CAMBIOS GENÉTICOS 2O12
From: tamli@heliocentro.net
Muchas de las religiones de la Tierra, esperan la llegada de un Reino de Paz, el retorno de algún Mesías o la subida de los elegidos a un cielo, más o menos feliz. Desgraciadamente esto no es tan fácil, Incluso si esos prometidos mesías retornarán, serían con toda seguridad crucificados o ignorados, dado que las castas religiosas de todas las religiones se han alejado, manipulado o tergiversado el mandato del dios que pretenden representar. Por otra parte Dios no necesita intermediarios, ni ministros ni sacerdotes. Dios vive en el amor, en la virtud y en cada átomo de la existencia humana.
Los sectores no religiosos. Los esoteristas y grupos alternativos anuncian un nuevo tiempo a partir del 2012, en el que el ser humano se volverá una ovejita pacífica, y todos juntos mediante el amor y la virtud conseguiremos convertir la Tierra en un paraíso de paz.
¡Pobres ilusos!....
Llevamos cerca de 6.000 años Historia y el aún hoy se mueren cerca de 30.000 niños de hambre al día. Tenemos injusticias y diferenciación de clases irreconciliables. Guerras, cambio climático e incluso la capacidad de auto-aniquilación mediante el empleo irracional y masivo de la energía atómica. Es cierto que siempre ha habido maldad, pero nunca en ningún momento de la Historia, habríamos almacenado bombas atómicas, capaces de convertir la Tierra en polvo. Ni habíamos producido un cambio climático de tal naturaleza, que el próximo futuro modificará la morfología del planeta en forma traumática.
Si miramos el pasado de la Humanidad, veremos que los cambios profundos no los ha producido el hombre, sino los “dioses” o si algunos lo prefieren: “Nuestros padres genéticos venidos de las estrellas”
Si se investiga un poco en el mapa genético y fisiológico humano o si analizamos la cascada hormonal del individuo, tendremos que afirmar que cada uno de nosotros somos el resultado de la acción bioquímica de nuestras hormonas.
La testosterona en el hombre le lleva irremediablemente a la guerra a la práctica del sexo a cada instante o a gritar como un loco en el estadio de futbool.
La progesterona de la mujer le inclina al deseo profundo de la maternidad y a actitudes más aleatoria y diversas del prototipo masculino.
La adrenalina descompensada nos puede llevar a la guerra o a un infarto cardiaco. Somos, nos guste o no, el resultado de un complejo bioquímico íntimamente ligado a los estados de ánimo y a las emociones.
Será efectivamente a partir del 2012 cuando comiencen los cambios, pero estos cambios serán lentos, paulatinos y dirigidos a un cambio genético, perfectamente orquestado por los “dioses”.
El retorno de nuestros padres genéticos se dará en forma escalonada a partir de este año, y su acción estará centrada sobre todo en los niños, en la alteración de su genética, en la manipulación de las hormonas.
Siempre fue así a través de la Historia. En esta ocasión os traslado para su reflexión un pasaje bíblico que no tiene desperdicio. Se trata de Jacob, el Padre de las doce tribus de Israel. Es decir, el ser a través del cual se sembró una genética. Seres superiores intervinieron su “saco dural” para alterar su ADN, produciendo hijos con códigos más evolutivos. Veremos en este pasaje cómo un “cirujano-angel” opera a Jacob en el saco dural (a la altura de la tercera sacra) modificando su medula espinal y su sistema nervioso vegetativo. Actuando sobre el nervio pudendo que tiene que ver con la actividad sexual y espermática del hombre. ¿Qué insertaron los dioses en Jacob?.... Si leemos el texto sin preconceptos dogmáticos, quizás se mueva nuestra imaginación en forma diversa a la religiosa y más próxima a la científica.
"Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jacob. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo".
Algunos pensarán que tenemos mucha imaginación, pero existen otros pasajes en el libro sagrado que abundan en estas posibles intervenciones genéticas dirigidas desde lo alto…
"LOS HIJOS DE LOS DIOSES SE ENAMORARON DE LAS HIJAS DE LOS HOMBRES Y LAS TOMARON COMO ESPOSAS"
Este pasaje nos muestra un hecho constantemente repetido en todas las tradiciones y razas de la Tierra. Hubo un tiempo en que los extraterrestres, venidos de otras moradas celestes, depositaron en la nuestra, su gene o código evolutivo, capaz de acelerar la perezosa marcha ascensional de aquel primate humano.
En la misma medida, personajes claves para la revelación de cada concepción religiosa, nacen de una madre virgen y de la Inteligencia Celeste, o bien su nacimiento se pierde en una paternidad milagrosa. Podemos citar al respecto, desde el Maestro Jesús el Cristo, hasta Buda, Confucio, o el mismo Moisés, que aparece por el río en una canastilla, para ser adoptado por una princesa. Hemos hablado de "paternidad", pero también la "maternidad" puede tener connotaciones extraterrestres, así lo recoge la tradición Maya, con la Diosa Orejona, divinidad ésta venida del planeta Venus, que tuvo 70 hijos en la Tierra y regresó de nuevo a su origen.
Serían muchos los casos, que a este respecto podríamos relacionar, recorriendo la historia de cada pueblo; pero vamos a reparar ahora en una nueva fuente: Existe un, texto antiguo titulado, "Apócrifo del Génesis" que fue encontrado entre los documentos del Qumran o "Papiros del Mar Muerto", donde se contiene en forma magistral, este hecho de la intervención extraterrestre, que para aquellos antiguos patriarcas era absolutamente normal y que ahora transcribimos en lo pertinente:
"Después de un tiempo, su hijo Matusalén tomó una mujer para su hijo Lamec. Ella concibió y engendró un hijo, cuya carne era blanca como la nieve y rosada como una rosa; sus cabellos limpios como 1a nieve; sus ojos tan bellos que cuando los abría brillaban más que el Sol. Apenas depositado por la partera (en su lecho) abrió su boca y levantó su voz al Señor de La Justicia (Adonai). Su padre Lamec, tuvo temor de este hijo tan singular y fue a buscar a Matusalén, su propio padre, y le dijo; "He puesto en el mundo un niño diferente a todos los demás. No es como los hombres, se asemeja más a los hijos del cielo. Su naturaleza es diversa de la nuestra..."
De este párrafo se desprende una clara diferenciación genética entre este niño y sus semejantes, hecho este que es constatado por su padre y abuelo y que a su vez crea dudas en Lamec, desconfianza esta que se repite en el caso de San José con la Virgen María. El niño aquí nacido no es otro que Noé que jugó un papel decisivo en la continuidad selectiva del género humano. Es evidente que el personaje y su papel histórico tuvo que estar revestido de ayuda celeste. Sigue luego el texto: "Y entonces yo pensé dentro de mí que ella había concebido por obra de los vigías celestes y que por los ángeles había sido instruida. Por eso mi corazón cambió dentro de mí con respecto a este niño."
De lo que se desprende el perfecto conocimiento de los patriarcas antiguos de esta intervención genética, que hizo posible el nacimiento del hombre actual.
Esta pequeña síntesis histórica nos da pié, en todo caso, para comenzar una investigación de la misma naturaleza en cada una de las fuentes de las diversas razas, que a lo largo de próximos trabajos iremos incluyendo en forma sintética
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