán la llegada de ruedas de madera, llenas de
voces. Mi padre vio cumplirse esta profecía en
su juventud, cuando los hombres blancos
arribaron con sus familias a las praderas, en
sus carromatos.
Esta es la Tercera Señal: un extraño animal,
semejante al búfalo pero dotado de grandes
cuernos, poblará las praderas en gran número.
Este tipo de animal lo ha visto Pluma Blanca
con sus propios ojos, pues se trata del ganado
del hombre blanco.
Esta es la Cuarta Señal: las praderas serán
cruzadas por serpientes de hierro..."
En aquel momento, Young tuvo que reducir la
velocidad de su vehículo para atravesar un paso
a nivel. Y comprobó por sí mismo que en los
raíles que se perdían a lo lejos entre grandes
curvas se hallaba el cumplimiento de la cuarta
profecía.
− "Esta es la Quinta Señal: la tierra se
cubrirá con una gigantesca telaraña ". El indio
se detuvo y señalo con la mirada hacia arriba,
a las líneas telefónicas y eléctricas que
cruzaban la autopista por encima de sus
cabezas.
− "Esta es la Sexta Señal: la tierra estará
cruzada por ríos de piedra, que formarán
imágenes a la luz del sol".
El anciano hizo una nueva pausa y dejó que
Young intentara encontrar el significado de sus
palabras. El blanco comprendió de pronto que se
refería precisamente a lo que tenía ante sí.
Frente a él se extendía la carretera asfaltada,
y en la distancia, el tremendo calor del día
producía un espejismo, una imagen de la propia
carretera sobre la superficie. El indio asintió
y prosiguió:
− "Esta es la Séptima Señal, la primera que
todavía ha de cumplirse: se oirá decir que el
mar se ha vuelto negro, y muchos seres vivos
morirán a causa de ello.
Esta es la Octava señal: se verá a muchos
jóvenes, con el cabello largo al estilo de mi
pueblo, que vendrán a unirse a la nación de las
tribus, para aprender sus caminos y su
sabiduría.
Y ésta es la Novena y última Señal: se hablará
de una gran morada en los cielos, sostenida en
el aire sobre la tierra, que caerá hacia ésta
con gran estrépito. Dicha morada aparecerá como
una estrella azul. Muy poco tiempo después de
la última señal, las ceremonias de mi pueblo
dejarán de celebrarse.
Estas son, pues, las Señales de la gran
destrucción que se aproxima. El mundo se
agitará sin cesar. El hombre blanco batallará
contra otros pueblos, en especial contra los
poseedores de las primeras luces de la
sabiduría. El resultado de la guerra será
terrible. Se verán muchísimas columnas de humo
blanco en el desierto, no lejos de aquí".
Young se dio cuenta en el acto de que el
anciano se refería a las pruebas atómicas.
− "Las hogueras causarán graves enfermedades y
una gran mortandad. Muchos de mi pueblo sabrán
reconocer las profecías y se pondrán a salvo.
Quienes vivan en los mismos lugares que mi
gente se salvarán también. Porque todo quedará
destruido y habrá mucho que reparar. Y poco
después, muy poco tiempo después, Pahana
regresará, trayendo consigo el amanecer del
Quinto Mundo. Plantará la semilla de su
sabiduría en el corazón de los hombres, tal
como ya actualmente se está sembrando alguna. Y
todo ello hará más hacedera la andadura hasta
la aparición del Quinto Mundo.
Solo que Pluma Blanca no lo verá. Es viejo y se
está muriendo. Usted, acaso usted sí que llegue
a verlo. Con el tiempo..."
La voz del anciano se hizo inaudible, y el
silencio se adueño del automóvil. Pronto
llegaron al punto de destino. Pluma Blanca le
indicó dónde quería apearse. Young detuvo el
coche junto a una esquina, aguardó a que el
anciano bajara y le vio desaparecer lentamente
calle abajo. Luego, continuó su viaje. Nunca
volvió a ver al anciano.
Las primeras seis profecías se cumplieron
sistemáticamente. Son claras y contundentes. No
dejan lugar a dudas, o a una doble
interpretación. Pero veamos los últimos tres:
En la séptima, "el mar se vuelve negro, y
muchos seres vivos morirán a causa de ello ".
Hoy asistimos al degradante espectáculo del
derrame de petróleo en los mares. La imagen del
pingüino o del pato cubiertos de petróleo han
dado la vuelta al mundo.
Sin embargo, esto es sólo el principio del
cumplimiento de esta profecía. Una
contaminación mucho más grande le aguarda a
nuestros mares, y tiene que ver con la profecía
de San Juan en Apocalipsis 8:8: " El segundo
ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña
ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y
sangre", y continúa en el V. 9: "Y murió la
tercera parte de los seres vivientes que
estaban en el mar, y la tercera parte de los
mares fue destruida".
En la octava profecía, "muchos jóvenes vuelven
a una vida natural para aprender sabiduría ",
algunos relacionan esto con el movimiento
Hippie de la década del ´70, cuando muchos
estudiantes se iban a vivir al campo en grupos.
Pero yo no estoy de acuerdo con esta
interpretación. Me inclino más por una
interpretación que engloba las distintas
profecías bíblicas que tienen que ver con el
"arrebatamiento", profecías americanas de otras
tribus que auró el "regreso a la naturaleza ".
Y las profecías de los psíquicos modernos que
afirman que antes de que se desencadenen los
grandes cataclismos, personas de todo el mundo
comenzarán a distanciarse, los de mentalidad
positiva sentirán un impulso infrenable de
dirigirse hacia "zonas seguras", mientras los
de mentalidad negativa se agolparán en las
"zonas peligrosas".
La 8° profecía es la preparación para el
cumplimiento de la 9°. Una vez a salvo las
personas de conciencia positiva, vendría un
gran cataclismo "desde los cielos".
Una interpretación aberrante de esta profecía
es aquella que pone a la base aerospacial
"SKYLAB " como protagonista de estos hechos.
Cuando en 1979 la base cayó desperdigándose
sobre Australia, muchos vieron en este hecho el
cumplimiento de la profecía Hopi. Pero lo que
caerá del cielo será como dice al Apocalipsis
al referirse a la estrella "Ajenjo"
(Apocalipsis 8: 10−11). Producirá muerte y
espanto, será como "una gran antorcha" ("una
gran montaña de fuego", dicen los Hopi). La
base "SKYLAB" no destruyó nada, pues cayó en el
desierto. zSerá un meteorito?
Creo que estamos viendo el comienzo de la 7°
profecía. Mientras tanto, como dice en el
Apocalipsis: " Bienaventurado el que lee, y los
que oyen las palabras de esta profecía, y
guardan las cosas en ella escritas; porque el
tiempo está cerca" (Apocalipsis 1:3).
Más información en: Jochmans, J. R., "Los
truenos que arrasarán el mundo". Barcelona:
Martínez Roca, 1982.
llamado David Young conducía su automóvil bajo
un fuerte sol por una ruta a través del
desierto, cerca de Taos, en México.
De repente, ve a un indio anciano caminando por
la banquina, y pensando en lo penoso que debía
resultarle andar bajo aquel sol del mediodía,
detuvo su auto y le preguntó si deseaba que le
llevase hasta la población siguiente. El
anciano asintió y subió al coche.
Durante algunos minutos el indio permaneció en
silencio. Por último, comenzó a hablar:
− "Yo soy Pluma Blanca, un Hopi del antiguo
clan del Oso. En mi larga vida he viajado por
toda esta tierra, aprendiendo de mis hermanos
muchas cosas sabias. He seguido los caminos
sagrados de mi pueblo, que habita los bosques y
los muchos lagos al Este, las montañas y los
riachuelos de peces saltarines al Oeste, y el
lugar de los altares de piedra de mis hermanos,
al Sur. De todos ellos he escuchado los relatos
del pasado y las profecías del futuro. Hoy,
muchas de las profecías se han convertido en
historia y quedan ya pocas por cumplir, pues el
pasado es cada vez más grande, y el futuro es
cada vez más corto.
Y ahora Pluma Blanca está muriendo. Sus hijos
ya se han reunido todos con los antepasados, y
pronto también él los acompañará.
Ya no queda nadie, ninguno a quien recitar y
transmitir la antigua sabiduría de los Hopi.
Mi pueblo se ha cansado de los viejos modos de
vida, y abandonó las grandes ceremonias que nos
cuentan nuestros orígenes, nuestra aparición en
el cuarto Mundo. Esto había sido profetizado.
Los tiempos se están agotando".
El Anciano enmudeció por unos instantes , pero
pronto volvió a hablar:
− "Mi pueblo espera a Pahana, el hermano blanco
perdido, igual que lo esperan todos nuestros
hermanos. No será un hombre blanco como los que
ahora conocemos, crueles y codiciosos. Esto
sabíamos hace ya mucho que vendrían. Pero aún
seguimos esperando a Pahana. El traerá consigo
los símbolos y la pieza que falta en la
tablilla sagrada que guardan ahora los mayores.
Dicha pieza le fue entregada cuando se marchó y
debe reincorporarse a la tablilla para que
quede completa. Esta señal le identificará ante
nosotros como el verdadero hermano blanco".
Se volvió entonces hacia Young y le dijo:
− "Usted se parece mucho a Pahana y no a los
demás hombres blancos. Usted se ha detenido
para recoger a un anciano, a fin de aliviar su
carga. Así actúa Pahana. El vendrá pronto, pues
las profecías están a punto de cumplirse".
Tras descansar un instante, el indio tomó
fuerzas para proseguir su extraño discurso:
− "El Cuarto Mundo terminará pronto y comenzará
entonces el Quinto. Esto es cosa sabida por los
ancianos de todos los rincones de esta tierra.
Las Señales vienen cumpliéndose desde hace
muchos años, y pocas faltan ya por realizarse.
Esta es la Primera Señal: Se nos habló de la
llegada de unos hombres de piel blanca, como
Pahana, pero que no vivirían como él, sino que
se apropiarían de tierras que no les
pertenecían. Y esos hombres herirían a sus
enemigos con truenos".
Young comprendió más tarde que así describían
los profetas indios las armas de fuego.
− "Esta es la Segunda Señal: Nuestras tierras
verán la llegada de ruedas de madera, llenas de
voces. Mi padre vio cumplirse esta profecía en
su juventud, cuando los hombres blancos
arribaron con sus familias a las praderas, en
sus carromatos.
Esta es la Tercera Señal: un extraño animal,
semejante al búfalo pero dotado de grandes
cuernos, poblará las praderas en gran número.
Este tipo de animal lo ha visto Pluma Blanca
con sus propios ojos, pues se trata del ganado
del hombre blanco.
Esta es la Cuarta Señal: las praderas serán
cruzadas por serpientes de hierro..."
En aquel momento, Young tuvo que reducir la
velocidad de su vehículo para atravesar un paso
a nivel. Y comprobó por sí mismo que en los
raíles que se perdían a lo lejos entre grandes
curvas se hallaba el cumplimiento de la cuarta
profecía.
− "Esta es la Quinta Señal: la tierra se
cubrirá con una gigantesca telaraña ". El indio
se detuvo y señalo con la mirada hacia arriba,
a las líneas telefónicas y eléctricas que
cruzaban la autopista por encima de sus
cabezas.
− "Esta es la Sexta Señal: la tierra estará
cruzada por ríos de piedra, que formarán
imágenes a la luz del sol".
El anciano hizo una nueva pausa y dejó que
Young intentara encontrar el significado de sus
palabras. El blanco comprendió de pronto que se
refería precisamente a lo que tenía ante sí.
Frente a él se extendía la carretera asfaltada,
y en la distancia, el tremendo calor del día
producía un espejismo, una imagen de la propia
carretera sobre la superficie. El indio asintió
y prosiguió:
− "Esta es la Séptima Señal, la primera que
todavía ha de cumplirse: se oirá decir que el
mar se ha vuelto negro, y muchos seres vivos
morirán a causa de ello.
Esta es la Octava señal: se verá a muchos
jóvenes, con el cabello largo al estilo de mi
pueblo, que vendrán a unirse a la nación de las
tribus, para aprender sus caminos y su
sabiduría.
Y ésta es la Novena y última Señal: se hablará
de una gran morada en los cielos, sostenida en
el aire sobre la tierra, que caerá hacia ésta
con gran estrépito. Dicha morada aparecerá como
una estrella azul. Muy poco tiempo después de
la última señal, las ceremonias de mi pueblo
dejarán de celebrarse.
Estas son, pues, las Señales de la gran
destrucción que se aproxima. El mundo se
agitará sin cesar. El hombre blanco batallará
contra otros pueblos, en especial contra los
poseedores de las primeras luces de la
sabiduría. El resultado de la guerra será
terrible. Se verán muchísimas columnas de humo
blanco en el desierto, no lejos de aquí".
Young se dio cuenta en el acto de que el
anciano se refería a las pruebas atómicas.
− "Las hogueras causarán graves enfermedades y
una gran mortandad. Muchos de mi pueblo sabrán
reconocer las profecías y se pondrán a salvo.
Quienes vivan en los mismos lugares que mi
gente se salvarán también. Porque todo quedará
destruido y habrá mucho que reparar. Y poco
después, muy poco tiempo después, Pahana
regresará, trayendo consigo el amanecer del
Quinto Mundo. Plantará la semilla de su
sabiduría en el corazón de los hombres, tal
como ya actualmente se está sembrando alguna. Y
todo ello hará más hacedera la andadura hasta
la aparición del Quinto Mundo.
Solo que Pluma Blanca no lo verá. Es viejo y se
está muriendo. Usted, acaso usted sí que llegue
a verlo. Con el tiempo..."
La voz del anciano se hizo inaudible, y el
silencio se adueño del automóvil. Pronto
llegaron al punto de destino. Pluma Blanca le
indicó dónde quería apearse. Young detuvo el
coche junto a una esquina, aguardó a que el
anciano bajara y le vio desaparecer lentamente
calle abajo. Luego, continuó su viaje. Nunca
volvió a ver al anciano.
Las primeras seis profecías se cumplieron
sistemáticamente. Son claras y contundentes. No
dejan lugar a dudas, o a una doble
interpretación. Pero veamos los últimos tres:
En la séptima, "el mar se vuelve negro, y
muchos seres vivos morirán a causa de ello ".
Hoy asistimos al degradante espectáculo del
derrame de petróleo en los mares. La imagen del
pingüino o del pato cubiertos de petróleo han
dado la vuelta al mundo.
Sin embargo, esto es sólo el principio del
cumplimiento de esta profecía. Una
contaminación mucho más grande le aguarda a
nuestros mares, y tiene que ver con la profecía
de San Juan en Apocalipsis 8:8: " El segundo
ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña
ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y
la tercera parte del mar se convirtió en
sangre", y continúa en el V. 9: "Y murió la
tercera parte de los seres vivientes que
estaban en el mar, y la tercera parte de los
mares fue destruida".
En la octava profecía, "muchos jóvenes vuelven
a una vida natural para aprender sabiduría ",
algunos relacionan esto con el movimiento
Hippie de la década del ´70, cuando muchos
estudiantes se iban a vivir al campo en grupos.
Pero yo no estoy de acuerdo con esta
interpretación. Me inclino más por una
interpretación que engloba las distintas
profecías bíblicas que tienen que ver con el
"arrebatamiento", profecías americanas de otras
tribus que auró el "regreso a la naturaleza ".
Y las profecías de los psíquicos modernos que
afirman que antes de que se desencadenen los
grandes cataclismos, personas de todo el mundo
comenzarán a distanciarse, los de mentalidad
positiva sentirán un impulso infrenable de
dirigirse hacia "zonas seguras", mientras los
de mentalidad negativa se agolparán en las
"zonas peligrosas".
La 8° profecía es la preparación para el
cumplimiento de la 9°. Una vez a salvo las
personas de conciencia positiva, vendría un
gran cataclismo "desde los cielos".
Una interpretación aberrante de esta profecía
es aquella que pone a la base aerospacial
"SKYLAB " como protagonista de estos hechos.
Cuando en 1979 la base cayó desperdigándose
sobre Australia, muchos vieron en este hecho el
cumplimiento de la profecía Hopi. Pero lo que
caerá del cielo será como dice al Apocalipsis
al referirse a la estrella "Ajenjo"
(Apocalipsis 8: 10−11). Producirá muerte y
espanto, será como "una gran antorcha" ("una
gran montaña de fuego", dicen los Hopi). La
base "SKYLAB" no destruyó nada, pues cayó en el
desierto. zSerá un meteorito?
Creo que estamos viendo el comienzo de la 7°
profecía. Mientras tanto, como dice en el
Apocalipsis: " Bienaventurado el que lee, y los
que oyen las palabras de esta profecía, y
guardan las cosas en ella escritas; porque el
tiempo está cerca" (Apocalipsis 1:3).
Más información en: Jochmans, J. R., "Los
truenos que arrasarán el mundo". Barcelona:
Martínez Roca, 1982.
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