NUEVAS ARMAS
Cualquiera de los experimentos anteriormente expuestos queda ampliamente rebasado sin embargo con los ensayos del arma étnica. De acuerdo con la documentación a la que he tenido acceso, se está trabajando en la creación de una bioarma dirigida a afectar a las personas de color, al tiempo que quedan indemnes los blancos. Y ya en este contexto, y para que el lector pueda hacerse una idea de lo variopintos que pueden llegar a ser los recursos aplicables a un enfrentamiento, me haré eco de las palabras pronunciadas por el científico norteamericano de origen yugoslavo Andrija Puharich, durante el congreso internacional sobre el desarrollo del hombre celebrado en 1985 en San José de Costa Rica, y que tuve la satisfacción de poder inaugurar. Dijo allí Puharich que estábamos siendo sometidos en nuestros días a una guerra de campos de ondas de baja frecuencia, contra la cual podía el organismo humano desarrollar una protección aplicando la suficiente dosis de voluntad.
Esto fue un flash resumido del panorama americano, pero de ingenuo peca aquél que opine que el bloque hasta hace poco contrario se andaba a la zaga. Mientras tanto alguien, en la trastienda del planeta, sigue frotándose las manos. ¿Hasta cuándo? Hasta que el ciudadano despierte de su conformismo, hasta que la gente abra los ojos y sus mentes, se ponga a pensar, y deje de formar parte de este gran rebaño de siervos que encima van y le sonríen con placidez al tipo que los está pisando. En todos los campos y a todos los niveles de la vida.
ANDREA FABER KAISER
Cualquiera de los experimentos anteriormente expuestos queda ampliamente rebasado sin embargo con los ensayos del arma étnica. De acuerdo con la documentación a la que he tenido acceso, se está trabajando en la creación de una bioarma dirigida a afectar a las personas de color, al tiempo que quedan indemnes los blancos. Y ya en este contexto, y para que el lector pueda hacerse una idea de lo variopintos que pueden llegar a ser los recursos aplicables a un enfrentamiento, me haré eco de las palabras pronunciadas por el científico norteamericano de origen yugoslavo Andrija Puharich, durante el congreso internacional sobre el desarrollo del hombre celebrado en 1985 en San José de Costa Rica, y que tuve la satisfacción de poder inaugurar. Dijo allí Puharich que estábamos siendo sometidos en nuestros días a una guerra de campos de ondas de baja frecuencia, contra la cual podía el organismo humano desarrollar una protección aplicando la suficiente dosis de voluntad.
Esto fue un flash resumido del panorama americano, pero de ingenuo peca aquél que opine que el bloque hasta hace poco contrario se andaba a la zaga. Mientras tanto alguien, en la trastienda del planeta, sigue frotándose las manos. ¿Hasta cuándo? Hasta que el ciudadano despierte de su conformismo, hasta que la gente abra los ojos y sus mentes, se ponga a pensar, y deje de formar parte de este gran rebaño de siervos que encima van y le sonríen con placidez al tipo que los está pisando. En todos los campos y a todos los niveles de la vida.
ANDREA FABER KAISER
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