martes, 26 de abril de 2011

                                                       
                                            PUNTOS DE TRANSICIÓN
En el pasado, los yoes Superiores tenían la mayor parte de su actividad en la cuarta dimensión y, por eso, era necesario que sus representantes, los antiguos gurús estuviesen en el plano físico. En la época actual, de síntesis, los yoes Superiores están más incorporados que antes y las Mónadas al plano cósmico, son los que nos guían; sus representantes se encuentran en un plano más elevado, más allá del físico del astral y del mental terrestre. En el libro SEÑALES DE CONTACTO, tuve oportunidad de discurrir sobre las relaciones con esos Seres o entidades que trabajan con nosotros, en los niveles internos de la vida. En aquel relato afirmé que mi Monada está representada por Ashtar Ashgran, que hoy también trabaja en ERKS. Esa afirmación será ampliada y aclarada en el futuro.

Con todos estos cambios profundos que ocurren en la cosmogonía del hombre y en la órbita de la Tierra ( en todos los planos de consciencia) es necesario desapegarse de técnicas arcaicas, de métodos de eficiencia comprobada e incluso de experiencias positivas efectuadas por otros individuos, que nos sirvieron de referencia. Sólo así se crearán las condiciones para el SUPREMO puede actuar libremente en cada uno de nosotros. Eso no quiere decir que debamos desechar los ejemplos que quizás hayamos tenido ante nuestro ojos, o que no podamos valernos de las sugerencias o referencias a quienes tienen más experiencias que nosotros. No obstante, son fundamentales el equilibrio, la fe en el propio SER y, principalmente, la aspiración a trascender los niveles de consciencia terrestre.

Dar relevancia a las posiciones astrológicas, por ejemplo, formaba parte de los sistemas antiguos. Normal-mente, esto representaba un acondicionamiento para las personalidades y para las almas. Sin embargo, a partir de las enseñanzas que se pueden obtener en el contacto con la realidad interna de la vida, hoy se sabe que en la humanidad existe una condición que qué puede cambiar el curso de los astros. Se trata de una actividad oculta, que se da en la humanidad como un todo, humanidad que es en realidad, una Vida Única e intergaláctica. Esta actividad oculta puede determinar un cambio en los condicionamientos del planeta entero. Si el hombre se aferra a horóscopos, ya sean personales o más amplios, deja de ver un juego cósmico más vasto, que no se puede prever con mapas formales- pues está ligado a ciclos que no se pueden alcanzar a través de investigaciones ni conocimientos exotéricos, astrológicos a astronómicos, A esto se suma el hecho de que se está alterando gradualmente la inclinación del eje magnético de la Tierra, por lo tanto, la coyuntura energética que la circunda comienza a ser otra.

Mas allá de esto, ciertas conjunciones planetarias producen, en nosotros, una valiosa química oculta, independientemente de que tengamos, o no, consciencia de ellas. Mas en el cielo hay cuerpos que se consideran planetas y que no lo son. La influencia que ellos tienen sobre el hombre cambia, según las órdenes que reciben de galaxias lejanas que los controlan.

La revelación de los secretos y la adquisición de los conocimientos necesarios están ligados, como veremos, al hecho de la radiación, que es algo relacionado con la electricidad y con la luz, aunque no en la forma que las conocemos en la Tierra densa. Tal radiación benéfica depende de la purificación de la materia, de manera que la capacidad que tiene el hombre para emitirla no se puede separar del grado de purificación que el ya puede alcanzar en su evolución.

Así como ciertas infecciones del cuerpo físico hoy son disueltas con el calor, también determinadas estructuras vigentes en la Tierra tendrán ese elemento como agente transformador. Sin embargo, si los fuegos del espacio se entrecruzan con los subterráneos, se crearía una situación – confusa, lo cual muestra necesidad de que durante el proceso de transformación, haya armonía en todas partes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario