NUESTRA CREACIÓN
Los brazos Divinos o Arquitectos cósmicos, íntimamente unidos con la Energía conductora o Ley, son los que determinaran en qué lugar del cosmos se iniciará la formación de los nuevos mundos y son también los que producirán la energía que dará impulso y que iniciará el proceso de evolución.
Una vez el proceso de evolución iniciado por medio de su Hágase o los Arquitectos Cósmicos, será vigilado y seguido de acuerdo y en armonía con la Ley, por los Seres Crísticos, que serán los ejecutores de ésta Voluntad Divina y que trabajarán en la producción y canalización de energía que activará los cambios de estructura celular necesarios para mantener el equilibrio de progreso de la Obra Divina. Resaltemos y anotemos una importante diferencia existente entre los conceptos que acabamos de formular:
Las energías Primarias, Secundarias y Superior, cuando fluyen o salen de Dios, se desprenden, se separan o desligan de Dios y en lo sucesivo se moverán, vivirán y actuarán por si mismas, controladas y vigiladas por la Ley.
La Energía Conductora o Leyes Divinas y las Fuerzas Divinas Arquitectos Cósmicos, salen de Dios, fluyen de Dios sin desligarse de El, por lo que podríamos decir que son Dios mismo abarcando.
Cuando la Energía Primaria, que ha formado un planeta, ha cumplido la etapa evolutiva prevista para que se den las condiciones necesarias que permitan a coger a la Energía Secundaria vegetal, ésta es conducida por los Arquitectos Cósmicos o Brazos Divinos hacia el planeta indicado, dando comienzo así al periodo evolutivo vegetal.
Una vez la Energía Secundaria Vegetal ha alcanzado el nivel evolutivo que permita a coger a la Energía Secundaria animal, esta es conducida por los Brazos Divinos para iniciar el proceso evolutivo.
Del mismo modo, cuando el proceso evolutivo de la Energía Secundaria ha llegado a un estado de desarrollo en el que se contienen las condiciones mínimas para poder albergar a la Energía Superior, es cuando los Brazos Divinos conducen al Ser humano hacia el planeta para que inicie su camino evolutivo a través de una encarnación material utilizando una envoltura o cuerpo físico de Energía Secundaria.
Debemos tener en cuenta que la Energía Primaria es la base sobre la que se poyará la Energía Secundaria para poder cumplir sus etapas evolutivas. Teniendo en cuenta la afirmación anterior deduciremos que la Energía Secundaria Vegetal, que es una Energía con conciencia o percepción sensible, pero que no es el vegetal en sí mismo, sino que es la energía que lo hace crecer, desarrollarse y multiplicarse, es conducida por los Brazos Divinos a relacionarse con una moléculas agua-carbono de energía primaria para formar la primera estructura vegetal y que por efectos de las Energías de Transformación de Vida transmitida por los Brazos Crísticos, ira evolucionando hacia formas vegetales diversas y más complejas.
Cada vez que una estructura vegetal ha cumplido la misión de ser el soporte de manifestación de vida de una Energía Secundaria vegetal ésta debe “fallecer” y reintegrarse al depósito Divino, aquella, la estructura vegetal, es desintegrada, volviendo de nuevo a la tierra o Energía Primaria.
Otro tanto ocurre con la Energía Secundaria Animal, que apoyándose en estructuras de Energía Primaria, formará el cuerpo necesario para iniciar su proceso evolutivo hasta llegar al estado de desarrollo apto para albergar al ser humano.
Por lo tanto, podremos sintetizar y decir que, en el Ser humano encarnado, vemos:
ENERGÍA PRIMARIA, Esta está formando la estructura física de su cuerpo, (que una vez fallecido se reintegrará a la tierra.)
ENERGÍA SECUNDARIA ANIMAL. Este está estructurando y desarrollando las células del cuerpo físico que debe albergar al vegetal.
ENERGÍA SUPERIOR, que es el propio Ser humano y que se relacionará con la Energía Secundaria y utilizará las condiciones físicas de la materia energetizada.
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