lunes, 9 de enero de 2012

EN LAS TEORÍAS SOBRE LA ATLÁNTIDA:                                       La tribu desaparecida de Israel (en singular porque las nueve restantes son pura fábula, la de los Benjamitas o los Ben—JhaMin. Los de la” Mano Derecha de Dios, o ciertos mitos de los rosacruces, este continente interior  es el destino de la civilización o/y su origen. A parte de estas                         enseñanzas esotéricas, la realidad es el profundo o0desconocimiento científico de las características de nuestro mundo planetario, situado miles de kilómetros bajo la delgada superficie estudiada.                   Como se ha comentado antes, podemos contemplar al Sol como un enorme cerebro controlador del sistema planetario, un centro de recepción inteligente y nada idiota como piensan los astrofísicos, en definitiva, un regulador de la vida terrestre. Se puede decir, tomando las palabras del joven/científico indo Asnuhrapty, que la vida es exterior y opuesta a la materia en la cual se encarna sucesivamente en ciclos de millones de años. Los postulados de las encarnaciones enseñadas  por los brhamanes encuentra su educación con los descubrimientos de las cadenas teínicas helicoidales del ácido dexorribonucleico, en la que ningún tipo de vida es superior a otro .Por tanto un ratón de laboratorio, la mosca de la fruta, un gusano, un chimpancé… por poner unos poquísimos ejemplos, comparte de un 90 a 98%, según el tipo de animal que sea, con el código genético humano. Precisamente por eso, pero dicho en otras o palabras en lo que enseña las escolástica brahmática: “ningún” tipo de vida es superior a otro”, al menos en cuanto a su conformación genotípica.                         Y retomando la cuestión a nuestro astro rey, me pregunto: si el Sol es un microchip emisor de vida, o constriñendo este concepto, Vida--_ chip, ¿somos nosotros, los seres humanos, y las humanidades universales, unos nano chips? Actualmente, electrónico (véase la red de redes o internet) sugiere que pueden  existir secuencias de mensajes que se transfieren de un soporte físico a otro sin perder en absoluto sus características irrepetibles, sobreviviendo como cálculos aritméticos-algebraicos  inmateriales. Por tanto, la muerte, más que una implosión, es una explosión y una impregnación o estampación en algún lugar dentro de los límites anulares del universo, que no es otra cosa que el software y que la mayoría llama alma, que hemos ido elaborando por el mero hecho de vivir hecho también de recuerdos, sentimientos de culpa o remordimiento ¡así como de un sentido de paz plena por el deber cumplido.                                                     Y de todo esto, ¿qué enseña la Sabiduría Secreta oriental? Primeramente hay que decir que la teoría de la vitalidad está inseparablemente anexada a los Elementos de la Tabla Periódica.                       

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