lunes, 9 de enero de 2012

NANO TECNOLOGÍA:


Como dije en la carta anterior, en la presente argumentaré todo lo concerniente a la nanotecnología aplicada a la tecnología; y en la segunda parte me referiré a los fascinantes enigmas sobre la luz y el tiempo. La llamada nano tecnología ya es una realidad, pero habrá que esperar muy pocos años para su aplicación a nivel general. Es una verdadera conquista del microcosmos. Robots compuestos por unos pocos átomos que se auto replican e injertados en el organismo humano, analizan cada célula; nano robots motorizados que detectan células cancerígenas y las aniquilan; otros motores nano robotizados que proyectan nano láseres colimados para desintegrar coágulos o trombos en las arterias más finas y olvidadas como puedan ser los capilares sanguíneos; nano ordenadores introducidos en el organismo que controlen los millones de nano robots; aplicación práctica para la disolución y destrucción de residuo tóxico (urbanos, industriales, farmacéuticos, de centrales nucleares, etc.) nano armamentos capaces de penetrar en cualquier punto estratégico del enemigo y destruirlo… todo esto es un “botón” de muestra de hasta qué punto la nano tecnología está lista para construir un nuevo mundo. ¡la imparable apisonadora científica ya está lista para actuar en cualquier terreno se proponga! Esta es una tecnología que utiliza moléculas como partes de máquinas nanométricas. Tengamos en cuenta que una molécula es una agrupación de átomos y que constituye la mayor porción o fractal de un cuerpo compuesto que puede existir con las propiedades químicas (y electro cuánticas) propias de este. Pensamos que el desarrollo de la Humanidad ha sido paralelo al de las máquinas, del hacha de sílex al láser más avanzado. Desde los orígenes de la presente humanidad (como lo fue con los dos anteriores, la muviana y la Atlante) toda tecnología basada en la producción de herramientas ha sido una tecnología mecánica que ha consumido una ingente energía con el consecuente vertido de residuos. La humanidad siempre ha tenido que producir máquinas herramientas cada vez sofisticadas y de gran finura: entre la primera hacha realizada con material meteórico y el último microchip hay larguísima marcha hacia un mundo nuevo a través de lo minúsculo, lo miniaturizado, hasta la perfección. Pongamos un ejemplo práctico: Los habituales airbags acoplados a los volantes de los coches, precisan dos “peines” que se desplacen uno en relación al otro por efecto de un topetazo violento. El diente de cada uno de estos “peines” tiene una dimensión de 80 nanómetros siendo ¡1000 veces más delgado que un folio de papel! Pero aún se puede romper este record si tenemos en cuenta que ese mismo folio tiene 40.000 átomos de grosor. Estas métricas pueden ser tan “inhumanas” como el de hablar de años luz y nos indican las dos líneas de tendencia de la ciencia más moderna; sí, por una parte, se intenta penetrar en la misma esencia del misterio macro cósmico, se estudia cada vez con más atención la mecánica cósmica, por otra parte se tiende a miniaturizar y controlar la materia “básica”. Afortunadamente las leyes de la física permite la manipulación y el posicionamiento directo y controlado (en su específica configuración) de moléculas y átomos, por tanto es posible utilizar los átomos como ladrillos para la construcción de cualquier estructura. Sólo hay que tener en cuenta las fuerzas de atracción y de repulsión existente entre dichos átomos. Absolutamente todo lo que nos rodea está constituido por átomos; cualquier cosa que podamos tocar, oler , ver, sentir y pensar, además de los gases, el campo cuántico, la materia obscura del universo, los “agujeros negros” del centro de las galaxias y demás cuerpos masivos y hasta la antimateria, está compuesta por átomos. Cada compuesto químico es un racimo de átomos y cada ser vivo es un vehículo o receptáculo de átomos y moléculas (“Mi padre es el vendimiador y vosotros sois los sarmientos”, dijo Jesús). Lo que hace que cada cosa sea diferente, diversa y múltiple, tenga una forma, una configuración, una función y una utilidad, es por la disposición de estos átomos su arquitectura interna. Por ejemplo, nada tan distanciado como un trocito de carbón mineral y un diamante, compuesto ambos por átomos de carbón… solamente cambia la disposición de sus átomos. Hasta el presente los métodos de fabricación, incluso los más modernos manipulan masas de átomos. No está tan lejos el que se pueda imprimir toda la biblioteca de la Fundación Smithsonita, sita en Washington (una de las más grandes del mundo junto con la Enciclopedia Británica) en la cabeza de un alfiler, a condición de utilizar una superficie circular de 1000 átomos por punto de impresión, pero, rizando el rizo, el día que se conozca la técnica para manipular átomos (creo yo que ya se sabe, pero es secreto todavía) será posible imprimir en la décima parte de la superficie de una lenteja toda la historia de la Humanidad. La ciencia, de hecho, está en condiciones de manipular los átomos con precisión y soltura, pero la dificultad que se presenta es que los átomos están en continua agitación. De la tabla periódica de elementos solamente unos cuantos de dichos átomos, por su peso molecular son adecuados: Hidrógeno, Carbono, Nitrógeno, Oxigeno, Hierro, Silicio, Cloro, Fósforo, o sea los más conocidos Elementos de la antigüedad, amalgamados en la tabla periódica de Mendeleiev.

Desde principio de los años 80 del siglo pasado se analizaron las interacciones atómicas que deberían tenerse en cuenta a la hora de la fabricación de máquinas—herramientas manométricas. Fueron tenidos en cuenta problemas como el movimiento de los átomos; y dicho movimiento es producido por el calor (o energía calorífica), cuanto más elevado sea el calor, más vibran los átomos. Una dificultad a tener en cuenta es que nano máquinas que funcionarían bien a temperatura ambiente, serían inutilizadas cuando se produjese una alteración de unos pocos grados. Además, existen otras dificultades que no han impedido que se realicen modelos teóricos y pruebas prácticas en cuanto a dispositivos extraordinariamente simples que muestran que se lograrán los objetivos. Sólo hay que fijarse en el organismo humano para confirmar de que la meta es tecnológicamente válida: así, el organismo humano para confirmar de que la meta es tecnológicamente válida: así el organismo humano posee nano máquinas biológicas operantes que actúan a escala atómica biológicas operantes que actúan a escala atómica y de los que depende la totalidad de la estructura biológica humana: el ADN, ARN, los ribosomas, etc. La efectividad de la nano tecnología dependerá de que sean capaces de replicarse a sí mismas. Para ello hace falta diseñar una máquina junta dora o unidora (ensambladora). Este justador contendría algunos millones de átomos y sería una especie de brazo manipulador que permitiría situar los átomos allí donde se quisiera con ayuda del microscopio a escala industrial de “efecto túnel” Una vez fabricado este primer juntador (ensamblador), unos pocos átomos, individualmente muy “simples”, serían capaces de coordinarse para construir otros más complejos. A parte del microscopio de efecto túnel”, se pueden construir nano microscopios y el auto ensamblaje realizado por la ingeniería genética. Dentro de unos diez años (o menos), se construirán juntadores guiados por nano ordenadores que operarán situando varios millones de átomos por minuto, mientras que ahora, con algunas dificultades, apenas puede moverse unos pocos. Referente a la ingeniería genética consiste en usar el instrumental fabricado para manipular fragmentos de ADN. Disponiendo de los primeros juntadores, la nano tecnología permite mejorar la calidad de cualquier cosa , de cualquier producto de precisión: si los átomos pueden situarse de forma precisa, los problemas relacionados con la infestación e impurezas desaparecen; así pues es posible fabricar materiales más sólidos con una tecnología más sencilla y barata. Y ¿cuál sería la máquina, el aparato, para conseguir toda una serie de maravillas que podían calificarse como prodigios? El modelo podía ser de corte clásico, parecido al de un horno microondas. Un panel de mandos permitiría al usuario elegir el objeto deseado, como una sartén, una vajilla, un traje a medida, unos zapatos, un ordenador, una empanada, en definitiva, miles de millones de cosas útiles e incluso frívolas. Entonces, los juntadores o ensambladores empezarían a repicarse o multiplicarse en el aparato “tipo microondas” (u otro modelo) tomando la forma del objeto deseado. Luego una vez creada la estructura, unen o ensamblan el objeto elegido, átomo por el traje o cualquier otra cosa estará listo en menos de tres minutos. Fíjate que el dossier “Máquina del tiempo” se incluyó parecida tecnología la cual se podía utilizar en la palma de la mano como soporte, algo así como una especie de parche que se podía adherir a la palma de la mano, y que sería muchísimo más práctico que un aparato “tipo horno microondas”. ¿Sería posible crear edificios que se construyan a sí mismo? Desde el ámbito de la nanotecnología, la respuesta es afirmativa; ¿te imaginas ese espléndido edificio inaugurado en Barcelona de construcción tubular construyéndose a sí mismo? Y, aplicado esto a los problemas de la salud, el promedio de vida podría alargarse hasta cotas inimaginables. Creo que la misma inteligencia artificial, la robótica y las nuevas tecnologías actuales y futuras solamente entrará en la recta de salida cuando sea capaz de incorporar estas tecnologías actuales y futuras solamente entrará en la recta de salida cuando sea capaz de incorporar estas tecnologías, que ya están a punto, que permitirán que los ordenadores se disciplinen a sí mismo, se adapten y mejoren superando su propio software de fábrica. Tengo información que en el año 2005 se podrían comercializar las primeras nano máquinas, y si no se han comercializado ya es por culpa de la administración estatal; y hacia el año 2030 estarán a disposición de los usuarios los primeros nano ordenadores del tamaño de una bacteria ¡La suerte está echada.

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