jueves, 13 de septiembre de 2012

COBAYAS DE UN DESTINO PLANIFICADO


Tal se desprende una vez más de una correspondencia que se conserva en la biblioteca del Museo Británico en Londres: se trata de la correspondencia mantenida en el siglo pasado entre Albert Pike y Giuseppe Mazzini, dos cualificados miembros de la cúpula masónica y satánica de los Iluminados. En esta correspondencia se diseñaron las tres grandes guerras mundiales.
Así, en carta dirigida a Mazzini con fecha del 15 de agosto de 1871 —hace más de un siglo— Pike le comunica que la Primera Guerra Mundial se debía generar para permitir a los Iluminados derrocar el poder de los zares en Rusia, y transformar este país en la fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de los Iluminados entre los imperios británico y alemán —y también la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo— se debían aprovechar para fomentar esta guerra. Una vez concluida, se debía edificar el comunismo y utilizarlo para destruir otros gobiernos y debilitar a las religiones.

La Segunda Guerra Mundial debía fomentarse aprovechándose de las diferencias entre fascistas y sionistas políticos. La lucha debía iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial se debía edificar una Internacional comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo el conjunto cristiano. En este punto se la debía de contener y mantener para el día en que se la necesitase para el cataclismo social final. El objetivo de estas dos guerras —diseñadas en el siglo pasado— se ha conseguido. Queda por ver la Tercera Guerra Mundial.

La Tercera Guerra Mundial se debía de fomentar aprovechándose de las diferencias promovidas por los agentes de los Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán. La guerra debe de orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se verán obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse físicamente, mentalmente, espiritualmente y económicamente.

Albert Pike le escribió a Giuseppe Mazzini el 15 de agosto de 1871 que, al final de la Tercera Guerra Mundial, quienes pretenden la completa dominación mundial provocarán el mayor cataclismo social jamás conocido en el mundo.

ANDREAS FABER KAISER

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