martes, 5 de abril de 2011





VIAJE DE IDA Y VUELTA A DIEZ MILLONES DE KM DE LA TIERRA

Tras 20 años de silencio me he decido a dar a conocer las insólitas experiencias de un contactado a donde este tuvo contacto físico y directo con seres Cósmicos que en su día, modificaron por completo las herramientas conceptuales con que contaban para entender la vida y la realidad que conocía.   Cuenta hoy con 51 años, y es paralítico de nacimiento, pero eso no ha sido, según veremos, ningún en pedimento para que realizara, según afirma, un viaje a 10 millones de kilómetros de la tierra… Aclarar de antemano, que de todos los contactos entrevistados por el autor Luis Font es el más fiable, coherente y equilibrado, y el que mayormente re une mejores condiciones de personalidad centrada y precisa, que libera detalle a detalle toda su historia con una sinceridad pura y exenta de verter las añadiduras fantaseantes  propias del contacto mesiánico común. Centrado únicamente a narrar tal cual vivió aquellas vivencias sin prestarse siquiera a dar su opinión personal,  Luis Font por su entereza y rectitud Rhasta el más mínimo detalle anecdótico sin divagar con posturas o deducciones propias con objeto de tergiversar la historia como normalmente acostumbran otros testimonios. Su andadura como contacto se remonta ya desde la infancia, mediante apariciones de seres altos y rubios y con túnicas blancas que le acompañaban en sus largos paseos diarios al campo  junto a su abuelo, entre otras experiencias de contacto con seres de luz que le visitaron por las noches. De mayor, su creciente interés por los fenómenos anómalos, en especial sobre los OVNIS, le llevó a coleccionar recortes de Periódico sobre noticias insólitos que iban apareciendo. Pero no fue hasta los 31 años, cuando conoció a la persona que qué le iba adentrarle en el intrínseco y desconocido mundo de los OVNIS. Gracias a un investigador latino que anunciaba una conferencia sobre OVNIS. Luis Font fue a su encuentro y entablo amistad con él y su esposa, una Médium, a la que prefiere mantener el anonimato. El encuentro tuvo lugar en los Mo negros, comarca de la provincia de Zaragoza y Huesca, conocida como zona de actividad paranormal.
A principios de 1977, se reunieron allí Luis y sus dos hermanos,  junto con el matrimonio para realizar diversas sesiones de Ouija En una de ellas, establecieron contacto con seres de otros planetas, pero el grupo exigió pruebas tangibles y una posible cita para contactar en persona con “ellos”. Pasaron dos semanas y no recibían ningún comunicado para una cita, sin embargo, de forma inexplicable, la Médium perdió un anillo de plata, que apareció al cabo de pocos días, encima del frigorífico. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron extraños y minúsculos dibujos de naves grabados en la parte interna del aro. Se asemejaban a tres picos de montaña, y a distinta altura, figuraban tres platillos volantes. Se llevó el anillo para analizar a un investigador – Hoy  ya fallecido y al que Luis tampoco desea revelar su identidad- quien determinó que ninguna herramienta terrestre poseía suficiente precisión microscópica para escribir aquellos símbolos. Según Luis, el anillo debe de seguir en posesión de la Médium, pero ignora siquiera si sigue hoy en vida, pues hace ya años que perdió contacto. Siquiera si sigue hoy en vida, pues hace ya años que perdió contacto. Finalmente, tras siete meses de espera, por medio de la Ouija, los supuestos extraterrestres les citaron allí mismo, en los Monegros, concretamente en una zona de campo arado, para tener un encuentro directo el día 21 de agosto de ese año 1977  a las 11 de la noche. Llegado el día, los cinco protagonistas acamparon con una tienda de campaña en el terreno que era seco y llano. Mientras se instalaban, escucharon lo que parecían voces alrededor suyo, fenómeno que vino acompañado luego por el avistamiento de una pequeña esfera roja que parecía descender del cielo en zigzag hasta esconderse tras una montaña, justo en el instante en que, por la lejanía del horizonte, se vieron sorprendidos por tres fogonazos instantáneos de luz violeta procedente del cielo. Sin embargo, si en un principio creyeron que aquello era el preludio de un aterrizaje, nada de especial aconteció  en las siguientes horas. Luis se acomodó dentro del coche para tener una mayor visión celeste, mientras que el resto del grupo permaneció en el interior de la tienda. Sin darse cuenta, todos sucumbieron a un profundo sueño, que se prolongó hasta las 5 menos cuarto de la madrugada. Cuando despertaron, oyeron un peculiar sonido semejante a una turbina, alejarse poco a poco. La médium manifestó su desconcierto ante la fracasada cita, comentando que la noche anterior había tenido un sueño premonitorio en la que se veía junto a sus amigos en el interior de una sala circular e iluminada. Regresaron a casa frustrados y desaminada, pero por poco tiempo…                                                                                                         Dos semanas, después, la médium llamó a Luis para refrescarle la memoria; “¿Recuerdas que ocurrió realmente esa noche?... Bastaron escasos detalles para que la memoria de Luis empezara a chispear, y consiguió recordarlo absolutamente todo, en cuestión de horas. En la noche de la cita, Luis había mirado el reloj por última vez antes de sumirse en el “sueño amnésico”, exactamente a las dos menos cuarto. En ese instante vislumbró desde el coche, como descendía una nave que se situaba a unos 50 metros delante de él. Era un aparato de 20 metros de diámetro por 15 de alto, de forma discoidal, color blanco brillante y aspecto metalizado, que sin llegar a posarse sobre el suelo, permanecía suspendido a 2 metros, totalmente ingrávido e inmóvil. Inexplicablemente carecía de puertas, y huecos, era de superficie lisa y pulida, sin soldaduras añadidas. De pronto, de su parte delantera, la superficie del material se moldeó como si de plastilina se tratara, y “hizo” una ranura vertical y se recorrió como una cortina, ensanchándose hasta dar lugar a una abertura rectangular, de la que salió una rampa y seguidamente un humanoide de tres metros de altura levitando en el aire a unos centímetros de la plataforma. Era un ser de aspecto, humano, de piel sonrosada, rubio, con melena hasta los hombros, ajos azules, ataviado con un ajustado traje blanco, una capa azul en la espalda, cinturón brillante, dos aros de luz en las muñecas, y unas botas marrones terminadas en punta como unas babuchas árabes. El ser se acercó a dos metros del vehículo y saludó a Luís con una mano en su corazón y otra alzada mostrando su palma, al tiempo que exclamó; “paz hermano…”, y se identificó con el nombre de “Ashtart sheran”, comandante en  jefe de flotillas de naves interestelares en misión de ayuda en la tierra. Desembarcaron 4 seres más vestidos de igual forma pero sin capa, y se colocaron dos a cada lado del vehículo y dos más frente a la tienda de campaña. La cremallera de la tienda se corrió sola y entraron dentro para despertar al matrimonio y a los hermanos de Luis. Entretanto, tras dispararse solos los pestillos de la puerta del coche, esta se abrió también sola y uno de los seres entró y agarró en brazos a Luis y,  junto al resto del grupo, fueron conducidos en fila india a bordo de la nave.                                                                                                                             Una vez dentro,  y tras menguarse el hueco hasta cerrarse,  el ser que llevaba a Luis con ambos brazos le soltó inesperadamente y este, perplejo, en vez de caer, recuperó sorprendentemente la movilidad de sus piernas y empezó a caminar como si nada. Luis notó no sólo inesperadamente y este perplejo, en vez de caer, recuperó sorprendentemente la movilidad de sus piernas y empezó a caminar como si nada. Luis notó no sólo un ambiente más sutil y energético allí dentro, sino que, a diferencia del tamaño que mostraba la nave desde fuera, allí todo era mucho más enorme… Según dijeron los seres, allí dentro estaban situados en la cuarta dimensión, por lo que en su interior todo era unas cuatro veces mayor que en el exterior.                                                  Cruzaron una sala circular repleta de enseres y ordenadores. En el centro de la sala había tres esferas luminosas sujetas a un receptáculo, una dentro de otra, con las que manejaban mentalmente para realizar funciones de control múltiples. Una pantalla cuadrada situada encima de un panel mostraba imágenes de naves en movimiento que avanzaban por el Cosmos.                                                                                                             Varios seres más, se hallaban manipulando cuadros de mando y paneles entorno  a la sala. Seguidamente se abrió otro hueco en una de las paredes, al que les hicieron entrar, hasta acceder a una especie de pasillo circular donde había una pantalla rectangular. El suelo mismo se transmutó en sillas anatómicas, amoldándose cada una al tamaño corporal de los 5 visitantes, y todos se sentaron en semicírculo alrededor de la pantalla. Tocaron el material de que estaba compuesto tanto paredes como suelo, y era esponjoso y crepitaba, totalmente como si emitiera burbujeantes vibraciones.                                                                             La pantalla se iluminó y apareció la imagen exterior,  donde se veía el coche y la tienda. En una fracción de segundo, la imagen saltó fulgurantemente hacia otra en la que se veía el planeta tierra como una canica… Según les dijeron, había abandonado la tierra instantáneamente y se aproximaban a un lugar maravilloso. Les invitaron a beber de un recipiente un extraño líquido color naranja que tenía un gusto afrutado muy delicioso, porque cumpliría con la función de “purificar” su organismo. Al beber, sintieron una gran ligereza y plenitud, que se intensificó más al inundarse toda la sala de una luz violeta que tenía como finalidad “desinfectarles”. Unas manchas de comida y hasta de tinta que Luis llevaba en su camisa, desaparecieron, así como todo el sudor e impurezas del cuerpo interno y externo. Tras abrirse otro hueco en la pared, accedieron de nuevo a la sala principal, les pidieron que observaran a la pantalla, y apreciaron un punto de luz perdido en el universo que de repente se aproximó hasta ocupar toda la superficie. Era una especie de nave “planetoide”, de forma esférica y aspecto metalizado, que mediría una sexta parte del tamaño de la Luna terrestre. Era una especie de base gigantesca, que no tardó en modelar una ranura vertical hasta dar paso a un hueco circular por el que penetraron ellos. Tomaron tierra en un gigantesco Hangar, donde habían cientos de naves de todas las formas y tamaños, así como criaturas que iban de un lado a otro transportando mercancías.                                                                                               Al desembarcar de la nave por la rampa, cruzaron a pie a todo el Hangar, y se toparon con innumerables que seres que pertenecían a distintas  razas Cósmicas. Todos eran humanos, peo de rasgos muy bellos, aunque se diferenciaban por la altura y el color de su piel. Los más altos medirían unos 9 metros, auténticos gigantes que vestían traje ajustado, cabeza encapuchada y rostro de piel canela, que arrastraban objetos y cajas sin tocarlas, es decir , desplazándola levitando.  Los medianos medían 3 metros y tenían piel amarillenta, Otros medían 1,90 metros y su color de piel variaba entre verde, roja y hasta azulada… Los bajos medían 1,20 y eran pálidos y los más enanos no más de 20 cm, y de piel bronceada. Todos lucían largas melenas hasta los hombros y caminaban sin tocar de pies en el suelo, flotando a pocos centímetros. Tras cruzar ese hangar – tan grande como tres grandes como tres campos centímetros. Tras cruzar ese hangar – tan grande como tres campos de futbol- , accedieron  junto a Ashthar  Sheran  y dos seres más, por un túnel que les llevó  a una sala circular, en mitad de la cual les aguardaba un anciano con barba blanca tras una mesa ovalada. El hombre medía unos dos metros, vestía una túnica blanca, y su piel era de tez morena. Dirigiéndose a Luis, exclamó; “Bienvenido, hijo. Estás aquí para cumplir con la misión que tú mismo has pactado,  y a la cual te comprometiste a  antes de reencarnar en la tierra… Les llamó la atención unas jarras que contenían unas flores tan bellas en colores y matices que no habían visto nunca en la tierra, y preguntaron que simbolizaban allí expuestas. Con lo que el anciano les contestó que representaban la divina perfección de Dios…                                                                                Acto seguido penetraron en otra espaciosa estancia de donde pendían cinco tubos transparentes que estaban situados en el centro.                                                                                                        Luis y sus acompañantes, así como Ashthar Sheran y dos ayudantes suyos, fueron todos aspirados hacia arriba a través del tubo central, y aunque sintieron estar pisando algo sólido, no había nada visible bajo sus pies, y ascendieron flotando velozmente hasta llegar a una especie de galería que se asemejaba a una clínica u hospital, donde había múltiples camillas y aparatos médicos de intervención quirúrgica altamente sofisticados.                                                           Desconcertados, preguntaron qué clase de función tenía aquel hospital para ellos, puesto que anteriormente les habían comentado que en su vida no existía enfermedad, ni vejez, ni siquiera la muerte… Entonces les aclararon que aquello se utilizaba simplemente para escanear y medir las distintas fluctuaciones energéticas de su cuerpo y espíritu, y que en ese instante serían sometidos a un reconocimiento energético y físico. Tendidos en camillas, les colocaron unos siete discos metálicos recorriendo los 7 puntos energéticos del cuerpo, con los Chackras. Al finalizar con Luis, le invitaron a visitar las instalaciones mientras que el resto del grupo permanecería allí a su espera.                                                               Había numerosas galerías y túneles que conducían a distintas salas repletas de aparatos emisores y receptores  de energía, teles transportadoras,  e.tc...  Ante tan abismal visión de su avanzada tecnología, Luis, lejos de hallarse confundido o perplejo se sentía como en su casa, como si hubiera regresado al lugar de donde procedía y que conocía de antemano, que utilidad y función cumplía cada instrumento así como el trabajo y misión de cada criatura, como si realmente hubiera estado allí con anterioridad.                                                                      Una duda que los seres no tardaron en despejarle, revelándole que efectivamente había sido uno de ellos en otra vida pasada, pero que por desviarse de su camino, adoptando una actitud intransigente y canalizando erróneamente el poder de que disponía, fue condenado a reencarnar nuevamente en la tierra.                                                           Posteriormente, le hicieron recordar una vida pasada como distinguido miembro de la “S.S” nazis, pereciendo bajo la explosión de un obús en Libia en 1942 cuatro años después, reencarnó bajo su cuerpo actual, destinado a vivir inmovilizado en una silla de ruedas hasta la muerte, como carga Kármica a saldar por sus injusticias en el pasado. En un momento de la visita, que duró unos minutos, los seres le llevaron a otra estancia donde, según dijeron le tenían deparada una sorpresa. Se personó ese anciano de la entrada y le invitó a que se acomodara en una especie de sillón, mientras le colocaba un aro concéntrico compuesto de tres anillos. Una vez colocado el aro a unos centímetros de su coronilla, que permaneció flotante e inmóvil, Luis sintió que su conciencia espiritual se desplazaba fuera de su cuerpo, hallándose súbitamente suspendido en el aire recorriendo la atmósfera de la tierra, que estaba envuelta de enormes nubarrones negruzcos que despedían infinidad de fragmentos ígneos.                                                                                                                          Al descender a más baja altitud, vislumbró como la superficie de la Tierra se agitaba en intensos temarrblores que desbastaban ciudades  y montañas enteras, no dejando piedra sobre piedra.                                                                                                    En medio de gigantescas llamas y lava se hundían los cinco continentes y se dividía toda la masa terráquea en pequeñas porciones que acababan sumergidas bajo el mar. Recuerda que de América tan sólo quedaron 3 0 4 restos de minúsculas isletas flotantes, con Italia y parte de España bajo el Mar. Pero pudo ver como de entre África y España,  cerca de las Islas Canarias, surgía la Atlántida del agua , que será – aseguró Luis – nuevamente habitada por la nueva humanidad. Según Luis, aquel espectáculo apocalíptico sólo se podría describir así; los cuatro elementos del planeta – Agua-Tierra –Aire-Fuego- unidos contra el hombre, para limpiar y “barrer” el clímax degenerativo a que había llegado. El detonante de tal hecatombe planetaria sería un planeta que rozaría al nuestro a órbita cercana, y desencadenaría el final de la actual civilización humana, para dar paso a la entrada de la cuarta dimensión, donde los pocos supervivientes terrestres – previamente salvados al ser sustraído a bordo de naves – vivirán en armonía plena con los hermanos mayores del Cosmos. Según calcula, sólo un 3% de la humanidad sobrevira al holocausto… Tras la caótica escena, Luis pasó a tener una nueva visión de la tierra, donde puedo apreciar la nueva etapa dimensional de Gaya, donde toda la superficie terráquea estaba recubierta de frondosos valles y bosques, reinaba la paz absoluta y el hombre vivía en pleno conocimiento de sus verdaderas esencias espirituales. Pero la más sorprendente revelación que recibió es que cuando acontezca tal evento, la Tierra modificará su trayectoria orbitatoria  y se colocará en la posición que ocupa en el espacio el actual planeta Venus, produciéndose así, sucesivamente, un movimiento de traslación de todos los planetas del sistema solar, como parte de una vasta transmutación Cósmica sin precedentes en la historia. Luis retornó nuevamente a su cuerpo y  junto al resto,  fueron rápidamente devueltos a la Tierra. Antes de bajar de la nave los seres le comunicaron a Luis que aquello había de servirles únicamente para impartir esa verdad que había vivido a quienes desearan escucharlas sin más. Fueron devueltos respectivamente – Luis en el coche y el resto en la tienda- en la misma posición que ocupaban y les sumieron en ese trance amnésico hasta el momento en que los extraterrestres partieron con la nave, aproximadamente hacia las 5 menos cuarto, momento en el que despertaron sin recordar nada conscientemente. Según Luis, pasaron sólo unas tres horas, pero en realidad hubo una alteración Espacio-temporal propia de la cuarta dimensión en la que se hallaban inmersos, en donde el tiempo avanzó más rápidamente con respecto al tiempo terrestre, pudiendo haber transcurrido perfectamente unas 10 horas en ese viaje foráneo a la Tierra. Actualmente Luis sigue en contacto mentalmente con esos seres, quienes le advierten, no cite fechas apocalípticas y deje que cada cual deduzca por sí misma el grado de trascendencia que se merece el cambio dimensional que nos espera a la vuelta a la vuelta de un futuro inmediato.

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