“Producen desolación y lo llaman paz.” (Tácito)
¿De verdad Alan Greenspan fue tan tonto como pareciera, al crear la última burbuja del mercado inmobiliario que amenaza con llevar a la ruina toda la economía occidental basada en el endeudamiento?
¿De verdad fue algo tan fácil de prever el detonante de un colapso que puede destruir el sistema financiero mundial? ¿O quizá fue algo hecho ”accidentalmente a propósito”?
Y si es así, ¿por qué?
David Rockefeller en Havard en el 2006
Fijémonos en el personaje estadounidense que los teóricos de la conspiración muy a menudo mencionan como el que está en el epicentro de cualquier plan de la élite que se cree que exista. Este sería David Rockefeller, el multimillonario de 92 años padrino de la élite financiera mundial.
El extenso artículo de Wikipedia sobre Rockefeller proporciona la siguiente versión de una famosa declaración que supuestamente él hizo en un discurso de apertura del congreso Bilderberg en Baden-Baden, Alemania, en junio de 1991:
“Estamos agradecidos al Washington Post, al New York Times, a la revista Time y a otras grandes publicaciones cuyos directores han asistido a nuestros encuentros y han respetado sus promesas de discreción durante casi cuarenta años. Hubiera sido imposible para nosotros desarrollar nuestro plan para el mundo si hubiéramos estado sujetos a las luces brillantes y a la publicidad durante estos años. Pero el mundo está ahora más desarrollado y preparado para marchar hacia un gobierno mundial, que no volverá a conocer la guerra, sino solo la paz y la prosperidad para toda la humanidad. La soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales es, sin duda, preferible a la autodeterminación nacionalista practicada en los siglos pasados.”
Este discurso fue hecho hace 17 años. Fue al comienzo de la administración de Bill Clinton en los EEUU. Rockefeller habla de un “nosotros”. Este “nosotros”, dice, ha estado teniendo encuentros durante casi cuarenta años. Si se añaden los 17 años desde que dio el discurso, transcurrieron 57 años, es decir, dos generaciones completas.
No solo hemos “nosotros” desarrollado un “plan para el mundo”, sino que el intento de “desarrollar” el plan ha sido evidentemente exitoso, al menos en la mente de Rockefeller. La meta final de “nosotros” es crear “la soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales”. Esto nos llevará, dice él, hacia un “gobierno mundial que no volverá a conocer la guerra”.
Solo como un ejercicio intelectual, supongamos que David Rockefeller es una persona tan importante y poderosa como él parece creer que es. Démosle algún crédito al hombre, y supongamos que él y “nosotros”, de hecho, han tenido éxito hasta un cierto grado. Esto significaría que las principales decisiones y acontecimientos desde que Rockefeller dio el discurso en 1991, han sido probablemente parte del plan, o como mínimo, han representado sus características y el propósito.
Por lo tanto, examinando estas decisiones y acontecimientos podemos determinar si, de hecho, Rockefeller está siendo veraz en su valoración de que la Utopía que él tiene en mente está en camino, o al menos, está cerca de hacerse realidad. Sin un orden en particular, algunas de estas decisiones y acontecimientos son los siguientes:
La implementación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica por las administraciones de Bill Clinton y de George W. Bush ha llevado a la eliminación de millones de puestos de trabajo en la industria de los EEUU, así como a la destrucción de las granjas familiares, a favor del negocio agrícola global.
Acuerdos de libre comercio similares, incluyendo los realizados bajo los auspicios de la Organización Mundial del Comercio, han llevado a la exportación de millones de puestos de trabajo en la industria a China y a otras partes.
Los ingresos medios de las familias en los EEUU han ido disminuyendo sin parar, mientras que la parte de la riqueza nacional en posesión de los que tienen mayores ingresos se ha disparado. Algunos administradores de fondos de inversión de Wall Street han hecho mil millones de dólares en un año, mientras que el número de los sin techo, incluyendo veteranos de guerra, se eleva a un millón.
La burbuja inmobiliaria ha desencadenado una gigantesca inflación de los precios de las fincas en los EEUU. Millones de hogares están cayendo en manos de los banqueros a través de la ejecución de las hipotecas. Además, el coste de la tierra y los alquileres han diezmado a la agricultura familiar así como a los pequeños negocios.
Impuestos sobre la propiedad en alza, basados en valoraciones infladas de la tierra han forzado a millones de personas con pequeños y medianos ingresos y a la gente mayor a dejar sus casas.
El hecho de que ahora los banqueros controlen los sistemas monetarios nacionales en su totalidad, bajo leyes donde el dinero se introduce solo a través de tasas de interés, ha resultado en una pirámide de deuda masiva que está al borde del colapso. Este sistema “monetarista” fue implementado por la familia Rockefeller financiando a los economistas de la Universidad de Chicago. El problema es que cuando la pirámide se derrumba y todo el mundo va a la bancarrota, los bancos que han estado creando dinero del “puro aire” serán capaces entonces de apoderarse de valiosos activos a centavos el dólar , como J. P. Morgan Chase está preparándose para hacer con los negocios que posee Carlyle Capital. Las significativas regulaciones de la industria financiera han sido abandonadas por el gobierno, y cualquier político que sigue este camino, como Eliot Spitzer, es destruido.
La carga total de impuestos sobre los norteamericanos desde los gobiernos federal, estatal y local excede en la actualidad el cuarenta por ciento de los ingresos y está aumentando. Ahora, con una recesión comenzando, el Congreso controlado por los demócratas, mientras apoya la pequeña devolución-estímulo, está elevando los impuestos aún más de manera hipócrita, incluso a los asalariados de ingresos medios. La devolución de impuestos, junto con los créditos a los estudiantes ya no pueden ser eliminados por protección a la bancarrota.
El precio de la gasolina está subiendo vertiginosamente incluso mientras compañías como Exxon-Mobil están registrando beneficios récord. Los precios de otros productos están subiendo sin cesar, incluyendo el precio de los alimentos, con algunos países comenzando a experimentar condiciones de hambruna. Cuarenta millones de personas en América están oficialmente clasificadas como de “alimentación insegura”.
El control de las corporaciones sobre el agua y los recursos minerales ha eliminado mucho de lo que está disponible de los bienes públicos comunes, y la desregulación de la producción de energía ha llevado a unos astronómicos incrementos en los costes de la electricidad en muchas áreas.
La destrucción de las granjas familiares en los EEUU por el NAFTA (junto con las granjas familiares en México y Canadá) se han visto reflejadas en las políticas hacia otras naciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Alrededor de todo el mundo, debido a la presión del “consenso de Washington” la autosuficiencia alimentaria local ha sido reemplazada por un incremento en los cultivos que son principalmente para la exportación. La emigración desde el campo ha fomentado la población de enormes suburbios en los alrededores de las ciudades de los países subdesarrollados.
Desde los años 80, EEUU ha estado luchando en guerras por todo el mundo, tanto directamente como a través de representantes. La antigua Yugoslavia fue desmembrada por la OTAN. Bajo la tapadera del 11 de septiembre y utilizando planes fabricados con antelación, EEUU está llevando a cabo la conquista militar y la ocupación permanente de Oriente Medio. Se viene en camino un cerco mundial sobre Rusia y China por fuerzas de EEUU y la OTAN, y ha comenzado un nuevo empuje para militarizar el espacio. Las potencias occidentales claramente se están preparando, como mínimo, para la posibilidad de otra guerra mundial.
La expansión del imperio militar estadounidense en el extranjero se ve reflejada por la creación de un sistema de vigilancia totalitario en el propio país, donde las actividades de los ciudadanos son espiadas y localizadas por sistemas tecnológicos, todo esto se ha puesto en marcha bajo el título de “Guerra contra el terror”. Se están comenzando a usar implantes de microchips en humanos con propósitos de vigilancia. El complejo militar-industrial se ha convertido en la industria más grande y exitosa del país, con decenas de miles de planificadores ocupados en idear nuevas y mejores formas de destruir tanto a “enemigos” extranjeros como nacionales, de manera tanto abierta como encubierta.
Mientras tanto, EEUU tiene la mayor población reclusa de todos los países del mundo. Además, la vida diaria para millones de personas es una carga aplastante de tasas financieras (de seguros y gubernamentales), cargas y trámites burocráticos. La más simple transacción empresarial está cargada con la tajada de legiones de contadores, abogados, burócratas, agentes de bolsa, especuladores y mandos intermedios.
Por último, el deterioro de las condiciones de la vida diaria han elevado extraordinariamente el nivel de enfermedades relacionadas con el estrés, así como han llevado a una adicción epidémica al alcohol y a las drogas. Los mismos gobiernos alrededor del mundo están implicados en el tráfico de drogas. En lugar de trabajar para disminuir los niveles de estrés, la política pública está parcializada a favor de una enorme industria de prescripción de medicamentos, que aumenta los deteriorados niveles de salud tratando los síntomas antes que las causas. Muchos de estos medicamentos, de los que se hace una enorme propaganda, tienen ellos mismos, unos devastadores efectos secundarios.
Esta lista nos debe dar los suficientes indicios de manera que lleguemos a plantear una dura cuestión. Asumiendo otra vez que todas estas cosas forman parte del elitista plan del que el Sr. Rockefeller alardea haber estado desarrollando, ¿no es un poco extraño que los medios que se han seleccionado para alcanzar “la paz y la prosperidad para toda la humanidad”, impliquen tanta violencia, engaño, opresión, explotación, corrupción y robo?
De hecho, a mí me parece que “nuestro plan para el mundo” está basado en el genocidio, en la guerra mundial, el control policial de la población, y el embargo de los recursos mundiales por la élite financiera, sus políticos títeres y las fuerzas militares.
Concretamente, ¿puede haber una mejor manera de llevar a cabo todo esto que lo que parece ser un intenso plan para quitarle a la gente de todas partes del mundo la posibilidad de cultivar su propio alimento? Después de todo, el genocidio por hambre puede ser lento, pero muy efectivo. Especialmente cuando se pueden echar las culpas a las “fuerzas del mercado”.
¿Y puede ser que el “nosotros “ que está haciendo todas estas cosas, incluyendo al propio gran David Rockefeller, son simplemente criminales que de alguna manera han tomado los puestos de poder? Si es así, existen criminales que han hecho todo lo posible por resguardarse las espaldas y tapar sus huellas, incluyendo la asfixia del sistema educativo y la monopolización de los principales medios de comunicación.
Una cosa es cierta: Los votantes estadounidenses nunca hubieran estado de acuerdo, a sabiendas, con todo esto.
Richard C. Cook es un antiguo analista del gobierno federal de EEUU, cuya carrera profesional ha incluido servicios con la Comisión del Servicio Civil de los EEUU, la FDA (Administración de los alimentos y medicinas), la Casa Blanca de Carter, la NASA y el Departamento del Tesoro. Sus artículos sobre economía, política en general y política espacial han aparecido en numerosos sitios web. Su libro sobre la reforma monetaria titulado: “We Hold These Truths: The Promise of Monetary Reform”(Nosotros sostenemos estas verdades: La promesa de una reforma monetaria), está en preparación. También es autor de “Challenged Revealed: An Insider´s Account of How The Reagan Administration Caused The Greatest Tragedy of The Space Age” (El Challenger desvelado: una explicación desde dentro sobre cómo la administración Reagan causó la mayor tragedia de la Era espacial), denominado por un crítico como “el libro más importante de los últimos veinte años sobre los vuelos espaciales”. Su website es: www.richardccook.com.
“Producen desolación y lo llaman paz.” (Tácito)
¿De verdad Alan Greenspan fue tan tonto como pareciera, al crear la última burbuja del mercado inmobiliario que amenaza con llevar a la ruina toda la economía occidental basada en el endeudamiento?
¿De verdad fue algo tan fácil de prever el detonante de un colapso que puede destruir el sistema financiero mundial? ¿O quizá fue algo hecho ”accidentalmente a propósito”?
Y si es así, ¿por qué?
David Rockefeller en Havard en el 2006
Fijémonos en el personaje estadounidense que los teóricos de la conspiración muy a menudo mencionan como el que está en el epicentro de cualquier plan de la élite que se cree que exista. Este sería David Rockefeller, el multimillonario de 92 años padrino de la élite financiera mundial.
El extenso artículo de Wikipedia sobre Rockefeller proporciona la siguiente versión de una famosa declaración que supuestamente él hizo en un discurso de apertura del congreso Bilderberg en Baden-Baden, Alemania, en junio de 1991:
El extenso artículo de Wikipedia sobre Rockefeller proporciona la siguiente versión de una famosa declaración que supuestamente él hizo en un discurso de apertura del congreso Bilderberg en Baden-Baden, Alemania, en junio de 1991:
“Estamos agradecidos al Washington Post, al New York Times, a la revista Time y a otras grandes publicaciones cuyos directores han asistido a nuestros encuentros y han respetado sus promesas de discreción durante casi cuarenta años. Hubiera sido imposible para nosotros desarrollar nuestro plan para el mundo si hubiéramos estado sujetos a las luces brillantes y a la publicidad durante estos años. Pero el mundo está ahora más desarrollado y preparado para marchar hacia un gobierno mundial, que no volverá a conocer la guerra, sino solo la paz y la prosperidad para toda la humanidad. La soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales es, sin duda, preferible a la autodeterminación nacionalista practicada en los siglos pasados.”
Este discurso fue hecho hace 17 años. Fue al comienzo de la administración de Bill Clinton en los EEUU. Rockefeller habla de un “nosotros”. Este “nosotros”, dice, ha estado teniendo encuentros durante casi cuarenta años. Si se añaden los 17 años desde que dio el discurso, transcurrieron 57 años, es decir, dos generaciones completas.
No solo hemos “nosotros” desarrollado un “plan para el mundo”, sino que el intento de “desarrollar” el plan ha sido evidentemente exitoso, al menos en la mente de Rockefeller. La meta final de “nosotros” es crear “la soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales”. Esto nos llevará, dice él, hacia un “gobierno mundial que no volverá a conocer la guerra”.
Solo como un ejercicio intelectual, supongamos que David Rockefeller es una persona tan importante y poderosa como él parece creer que es. Démosle algún crédito al hombre, y supongamos que él y “nosotros”, de hecho, han tenido éxito hasta un cierto grado. Esto significaría que las principales decisiones y acontecimientos desde que Rockefeller dio el discurso en 1991, han sido probablemente parte del plan, o como mínimo, han representado sus características y el propósito.
Por lo tanto, examinando estas decisiones y acontecimientos podemos determinar si, de hecho, Rockefeller está siendo veraz en su valoración de que la Utopía que él tiene en mente está en camino, o al menos, está cerca de hacerse realidad. Sin un orden en particular, algunas de estas decisiones y acontecimientos son los siguientes:
La implementación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica por las administraciones de Bill Clinton y de George W. Bush ha llevado a la eliminación de millones de puestos de trabajo en la industria de los EEUU, así como a la destrucción de las granjas familiares, a favor del negocio agrícola global.
Acuerdos de libre comercio similares, incluyendo los realizados bajo los auspicios de la Organización Mundial del Comercio, han llevado a la exportación de millones de puestos de trabajo en la industria a China y a otras partes.
Los ingresos medios de las familias en los EEUU han ido disminuyendo sin parar, mientras que la parte de la riqueza nacional en posesión de los que tienen mayores ingresos se ha disparado. Algunos administradores de fondos de inversión de Wall Street han hecho mil millones de dólares en un año, mientras que el número de los sin techo, incluyendo veteranos de guerra, se eleva a un millón.
La burbuja inmobiliaria ha desencadenado una gigantesca inflación de los precios de las fincas en los EEUU. Millones de hogares están cayendo en manos de los banqueros a través de la ejecución de las hipotecas. Además, el coste de la tierra y los alquileres han diezmado a la agricultura familiar así como a los pequeños negocios.
Impuestos sobre la propiedad en alza, basados en valoraciones infladas de la tierra han forzado a millones de personas con pequeños y medianos ingresos y a la gente mayor a dejar sus casas.
El hecho de que ahora los banqueros controlen los sistemas monetarios nacionales en su totalidad, bajo leyes donde el dinero se introduce solo a través de tasas de interés, ha resultado en una pirámide de deuda masiva que está al borde del colapso. Este sistema “monetarista” fue implementado por la familia Rockefeller financiando a los economistas de la Universidad de Chicago. El problema es que cuando la pirámide se derrumba y todo el mundo va a la bancarrota, los bancos que han estado creando dinero del “puro aire” serán capaces entonces de apoderarse de valiosos activos a centavos el dólar , como J. P. Morgan Chase está preparándose para hacer con los negocios que posee Carlyle Capital. Las significativas regulaciones de la industria financiera han sido abandonadas por el gobierno, y cualquier político que sigue este camino, como Eliot Spitzer, es destruido.
La carga total de impuestos sobre los norteamericanos desde los gobiernos federal, estatal y local excede en la actualidad el cuarenta por ciento de los ingresos y está aumentando. Ahora, con una recesión comenzando, el Congreso controlado por los demócratas, mientras apoya la pequeña devolución-estímulo, está elevando los impuestos aún más de manera hipócrita, incluso a los asalariados de ingresos medios. La devolución de impuestos, junto con los créditos a los estudiantes ya no pueden ser eliminados por protección a la bancarrota.
El precio de la gasolina está subiendo vertiginosamente incluso mientras compañías como Exxon-Mobil están registrando beneficios récord. Los precios de otros productos están subiendo sin cesar, incluyendo el precio de los alimentos, con algunos países comenzando a experimentar condiciones de hambruna. Cuarenta millones de personas en América están oficialmente clasificadas como de “alimentación insegura”.
El control de las corporaciones sobre el agua y los recursos minerales ha eliminado mucho de lo que está disponible de los bienes públicos comunes, y la desregulación de la producción de energía ha llevado a unos astronómicos incrementos en los costes de la electricidad en muchas áreas.
La destrucción de las granjas familiares en los EEUU por el NAFTA (junto con las granjas familiares en México y Canadá) se han visto reflejadas en las políticas hacia otras naciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Alrededor de todo el mundo, debido a la presión del “consenso de Washington” la autosuficiencia alimentaria local ha sido reemplazada por un incremento en los cultivos que son principalmente para la exportación. La emigración desde el campo ha fomentado la población de enormes suburbios en los alrededores de las ciudades de los países subdesarrollados.
Desde los años 80, EEUU ha estado luchando en guerras por todo el mundo, tanto directamente como a través de representantes. La antigua Yugoslavia fue desmembrada por la OTAN. Bajo la tapadera del 11 de septiembre y utilizando planes fabricados con antelación, EEUU está llevando a cabo la conquista militar y la ocupación permanente de Oriente Medio. Se viene en camino un cerco mundial sobre Rusia y China por fuerzas de EEUU y la OTAN, y ha comenzado un nuevo empuje para militarizar el espacio. Las potencias occidentales claramente se están preparando, como mínimo, para la posibilidad de otra guerra mundial.
La expansión del imperio militar estadounidense en el extranjero se ve reflejada por la creación de un sistema de vigilancia totalitario en el propio país, donde las actividades de los ciudadanos son espiadas y localizadas por sistemas tecnológicos, todo esto se ha puesto en marcha bajo el título de “Guerra contra el terror”. Se están comenzando a usar implantes de microchips en humanos con propósitos de vigilancia. El complejo militar-industrial se ha convertido en la industria más grande y exitosa del país, con decenas de miles de planificadores ocupados en idear nuevas y mejores formas de destruir tanto a “enemigos” extranjeros como nacionales, de manera tanto abierta como encubierta.
Mientras tanto, EEUU tiene la mayor población reclusa de todos los países del mundo. Además, la vida diaria para millones de personas es una carga aplastante de tasas financieras (de seguros y gubernamentales), cargas y trámites burocráticos. La más simple transacción empresarial está cargada con la tajada de legiones de contadores, abogados, burócratas, agentes de bolsa, especuladores y mandos intermedios.
Por último, el deterioro de las condiciones de la vida diaria han elevado extraordinariamente el nivel de enfermedades relacionadas con el estrés, así como han llevado a una adicción epidémica al alcohol y a las drogas. Los mismos gobiernos alrededor del mundo están implicados en el tráfico de drogas. En lugar de trabajar para disminuir los niveles de estrés, la política pública está parcializada a favor de una enorme industria de prescripción de medicamentos, que aumenta los deteriorados niveles de salud tratando los síntomas antes que las causas. Muchos de estos medicamentos, de los que se hace una enorme propaganda, tienen ellos mismos, unos devastadores efectos secundarios.
Esta lista nos debe dar los suficientes indicios de manera que lleguemos a plantear una dura cuestión. Asumiendo otra vez que todas estas cosas forman parte del elitista plan del que el Sr. Rockefeller alardea haber estado desarrollando, ¿no es un poco extraño que los medios que se han seleccionado para alcanzar “la paz y la prosperidad para toda la humanidad”, impliquen tanta violencia, engaño, opresión, explotación, corrupción y robo?
De hecho, a mí me parece que “nuestro plan para el mundo” está basado en el genocidio, en la guerra mundial, el control policial de la población, y el embargo de los recursos mundiales por la élite financiera, sus políticos títeres y las fuerzas militares.
Concretamente, ¿puede haber una mejor manera de llevar a cabo todo esto que lo que parece ser un intenso plan para quitarle a la gente de todas partes del mundo la posibilidad de cultivar su propio alimento? Después de todo, el genocidio por hambre puede ser lento, pero muy efectivo. Especialmente cuando se pueden echar las culpas a las “fuerzas del mercado”.
¿Y puede ser que el “nosotros “ que está haciendo todas estas cosas, incluyendo al propio gran David Rockefeller, son simplemente criminales que de alguna manera han tomado los puestos de poder? Si es así, existen criminales que han hecho todo lo posible por resguardarse las espaldas y tapar sus huellas, incluyendo la asfixia del sistema educativo y la monopolización de los principales medios de comunicación.
Una cosa es cierta: Los votantes estadounidenses nunca hubieran estado de acuerdo, a sabiendas, con todo esto.
Richard C. Cook es un antiguo analista del gobierno federal de EEUU, cuya carrera profesional ha incluido servicios con la Comisión del Servicio Civil de los EEUU, la FDA (Administración de los alimentos y medicinas), la Casa Blanca de Carter, la NASA y el Departamento del Tesoro. Sus artículos sobre economía, política en general y política espacial han aparecido en numerosos sitios web. Su libro sobre la reforma monetaria titulado: “We Hold These Truths: The Promise of Monetary Reform”(Nosotros sostenemos estas verdades: La promesa de una reforma monetaria), está en preparación. También es autor de “Challenged Revealed: An Insider´s Account of How The Reagan Administration Caused The Greatest Tragedy of The Space Age” (El Challenger desvelado: una explicación desde dentro sobre cómo la administración Reagan causó la mayor tragedia de la Era espacial), denominado por un crítico como “el libro más importante de los últimos veinte años sobre los vuelos espaciales”. Su website es: www.richardccook.com.
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