LA EXCEPCIÓN CONFIRMÓ LA REGLA EN CUANTO AL DESTINO DE LOS CRUCIFICADOS



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Los crucificados por sedición e insurrección no recibían sepultura.Sus cadáveres se arrpojaban a la fosa de la infamia: a la Gehena (infierno) o basurero de Jerusalem (al sur de la ciudad,en extramuros),para que las aves rapaces y los perros los devorasen.Jesús,sin embargo,fue una excepción,puesto que el tío de Jesús,José de Arimatea,como miembro destacado del Sanedrían,sobornó a Pilatos para que éste le permitiese trasladar el cuerpo del Rabbí a su sepulcro.