lunes, 23 de mayo de 2011


YESHUA –  Parte 1 - por Bradley
De: Brian Murphy – Agosto 23, 2004

Traducción: Luciana Sinatra

Anita Manasse – estrellam@sion.com


Hola a Todos

Como lo había prometido, la siguiente es la primera de siete partes canalizadas de la historia de la vida de Yeshua Ben Joseph que encontré en el sitio Crimson Circle (Círculo Carmesí) el 24 de Agosto, bajo el simple título de “Parte Dos”, e inmediatamente reconocí que había sido canalizado por Yeshua, así que luego de un poco de investigación me las arreglé para encontrar a la persona que lo había puesto allí, hasta ese momento sólo dado a conocer como “enlakeach”. En otro de sus mensajes él firmó como Bradley, así que le envié un email pidiéndole el permiso para distribuir este material para ustedes. Esta fue su respuesta;

“Querido Brian,
Nuevamente, gracias por tu generosa retribución al material y a mi participación en él. Por favor siéntete libre de pasarlo a quien quieras. Lo he estado llamando “Son” (Hijo). Simplemente puedes agregar mi primer nombre, Bradley. Y si alguien lo quisiera, que se sienta libre de contactarme también en
Bendiciones!
Namaste,
Bradley”

Mi agradecimiento a Bradley, y ahora vayamos a la historia de vida de Yeshua – Parte 1.
Si disfrutan de esto, y sé que lo harán, las otras seis partes pueden encontrarlas (en inglés) en mi sitio web: http://psyosra.bigpondhosting.com. Cliqueen en el enlace titulado “YESHUA by Bradley”:-

Disfruten
Brian M

YESHUA BEN JOSEPH
Por Bradley (enlakeach), bajado del Boletín del Círculo Carmesí el 23 de Agosto de 2004
Parte 1

            Empecemos en el comienzo de mi vida, como ustedes la conocen. Nací en un momento muy excitante y en un lugar muy excitante. Por supuesto, podría haber elegido cualquier lugar para encarnar, pero Jerusalén y sus alrededores, en esa época, eran la encrucijada del mundo. Diariamente pasaban caravanas provenientes de todos los lugares del planeta a través de ella. ¡Una confluencia tan magnífica y tal confusión de lenguajes musicales y de especias penetrantes y de exótico comercio! Y como en todas las mecas del comercio, una sorprendente cantidad de libertad prosperaba, y el intercambio de conocimiento fue aprovechado. Este lugar era también un centro del pensamiento religioso reinante, el cual yo tendría que experimentar directamente de modo de intentar fomentar su solidez y revelar sus puntos débiles. En un momento tal y en un lugar tal, una nueva idea podía ser sembrada y sus semillas podían ser esparcidas hacia todas las naciones y hacia todas las personas de la Tierra.

            Alejandría y Egipto eran otras posibilidades, en tanto que ofrecían todos estos elementos también, pero Jerusalén ofrecía una cosa más, como lo ha hecho desde entonces: conflicto. Y en tiempos de conflicto la gente es sacudida de sus letargos y forzada a tomar decisiones. Yo necesitaba hablar a los corazones de aquellos que estuvieran listos para cambiar, aquellos que eran testigos de la corrupción de los viejos poderes a su alrededor. También necesitaba un lugar de relativa libertad de pensamiento. Porque la mayor parte de Roma dejó a Judea sola. Su interés era el libre comercio y una cierta cantidad de paz y civilidad. Sí, el pensamiento religioso de la época era rígido y empapado con antiguos códigos de comportamiento. Pero eso era exactamente lo que yo esperaba influenciar.

            Lo que nos trae al primero de los muchos paréntesis que espero que pacientemente me permitan hacer. Verán, para que yo pueda brindarles el más claro esquema posible de la verdadera realidad –de modo que ustedes puedan entender - debemos aclimatarnos a lo que yo llamaré “pensamiento esférico”, en oposición al pensamiento lineal. Imagínate, no parado en una línea con el pasado detrás de ti y el futuro delante, sino en el centro de una esfera con todo lo que ha existido alguna vez y lo que alguna vez existirá, alrededor tuyo. Debajo de ti se encuentra el año 1639. Arriba, el 1974. A la izquierda, el año 3 A.C., y a la derecha el año 2034. ¿Ciencia ficción? En realidad, no. Hermanos y hermanas, yo les digo ahora que todo lo que ha sido y todo lo que alguna vez será existe en este instante. La Mente del Creador no se sorprende. Y tampoco olvida.

            Aún así, agregaré otra paradoja: El Universo está evolucionando más allá de sí mismo y hacia algo nuevo. Y he aquí una llave hacia el interior de esta paradoja: la Realidad, de la forma en que puede ser concebida, existe primariamente en dos niveles, el nivel del Creador, y el nivel de la Creación. En el nivel del Creador, todo es conocido. En el nivel de la Creación, todo es experimentado. En el nivel del Creador, todo es perfecto. En el nivel de la Creación, todo está siendo perfeccionado, solamente para ser destruido y perfeccionado nuevamente, incluso en otro infinito número de posibilidades. Ahora, además imagina que la esfera en la que tu te encuentras en el centro, también se entremezcla con la “esfera” de todos los demás. Una posibilidad interesante, no es así? Y nos sugiere – de la forma más simple - una pizca de la complejidad y armonía del universo espiritual.

            Mi deseo – como era el deseo para cada uno de ustedes antes de que encarnaran – era vivir la experiencia humana entera desde el nacimiento en adelante. Y el proceso de nacimiento humano es la única forma de volverse materiales para los desencarnados. Tanta alharaca con que el sexo es pecado. Es un requisito absoluto. Así que tal como ustedes, elegí olvidar quién era yo de modo de nacer con una “hoja en blanco”. El conocimiento de una cosa está bien, pero no es lo mismo que la experiencia. Describe a otro cómo es que se te queme la mano por estar sosteniendo tu palma sobre una llama. Y luego hazlo. Hay un universo de diferencia. Sin embargo, esto no significa que yo no haya puesto ciertas “señalizaciones” para despertar a verdades mayores de quién yo era realmente. Algunos de mis aprendizajes tendrían que ser iniciados por “sacudones”.Y mis queridos, hermanos y hermanas, ustedes hacen lo mismo. Simplemente vean atrás en vuestras vidas los giros bruscos, las súbitas expansiones de conciencia. Casamientos, nuevos trabajos, nuevas oportunidades. Todo ubicado allí por vuestro Yo Superior mucho antes de vuestro viaje hacia aquí. Yo sé que suena imposible, pero hay algunas cosas que ustedes tendrán que tomarlas y confiar y enfrentarse a ellas en vuestras propias meditaciones.

            La verdad los encontrará a ustedes. Lo prometo. Tal vez pregunten, ¿por qué no esperar hasta la llegada de la imprenta, o aún más, para el caso, de la televisión? ¿Por qué llegar en una época tan oscura y desesperada? Porque las semillas que yo me proponía plantar necesitarían tiempo. Nunca puse expectativas en cambiar el mundo en mis pocos años sobre la tierra, solamente en lograr que las cosas comenzaran a rodar en la dirección correcta. Si me hubiera adelantado, los pensamientos de la Fuente tal vez nunca hubieran ido más allá de las costas insulares de Grecia o de China. Se habrían disuelto antes de que tuvieran una oportunidad para esparcirse. Si me hubiese atrasado, no habría quedado ninguna estructura en pie como para preservar efectivamente aquellas ideas no disueltas, no abreviadas que permanecieran en aquellas primeras semillas. Yo necesitaba una iglesia que pudiera sobrevivir a hordas de alborotados y a plagas negras. La semilla de un roble puede tomarse veinte años para madurar. Las semillas del alma pueden tomar milenios.

            Pero nunca fue mi intención que una iglesia en particular se proclamara la Divina propietaria de la Verdad. Yo solamente deseaba la custodia de ciertas verdades que luego serían compartidas con todos, y exploradas en el corazón de cada individuo humano. Y no se equivocan, mis palabras han sido distorsionadas. Pero eso era de esperarse. Los autores de la Biblia escribieron sesenta años después de mi muerte. Ellos ni siquiera me conocieron encarnado. Pero los conceptos esenciales sobrevivieron: “Ama a Dios”. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. “Todo lo que yo he hecho, lo harán ustedes, e incluso cosas más grandes que esas”. “Si la Fuente se ocupa del lirio del campo, ¿por qué no habría de ocuparse de ustedes, que están hechos a Su semejanza?” Realmente no vine a decirles mucho más que eso. Mis enseñanzas eran, y son, simples. Pero fueron hechas complejas.

            Lo cual nos trae a otro paréntesis. ¿Cómo puede uno elegir dónde y cuándo encarnar? Lo cual, por supuesto, pide una pregunta más larga: ¿He estado yo, de hecho, hablando todo este tiempo acerca de la reencarnación? Déjenme comenzar por decirles que la reencarnación era una creencia bastante presente en el momento de mi nacimiento. Ha sido un concepto esencial desde el comienzo del conteo del tiempo. Fue quitado de la Biblia por Constantino durante el Concilio de Nicea en el año 325. A Constantino no le agradaba mucho la idea de que aquellos a quienes él regía, volvieran algún día para regirlo a él. El concepto de la reencarnación hace que el Derecho Divino de los Reyes se vuelva para darles en sus propias cabezas.

            La reencarnación no es un concepto tan sorprendente. Existe todo a vuestro alrededor en vuestra naturaleza. Nacimiento, muerte y renacimiento. Por supuesto, si uno adhiere a una visión estrictamente mecanicista del Universo, entonces sí, hay muy poco que yo pueda hacer para convencerte. Pero si estás abierto aunque sea mínimamente a la posibilidad de que somos seres espirituales teniendo una experiencia humana, entonces la reencarnación debería parecer obvia. Siendo eso obvio, si yo pude encarnar una vez, y dije que lo haría nuevamente, y luego también dije que ustedes harían todo lo que yo pude hacer, y más; ¿entonces por qué lo haríamos solamente una vez? ¿Crees que el Universo es tan limitado como para trascender el tiempo y el espacio y traer el espíritu a la materia – pero sólo una vez? Vayan a las tiendas de libros y lean cualquier cantidad de informes personales acerca de niños que son capaces de hablar en Arameo o de escribir en Sánscrito antiguo a la edad de tres años. Esto también ayuda a explicar a un niño como Mozart. Y francamente, si la idea es crecer y aprender y volverse mejores – basándose en la experiencia de vuestras propias vidas – ¿es suficiente una sola vida?

            Y sí, el karma como ustedes lo entienden existe, y sí, eventualmente, en niveles fundamentales ustedes absolutamente, van a cosechar lo que han sembrado. Esa es una Regla Universal. Agregaré una cosa con respecto al concepto del karma. Algunos creen que si uno ha creado cinco períodos de vida de karma negativo, entonces se requieren cinco períodos de vida para equilibrar los “libros”. Esto convierte a la Fuente en apenas poco más que un contador, haciendo cuentas. El propósito del karma es traerlo a uno a un lugar de auto-conciencia. Una vez que la conciencia ha tenido lugar, la regla del karma ya no es necesaria. Así que sí, una vida de energía negativa puede ser equilibrada en un solo instante. ¿No es maravilloso?

            Suficiente con el paréntesis. En lo que se refiere a los eventos reales de mi nacimiento, yo todavía, me maravillo en la magnificencia de todo ello. La coordinación, la preparación en la que participamos, previamente a nuestra llegada. Sí, nosotros consultamos a las estrellas y a los planetas a medida que ellos se movían a través de sus ciclos como engranajes de relojes gigantes. Planetas y estrellas y galaxias realmente influyen en las sutiles energías de nuestras vidas. Ellos son los canales, los amplificadores y los traductores para el Flujo Divino de Luz y Amor, escalonándolo hacia abajo en potencia, como lo hacen vuestros transformadores, de manera que la forma humana pueda contenerlo en forma segura. Yo elegía la Era de Piscis para encarnar. La Era del Agua. La era en la que el poder del mundo reinaba en el timón de un barco. Yo encarné en el torrente de energía Divina del Amor. La estrella de Belén no era una estrella, sino la conjunción de Saturno, Júpiter y Marte en la Constelación de Piscis.

            En esa época y a simple vista, sí, pareció una magnificente estrella brillando en el Este. Pero no se asomó milagrosamente sobre el lugar de mi nacimiento. La constelación de Piscis era conocida por los antiguos astrólogos como la constelación que regía sobre Judea. Ellos sabían con mucha antelación que la conjunción significaba que un Gran Maestro estaba a punto de nacer y que nacería en Judea. Los “Tres Hombres Sabios del Este” eran Magos Caldeos o astrólogos. Ellos no siguieron una estrella, ellos sabían exactamente dónde nacería yo. Y les llevó más de un año llegar. Y lamento tener que desafiar otra de las creencias antiguas y modernas, pero yo no nací el 25 de Diciembre. Yo nací el 21 de Agosto. Es bien sabido ahora que la iglesia primitiva, deseando eliminar los rituales basados en la tierra y en la diosa, simplemente usurparon aquellas fechas de celebración de rituales “paganos” y las reemplazaron por aquellas celebraciones que conocen hoy en día.

            Antes, en el 25 de Diciembre se celebraba el Equinoccio de Invierno. Pascua, es el equinoccio de Primavera. Y déjenme decirles francamente que ese fue un error en nombre de los sacerdocios dominados por los hombres. Tanto lo femenino como lo masculino debe ser honrado en igual medida o el sistema se desequilibra. Pueden ver los resultados de esa energía desequilibrada el día de hoy: guerra, pobreza, hambre. Como nota al pie: los tres magos trajeron oro, incienso y mirra como regalos simbólicos. El incienso era el incienso más puro y era usado para ayudar en sus contemplaciones del Gran Arquitecto del Universo. La mirra simbolizaba la lucha de la vida mortal. Como regalo para mí, eso significaba la comprensión de que yo había elegido aceptar los frecuentes y dolorosos desafíos de la vida humana, como todos ustedes lo han hecho. El Oro, símbolo del fuego, era ofrecido a un gran maestro.

            Así es que vine al mundo, Yeshua Ben Joseph. Yeshua, hijo de Joseph. Jesús fue la traducción griega de mi nombre, y casualmente pagano en origen, tomado de una derivación del dios griego, Zeus. La Inmaculada Concepción. Las primitivas prácticas basadas en la Tierra y en la diosa celebraban el acto sexual como fundamental para la vida. Y así es obviamente. De dos se genera uno. Unión. Esas primitivas prácticas de fertilidad tenían una cierta cualidad desinhibida. Estoy seguro de que sus imaginaciones modernas pueden completar todos los espacios en blanco. Dado que estas prácticas fueron mandadas a detener por las primeras iglesias y suplantadas por otros rituales más... estoicos, creció la creencia de que el sexo era atroz. El Pecado Original. Adán y Eva. El Jardín. La Caída.

            El concepto de la Inmaculada Concepción está presente solamente en dos de los Evangelios. Marcos, Juan, Pablo y Pedro no hicieron mención de ello en sus escrituras. Eso parece un poco curioso para un evento tan extraordinario. Todas las Grandes Verdades vienen disfrazadas, de modo que ustedes tengan que trabajar un poco para descubrirlas. La sabiduría nunca debería ser ganada fácilmente. Algún esfuerzo mental debe ser aplicado. Generalmente estas Grandes Verdades vienen disfrazadas con tres capas. Así que, la Inmaculada Concepción debe ser vista desde tres niveles. Al nivel de, digamos, una conciencia espiritual de principiante, la gente necesitaba creer que, como yo era el “Hijo de Dios”, mi nacimiento tenía que ser “no de mujer”. Así como el día de hoy, pocos de ustedes son capaces de creerme cuando les digo, “Ustedes también son Dios”, muchos, muchos menos hubieran sido capaces en ese entonces de sostener ese concepto en sus conciencias. Después de todo, ¿cómo podrían ser ellos Hijos de Dios si sus vidas eran tan miserables y sus luchas tan difíciles? Es un cuestionamiento legítimo.

            Pero era un cuestionamiento que no hubiera podido ser respondido completamente en ese entonces porque simplemente no habría sido comprendido. En el nivel espiritual, digamos, ligeramente más elevado que el principiante – los sacerdocios ya habían decidido que las mujeres eran las tentadoras de Adán, las serpientes en el Jardín. No, mi nacimiento a través de una mujer por causas naturales también estaba más allá de su nivel de comprensión. Pero en el nivel de la mística, era bien comprendido que mi verdadera misión era encarnar y recordarles a cada uno de ustedes acerca de vuestra Divinidad innata. Que ustedes eran – son – cada uno de ustedes – Dios-en-mujer; Dios-en-hombre. La idea misma de una concepción inmaculada los pone a cada uno de ustedes a una distancia de la Fuente, y de mis enseñanzas. Y déjenme decirles también que todas las mujeres de esa época que tenían una cierta edad, o que no estaban casadas, eran llamadas vírgenes, o solteras. No tenía que ver necesariamente con sus prácticas sexuales.

            No, mis queridos hermanos y hermanas, ustedes no están separados de la Fuente, o de mis enseñanzas, o de las enseñanzas de Buda, o de Krishna y Mahoma, o del Gran Espíritu, o quien sea aquel en cuyas palabras ustedes encuentren consuelo. Ustedes son esas enseñanzas. Ustedes son la Fuente manifestada, en toda vuestra magnificencia aparentemente defectuosa e inesperada. No. No hubo una concepción inmaculada. María, mi madre, era una mujer como cualquier otra de ustedes ahí afuera. Yo crucé el velo como lo hacen todos ustedes, vía unión sexual de un hombre y una mujer. Y Glorificado sea el Padre/Madre por crear un método tan sublime para convertir el espíritu en materia. Porque el deseo humano – que no debe ser confundido con la adicción sin amor – es el mismo deseo que el Divino utiliza para crear universos. La unión sexual, cuando se conjuga con amor y respeto y alegría es un inmenso y maravilloso regalo. No lo es ahora y nunca fue de ninguna manera, a los Ojos del Todo Lo Que Es, algo no sagrado. Nada que nazca del Creador puede no ser sagrado o una afrenta a Dios, porque la Fuente lo es Todo. Nada está fuera del Manifestador Divino.

            Ya sé, ahora ustedes están considerando toda clase de preguntas acerca del bien y del mal.

            Más tarde, mis hermanos y hermanas. Sean pacientes conmigo.

* * * * *
YESHUA –  Parte 2 - por Bradley
De: Brian Murphy – Agosto 23, 2004
Traducción Luciana Sinatra
Anita Manasse – estrellam@sion.com
Por Bradley - enlakeach@yahoo.com
Descargado del Boletín del Círculo Carmesí el 23 de Agosto de 2004


            Déjenme ahora presentarles a mis maravillosos y terrestres padre y madre, José y María.  José no era un descendiente directo de la Casa de David como ha sido sugerido. Uno de sus ancestros fue un huérfano adoptado por otro ancestro, quien era descendiente en línea directa  del Rey David. María venía de una impresionante línea de mujeres fuertes. Tanto José como María estaban bien educados para su época. María era también una tejedora experimentada y José, por supuesto, un carpintero maravilloso. Y una cosa más, tanto María como José fueron educados también en temas espirituales por los Esenios, una sociedad estoica que vivía no muy lejos de mi hogar, y que entendía, practicaba y enseñaba las Grandes Verdades.

            María y José se conocieron cuando José fue empleado por el padre de María. Él se quedaba ahí, trabajando duro en un banco bajo la parcial sombra de un árbol de olivo, sediento en el sol ardiente. Ella tomaba una taza de agua del aljibe, llevándola cuidadosamente de modo de no derramar nada, y la ofrecía a él, con sus ojos mirando al suelo. Al principio. Pero a medida que los días pasaban y las tazas de agua eran ofrecidas, los dedos se tocaron y se demoraron, los ojos se levantaron y sonrisas fueron ofrecidas. Encontrar al amado y al revoloteo del corazón es una de las grandes bendiciones de toda la creación, y es igual a lo largo de todo el Universo de universos. Y en eso, queridos, yo encuentro un gran consuelo. Luego de un cortejo usual de dos años, ellos se casaron, en la fe Judía, en la casa de María en las afueras de Nazaret.

            Ellos se mudaron a una casa pequeña, de un ambiente, que José había construido, con muebles simples. La casa estaba en la ladera de una colina baja, con vista a un hermoso valle. Detrás de la casa había un área cubierta para los animales y para el horno de barro y el granero. De joven, me levantaba temprano, antes de que el sol saliera, y caminaba hasta la cima de una colina cercana. Me sentaba y esperaba que aquellos primeros rayos del sol de la mañana se alzaran sobre el horizonte, las saetas de las llamaradas blancas y doradas bendiciendo los valles. Incluso a esa edad, sentía una gratitud natural por la belleza y la magnificencia y la perfección de la vida. Saludaba al sol con la mano, volvía y comenzaba los quehaceres diarios de alimentar a los animales, limpiar la paja, guardar los granos y desempolvar, siempre desempolvar. Pero yo amaba eso. Todo eso. Simplemente se sentía bien estar vivo, el tener músculos para trabajar con ellos, y sentidos con los que abrazar la vida.

            En Marzo del año de mi nacimiento, César Augusto decretó que se tomaría un censo de todos los habitantes de Judea con propósitos impositivos. Como sucede comúnmente con una pareja joven, José y María luchaban económicamente y tenían solamente un burro, entonces María y José hicieron el viaje a Belén, así como lo habrán visto pintado incontables veces, José llevando al animal y María, embarazada de mí, montada encima. Y sí, el viaje fue duro y caluroso y polvoriento y ellos se encontraron entre cientos de otros que hacían el mismo viaje. Y sí, todos los alojamientos en Belén estaban completos, y sí, ellos encontraron refugio en un pesebre, pero los pesebres no eran exactamente lo mismo que los establos.

            El ganado era una posesión valiosa y los pesebres eran bastante limpios, y usualmente eran usados por los viajeros para dormir. Yo nací en el “cuarto de arriba” de uno de esos pesebres, que era muy parecido a una posada, llena de peregrinos fatigados por el camino. Una verdad maravillosa que mi nacimiento simbolizaba era que podían surgir grandiosas posibilidades de las situaciones más humildes. Vine al mundo naturalmente, a las doce del mediodía, y como todos ustedes, a través de la fuerza de una madre y con la asistencia de varias otras mujeres viajeras que también estaban parando en el pesebre.

            El Rey Herodes de esa época era un típico regente que no quería que su poder fuera amenazado. Qué raro. Él estaba al tanto de las predicciones astrológicas de mi nacimiento, un nacimiento que los Judíos anunciaban como la venida de un Mesías que los liberaría de su esclavitud. Herodes se tomó esto bastante seriamente, y cuando se enteró de la llegada de los tres Magos, supo que el evento había ocurrido. Como mencioné anteriormente, a los Magos les llevó más de un año alcanzarme luego de haber visto la alineación planetaria por primera vez. Pero los Magos habían sido advertidos, por una presencia angélica, de los futuros planes de Herodes de ver al posible Mesías destruido, y entonces, con el regalo del oro, ellos guiaron a mi padre y a mi madre para que huyeran conmigo a Egipto. Habiendo fracasado en su intento por encontrarme durante ese año, Herodes simplemente hizo el cálculo que para deshacerse de mí, solamente tenía que mandar a matar a todos los niños varones de dos años y menos que hubieran nacido en Belén. Lógica política en su más fría expresión.

            “Pero los Magos habían sido advertidos, por una presencia angélica...” Ven cómo deslicé eso dentro de la narración de los hechos concretos? Sí mis dulces amigos, hay ángeles en el universo. Tienen alas y llevan blancas vestiduras? Si ustedes quisieran... Son masculinos y femeninos? No. El reino angélico es otra dimensión de la creación. Ellos son los... arquetipos de la expresión energética de la inteligencia. Ellos son la conciencia Divina pintada en las pinceladas más amplias. Ellos son los ángeles de la Sabiduría, de la Paz, de la Piedad, del Conocimiento, de la Fe y así. Sobre ellos se encuentra el Reino Arcangélico, que son la primera extensión individualizada de la Conciencia del Creador. Ellos no son seres personales, aunque están llenos de inmenso amor y compasión por toda la creación. Ellos existen solamente para servir a la Fuente, y a su vez, a ustedes. Y sí, cada uno de ustedes tiene una presencia angélica guardiana que se vinculó a ustedes cuando se separaron al principio de la Fuente. Y adivinen que – incluso las hadas y los elfos existen, aunque tal vez, no exactamente como los representó el Sr. Disney.

            Estoy seguro de que hay más de los que quisieran admitirlo, que han tenido un encuentro con uno de estos maravillosos seres. Bien. Deja que todos los demás te llamen loco. Tu sabes. Hay un dicho antiguo de una gran sabiduría: “Como es arriba, así es abajo”. Piensa en ello. Recibirás un gran discernimiento acerca de la naturaleza del universo. Habiendo sido advertidos de los planes de Herodes, María y José me ocultaron en Alejandría, Egipto, muy pocos sabían nuestras verdaderas identidades. Con la noticia de la muerte de Herodes dos años después, embarcamos hacia Joppa y luego viajamos por tierra hasta Nazaret.

            Yo tenía alrededor de tres años cuando, cuatro días más tarde, llegamos de vuelta a nuestro hogar, que había sido ocupado por otros parientes de José. Pronto José tenía trabajo seguro como carpintero y todos nosotros nos establecimos en una vida normal, y bastante feliz.

            Nazaret era un lugar retirado, un remanso, si quieren. Con el tiempo había desarrollado una reputación – no merecida – de ser un pueblo lleno de “pobretones” donde el aburrimiento era el pasatiempo local. Pero yo lo recuerdo como todo lo contrario. Tal es el regalo de la niñez: una pequeña piedra en la palma de la mano es una poderosa arma para abatir a un gigante; un vecino solitario, el destronado rey de Persia! Las acequias eran rugientes ríos y los montículos de canto rodado impenetrables fortalezas. Y los colores y los aromas! Granadas abiertas en el sol del mediodía, escarlatas y jugosas.

            Dátiles cocidos, pegajosamente dulces y con sabor a nueces. Jazmín y comino y miel dorada. Aceitunas negras, ricas y penetrantes y el vino rancio color rojo rubí. Y las personas - ¡sus rostros! Nazaret estaba en medio de varias rutas de comercio y cada día pasaban extranjeros de todos los rincones del mundo con sus magníficos animales, deslumbrantes tejidos y especias aromáticas. Roma, Grecia. Fenicia. Siria. Los idiomas y los tupidos acentos. Las fuertes carcajadas y los regateos belicosos. ¡Y las historias! ¡Las historias! Ciertamente no importaba si eran verdaderas, al menos no para un sorprendido niño de cinco años. Cuentos de batallas distantes y monstruos feroces y opulencias arruinadas.

            Nazaret. Nazaret. Nazaret. ¡El centro mismo del mundo! También fue de esas caravanas viajeras que aprendí mucho de la sabiduría y la fe popular mundial, todas las millones de formas en que la familia humana había elegido expresar su profunda necesidad de conectarse con algo más grande que ellos mismos. ¡Fascinante! Intrigante. Algunos, un poco enervantes. Aún así, todos sinceros a su modo.

            Yo era lo que ustedes hubieran llamado... precoz. Amaba hacer preguntas. Tenía sed de conocimiento como tienen sed las profundas raíces de las palmeras del ardiente desierto. Y los hombres – y mujeres – instruidos de todas las razas y credos vieron en mi esta curiosidad insaciable y a menudo se quedaban un poco más de tiempo, más allá de sus partidas programadas, para nutrir mis deseos.

            Pero también es tiempo de aclarar que mi niñez no era diferente en ningún modo a la de mis otros niños amigos – Sí, yo tenía compañeros de juegos tal cual como todos ustedes los han tenido. Y jugábamos juegos de escondidas y chillábamos fuerte y nos pelábamos las rodillas y generalmente irritábamos a los adultos tal como hoy en día. Tal vez yo era un poco más serio y estudioso, pero..........

            ¿Sabían ustedes que yo tuve hermanos y hermanas? ¿Que yo era uno de ocho? Es verdad. Las familias numerosas eran necesarias para la supervivencia. James nació en Abril de mis cuatro años, Miriam en Julio de mis cinco. Simón nació en Abril de mis siete años y Marta en Septiembre de ese mismo año. El año siguiente, en Junio, nació Jude y dos años más tarde nació Amos en Enero. Y Ruth nació un año más tarde. Ese año resultaría ser uno de los más tristes de mi juventud.

            Como se acostumbraba, María vigiló mi educación hasta que tuve cinco años, momento en el cual José tomó la posta. Rápidamente aprendí Galileo y Arameo y Griego y luego servía en una escuela local que estaba pegada a una sinagoga. Mi graduación fue significativa, siendo el primer hijo varón; fui anunciado como el “hijo del Mandato”.

            Un evento importante ocurrió durante este tiempo que tendría un profundo impacto en mi futuro: me encontré con Juan el Bautista por primera vez, no en el Río Jordán, como dos hombres, sino en el patio trasero de mi casa, como dos niños. Mi madre, María, pertenecía a un linaje de una numerosa familia que incluía a Elizabeth y a Zacarías, el padre de Juan, quien pertenecía al sacerdocio Judío. Tanto Zacarías como Elizabeth habían sido advertidos en una visita angélica que su hijo anunciaría una nueva fe y en su momento prepararía el camino para uno que todavía estaba por venir. Así que la primera vez que Juan y yo nos encontramos fue cuando ellos vinieron de visita durante mi sexto año de vida. Forjamos una amistad instantánea, sospechando poco de nuestros convergentes futuros cuando nos separamos.

            Los pocos años siguientes pasaron sin eventos relevantes. José pasaba mucho tiempo fuera de casa en varios trabajos en Cana, Belén, Sepphoris, Capernaum. Cuando mi hermano James creció lo suficiente como para ayudar a nuestra madre, yo podía viajar con José y experimentar más el mundo fuera de nuestra pequeña comunidad. También aprendí el arte de la carpintería y disfrutaba a fondo el hecho de transformar madera tosca en tazas, cazuelas y platos.

            Cuando cumplí siete, comencé mi educación formal en las escuelas de las sinagogas en Nazaret, donde aprendí a leer, escribir y a hablar Hebreo. Mi vida escolar era como cualquier otra; tenía mis días buenos, y tenía mis días menos que exitosos. Jugaba con compañeros de la escuela y ocasionalmente me encontraba confrontado, como les sucede a todos los niños tarde o temprano, por otros niños a quienes sus desafiantes vidas hogareñas les fomentaban una agresiva falta de amor propio. Pero yo instintivamente sabía que esos niños no me estaban afrentando a mí, sino a aquellas vidas sobre las que no tenían control, a las tristes traiciones de su propia niñez y a su demasiado temprana pérdida de la inocencia. Los amaba mucho a todos, y como yo me negaba a engancharme en sus energías destructivas, ellos pronto siguieron de largo. Un comentario acerca del manejo de la ira: No la manejen. Deslíguense de ella. Es una energía que se alimenta – literalmente – de energía similar. Si no la alimentas, su poder se apaga, tal cual como si hubieras desenchufado un cable de la pared. Sin embargo, si estás enojado, no lo ignores o lo confrontes, eso solamente lo hace más fuerte. Reconócelo honestamente. Respira profundo, y luego haz lo mejor que puedas para liberarlo.

            Fue en esta época en la que también aprendí a pescar. Cuando había terminado mis faenas, me iba temprano a encontrarme con los pescadores y salíamos en sus espléndidos botes, sobre las aguas calmas, la luz del sol relampagueando en las suaves ondas, los peces asomando a la superficie, atrapando los insectos. Arrojábamos las redes y las recogíamos lentamente, hirviendo de peces. Estos pescadores hacían muecas, a menudo sin dientes y con bigotes blancos, la piel bronceada hasta quedar como pergaminos, bajo el sol ardiente. Ellos se reían, y me palmeaban en el hombro y cantaban canciones que solamente los pescadores cantan. Y yo estaba en la gloria. También aprendí a tocar música en el arpa de un vecino y fui introducido a las alegrías del baile en los festivales locales.

            ¿Cómo es que llegaron a la conclusión de que yo era un hombre agrio y solemne? “El hombre de las penas.” Yo les digo, hermanos y hermanas, ¡que yo amaba danzar! ¡Yo amaba cantar! ¡Amaba pescar y nadar y jugar con mis amigos! ¡Amaba escalar las montañas cercanas y chapotear en los arroyos impetuosos! Mis amigos, ¡yo estaba enamorado de la vida! ¡Cada día era nuevo para mí! ¿Eso me hace tan especial? ¿No puede cada uno de nosotros simplemente decidir amar la vida? ¿Simplemente elegir sonreír y reír y comportarse como niños? ¿Quién nos detiene de vivir la vida potentemente? ¿Nuestro empleador? ¿Nuestra esposa? ¿Nuestros niños? ¿Nuestras cuentas?

            Yo les digo con un inmenso, inmenso amor, mis compañeros, nosotros somos los únicos que nos privamos a nosotros mismos de la felicidad. Somos los únicos que estamos decidiendo, incluso ahora, sonreír o no sonreír. Sonrían, mis queridos, rían y dancen y jueguen y canten y háganse cosquillas los unos a los otros y hagan el amor apasionadamente y respiren profundamente las alegrías y los desafíos de la vida. Les digo verdaderamente, el paraíso no está esperando por ustedes cuando se mueran, el paraíso está justo aquí, justo ahora. Todo lo que tienen que hacer es abrirse para recibirlo.

            Y luego llegó! Mi cumpleaños de trece! No puedo, me temo, transmitirles adecuadamente lo que este día significaba para cualquier hombre joven de la fe Hebrea, especialmente en mi día. Fue el día en que me convertí en un hombre. Todo cambió ese día. Vuestro ritual moderno de darle las llaves del auto familiar al niño cuando cumple dieciocho, no se acerca ni remotamente! Lo más importante, era que sería capaz de servir en las Fiestas de la Pascua de los Hebreos en Jerusalén. Y – sería capaz de sentarme con los hombres en los templos y participar en las sabias discusiones de los textos sagrados.

            Así que comenzamos el viaje de cuatro días, encontrándonos con una multitud de peregrinos en su camino a la Fiesta. Puedo solamente suponer que encontrarse con un desfile de un circo por primera vez, puede aproximarse a sugerir los colores y aromas y sonidos y risas y cantos y expectación del viaje. Sin embargo, esta era una peregrinación al corazón mismo de lo sagrado y a medida que nos acercábamos, el significado espiritual de los próximos eventos se anclaba firmemente en mi corazón. Y aún así mi mente joven e inocente se devanaba con lo que yo imaginaba que aguardaba al final del viaje: templos dorados en la cima de verdes colinas, radiantes en la brillante luz del sol, recortados en un cielo azul profundo.

            Lo que ví me rompió el corazón. El pavoroso amontonamiento de gente, el pregón de mercaderías, el aire sofocantemente pesado con perfumes e incienso. Y la sangre. La matanza de los inocentes. Cada familia hacía el sacrificio de un cordero al dios Jehová. Por supuesto, cada familia tenía que comprar estos corderos a los sacerdotes. Los sacerdotes mismos se veían más como carniceros que como hombres santos, sus vestimentas empapadas en sangre. Los pisos del templo, las escaleras de piedra, los pasillos se extendían, rojos de sangre. El lastimero grito de los animales. El calor. Las moscas. El hedor a podrido.  

            Mis queridos, dulces hermanas y hermanos, seguramente ustedes saben ahora que ningún Padre/Madre mío pidió alguna vez tales actos de barbarismo. El Creador que yo conozco celebra la vida, la respira. No requiere penitencias. No requiere actos de sacrificio. Estos son conceptos humanos nacidos del miedo. Créanme cuando les digo, ustedes nacieron de un Creador amoroso y viven en un Universo amoroso. Ustedes están rodeados e infundidos con un amor que ustedes no pueden imaginar en este plano terrestre porque todavía está muy escondido. Pero está ahí. Alrededor de ustedes incluso ahora. Dentro de ustedes incluso ahora.

            Conmovido y repelido por estas escenas de brutalidad y codicia, me alejé del lado de mis padres en el convulsionado gentío y fui en busca de el verdadero significado de la Fiesta de Pascuas. Guiado por mi corazón, pronto me encontré dentro de los cuartos internos del templo, los pequeños, poco conocidos lugares de encuentro de los Cabalistas. Mi triste corazón revivió para estar en la presencia de estos hombres sabios.

            Quiénes eran los Cabalistas? Ellos eran místicos, rabinos que enseñaban de los rollos de la Torá. Pero la Cábala era – es -  más que simplemente un código de leyes de conducta. Es una poderosa herramienta para acceder a la conciencia interna. Es el primer programa de computadora, si quieren, porque dentro de sus palabras y símbolos están escondidas múltiples capas de realidad, múltiples redes de información.

            Las palabras tienen poder, mis amigos. Y lo digo literalmente. “En el comienzo fue el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.” Qué es lo que significa eso? Las palabras y los símbolos son los medios por los cuales uno atrae de la Mente Universal el poder de manifestar deseos. Esa es la razón por la cual la oración es tan poderosa. Porque la oración sentida con el corazón atrae hacia uno los electrones y las partículas subatómicas de la materia. Las palabras y los símbolos y los números funden el pensamiento y la intención en la forma, en la realidad. Pero la llave es la emoción. Digan una oración o un pensamiento sin convicción y apenas viajará más allá de los labios, difícilmente atraerá a una polilla. Pero digan una intención con fuerza, con alma, con profundo amor y moverán el sistema solar entero hacia ustedes.

            Hablen con ira y atraerán hacia ustedes la energía de la ira. Hablen con amor y atraerán hacia ustedes la energía del amor. Y el amor sujeta la estructura del Universo. Es el pegamento de la naturaleza. El miedo y la ira y el odio expelen la materia más lejos. La guerra y el crimen son las manifestaciones físicas de la materia desmembrándose. Ustedes piensan que vuestras manos son las que crean la realidad. Yo les digo que son vuestras palabras y vuestros pensamientos los que lo hacen, vuestras manos simplemente los siguen. 

            Las palabras, los números y los símbolos son meramente la expresión externa del pensamiento humano. Los pensamientos emiten vibraciones así como lo hacen las palabras. Y las vibraciones atraen vibraciones similares hacia ellas. Y nace la materia. Piensen, sientan y hablen de amor y lo tendrán más allá de vuestras más indómitas expectativas. Piensen, sientan y hablen de miedo y de odio, y ellos también serán suyos.

            Me encontré en mi elemento en los templos internos. Los rabinos hablaban acerca de la Mente de Dios con tal vigor y placer que yo me encontré sonriendo de oreja a oreja. Y pronto me encontré incorporándome al los diálogos, y ellos me aceptaron con más de una insinuación de escepticismo. ¿Quién era este niño que parecía saber tanto y que podía articular y discutir tan imponentemente?

            Como dije, yo era precoz. Pero ellos pronto lograron abrazarme a mi y a mis ideas con respeto. Amé esos días.

            Y dónde estaban mis padres mientras yo estaba tan comprometido? Buscándome como cualquier pareja de padres amorosos y angustiados. Debo decirles que esta es una de las veces en las cuales yo podría haber manejado mejor las cosas. Ciertamente no fue mi intención causarle a mis padres ningún dolor, pero de alguna manera en la que sólo yo lo entendía, yo ya había abandonado el cuidado de mis padres para comenzar mi vida adulta. Aún así en mi entusiasmo juvenil, yo olvidé mencionárselo a ellos. Cuántos padres aquí, y a lo largo de las edades, han tenido una experiencia similar? La juventud era aún juventud, incluso para mí. Y me lamento por el dolor que les causé.

            Ellos finalmente me encontraron hablándole a los rabinos y a los allí reunidos. Su conmoción frente a tal visión fue temperada por su furia paterna. Y cuando ellos me confrontaron para saber dónde había estado, les ofrecí la respuesta verdadera, pero tal vez no la apropiada: Pensaron que yo no estaría en la casa de mi Padre siendo de la incumbencia de mi Padre? Aún en la calma, y la seguridad de esa declaración, tanto María como José sabían que mi tiempo con ellos pronto llegaría a su fin. Es un momento triste para la vida de cualquier padre. La vida era buena. Éramos una familia feliz, saludable, apoyándonos los unos a los otros amorosamente. Pero como todos saben, por cada oscilación del péndulo hay un retorno, y eso en el mundo de la dualidad y la polaridad, dentro de cada vida, la alegría será temperada con aflicción. Es la naturaleza misma de la experiencia humana y yo no era inmune a ella. Recibimos las noticias acerca de que había habido un accidente en Sepphoris y que mi padre terrestre había sido gravemente herido. Yo quería desesperadamente ir con él, pero María estaba embarazada de dos meses de Ruth, y me pidió que me quedara con la familia mientras James iba con ella. Ellos llegaron esperando lo mejor. José había muerto durante su viaje. Su cuerpo fue traído a Nazaret donde fue enterrado.

            José era una bendición sobre la tierra. Fue una bendición en mi vida. Era un padre fuerte y un marido amoroso. Un hombre de negocios honesto y un hábil artesano. Él mantuvo su fe en Dios, en su familia y en su comunidad. Yo lo amé tiernamente. Lo extrañé inmensamente.

            Pero Ruth nació siete meses después, y un gran legado de amor se unió a nuestra familia. Lamentablemente también, al año siguiente el pequeño Amos murió por una fiebre. Y la vida sigue.

* * * * *
YESHUA –  Parte 3 - por Bradley
De: Brian Murphy – Agosto 23, 2004

Traducción Paola Damnotti
Anita Manasse – estrellam@sion.com
Por Bradley - enlakeach@yahoo.com
Descargado del Boletín del Círculo Carmesí el 23 de Agosto de 2004

            Y ahora llegamos a otro punto de controversia en mi vida. En este momento en el Nuevo Testamento yo simplemente...desaparezco! Por un momento soy un chico de trece años, el próximo – un hombre de treinta! Qué sucedió con aquellos diecisiete años entre medio? Yo supongo, como Rip Van Winkle, me fui a dormir, y después me desperté.
            ¿Por qué es, pensarán ustedes, que los autores de la Biblia dejaron afuera una parte tan grande de mi vida y del hecho de que tuve hermanos y hermanas?. Tal vez, luego del evento de mi cumpleaños de trece y llegando a ser “hombre”, en la tradición judía, ¿ellos sintieron que no sucedió nada de mucha importancia? Tal vez, ¿ellos sintieron que el “Hijo de Dios” parecería decididamente menos así siendo rodeado por los hermanos y viviendo una vida promedio? Tal vez, ellos no pensaron que algunas de mis actividades durante aquellos años se reflejaron bien sobre su idea de un Mesías. ¿Tal vez ellos simplemente se olvidaron? Recuerden, los libros de la Biblia no fueron ni siquiera escritos hasta algunos sesenta años luego de mi muerte. Aún hasta los apóstoles pueden tener recuerdos imperfectos.
            Voy a ofrecer tan sólo unas pocas experiencias más de mi juventud las cuales  van a poner en perspectiva algunas de mis posteriores decisiones.
            ¿“Tuvo Jesús una novia?”
            Sería menos que veraz si dijera que yo era inconsciente de que algunas de las jóvenes mujeres de Nazaret parecieran inclinadas hacia mi. Rebeca, hija de Ezra, venía de una familia de ricos comerciantes y nosotros solíamos caminar a lo largo de las colinas discutiendo los tiempos. Ella era una mujer de una profunda conciencia, un corazón suave y una mente afilada. Yo disfrutaba mucho de su compañía. Eventualmente, dándose cuenta de que yo no hablaría de nuestra relación, Rebeca juntó su coraje y me preguntó acerca del matrimonio.
            Mis amados, el matrimonio es una forma maravillosa de traer el amor de la Madre/Padre dentro de dos corazones. Puede ser un compromiso sagrado el cual asiste a ambos en sus viajes. El matrimonio nunca debería ser un lazo que ata, sino una alegría que libera. No debería servir para subyugar un corazón al otro, sino para apoyar ambos corazones en su crecimiento. El matrimonio, como cualquier cosa en la vida, solamente es hecho sagrado por el intento traído a él. ¿Pueden dos personas vivir juntas sin el matrimonio y aún desde una unión sagrada estar complaciendo a Dios? Absolutamente. La Fuente no está interesada en estructuras o fórmulas o convenciones o en el status quo. El Creador solamente está interesado en la expresión del amor, sin embargo encuentra la flor. ¿Estoy hablando del matrimonio gay y lésbico también? Si. No hay nada pecaminoso o vergonzoso cuando dos personas se juntan en amor. Además, mis hermanos y hermanas, todos ustedes son ambos, masculinos y femeninos en un grado u otro. Todos ustedes se están moviendo hacia un mundo mas equilibradamente sexual y andrógino. No desalienten al amor, amados, de cualquier forma, es su única salvación. Y déjenme agregar, en respuesta a la pregunta que ustedes acaban de formular en sus mentes: El Amor entre dos o más solamente puede existir cuando es mutuo, informado, y concientemente responsable. De otra manera, es la subyugación del libre albedrío de otro y absolutamente inaceptable bajo cualquier circunstancia.
            ¿Ustedes realmente creyeron, mis hermanos y hermanas, en su corazón de corazones, que yo podría permitir cualquier otra cosa que el amor incondicional libre de todo juzgamiento y criticismo? Por favor, no me lleven hacia las políticas basadas en el miedo y por favor, no usen mi nombre para promover políticas las cuales disminuyen al amor y la compasión y las cuales restringen las elecciones de libre albedrío que cada corazón humano individual debe tomar.
            Y así yo celebro el matrimonio, y el sexo, pero yo celebro el amor sobre todo lo demás. Pero el matrimonio, para mi, no podría haber servido a mi misión.  Mis responsabilidades con mi amada me sacarían de la enseñanza. Y yo no quise crear un linaje de hijos e hijas quienes se hubieran convertido en una “línea de sangre real”, reuniendo poder con generaciones consecutivas. Nada bueno.
            Tiernamente amé a Rebeca. Pero no pude casarme con ella ni con ninguna otra. Rebeca tomó esta noticia muy duramente, y eligió no casarse, permaneciendo leal a mi y a mi enseñaza. Ella fue una bendición para mi ministerio. Ella estuvo presente en mi muerte.
            Durante este tiempo, existía una cólera cada vez mayor por el pago de impuestos a Roma, y la ocupación general, y un grupo nacionalista que se llamó a sí mismos Zealots, nació, un grupo más político que religioso, y que no iba a esperar por la llegada del Mesías para liberarlos. Yo tenía diecisiete cuando mi hermano, James,  se unió a ellos, el mismo año que la madre de mi hermano, Simón se unió. Toda Nazaret estaba dividida sobre qué sendero elegir en negociar con Roma. Por supuesto, estas divisiones encontraron su camino dentro de nuestro hogar.
            María sabía que yo estaba por jugar un parte importante en los eventos de los tiempos, y hasta creía que yo era el Mesías. Recuerden, el Mesías era considerado que fuera un líder militar y político enviado por Dios para liberar a los judíos y para crear la patria judía. A pesar de que yo nací judío y celebrara esa sangre en mí, liberar a los judíos – o a cualquiera – de la ocupación física no era mi misión. Mi misión era liberar al espíritu humano de su ocupación auto impuesta del miedo e ilusión. Para despertar al espíritu humano a su divinidad. Para el desmayo de ciertos miembros de mi familia, y para muchos en Nazaret, quines me miraban como a un posible líder, yo decliné a involucrarme. Esta decisión abrió profundas heridas en mi familia, y en mi comunidad, algunas de las cuales nunca sanaron.
            Y así durante aquellos años me enfoqué en el apoyo financiero y material de la familia, comprometiéndome en las luchas diarias que todos ustedes enfrentan. Incluso Jesús debía pagar cuentas.
            Si, gradualmente, distribuí las responsabilidades del quehacer hogareño entre mis hermanos y hermanas de manera de que yo pudiera continuar con mis estudios. Y si, se produjeron varias oportunidades de viajar a tierras distantes por la sugerencia y la hospitalidad de varios Reyes Magos y hombres santos. De hecho, viajé a Egipto, a Persia y a India. Hasta pasé un breve tiempo en China.
            Dentro de las antecámaras de las grandiosas pirámides – las cuales debo contarles, nunca fueron pensadas como cámaras acorazadas para entierro de reyes ego-maníacos – ellos aún tienen que encontrar un singular cuerpo momificado dentro de cualquiera de ellas – aprendí los secretos de trascender el cuerpo físico, de enfrentar los miedos propios, de controlar las emociones propias. En Persia aprendí las relaciones de las estrellas con la tierra, y de la tierra con el hombre y la mujer, y fui instruido en altas matemáticas y geometría sagrada. En India estudié a los maestros hindúes y exploré las múltiples dimensiones de la conciencia y aprendí a formar materia sólida desde el pensamiento puro. Al regresar a casa, estudié con la hermandad Esenia quien me ayudó a formar todas mis experiencias y enseñanzas en una todo cohesivo. Y quienes llevaron mis crecientes poderes mentales a niveles más y más altos.
            Créanme, hermanos y hermanas, no fui el primero, ni el último en hacer lo que ustedes llaman milagros. Yo meramente aprendí las habilidades de aquellos quienes han aprendido antes que yo, tal como ustedes aprenderán de aquellos aún por venir. Y verdaderamente, no existen los “milagros” tal como ustedes piensan de ellos. Existen solamente leyes naturales y de su uso, algunas de estas leyes, como la atracción electromagnética ustedes saben. Otras, ustedes simplemente aún las tienen que aprender.
            ¿Por qué no hay mención de estos viajes míos a aquellas tierras distantes?. No hay mención de aquellos de los cuales aprendí, y quiénes en turno aprendieron de mi. Tal vez, porque, otra vez, los escritores anteriores pensaron que cualquier descripción de mi humanidad disminuiría mi divinidad. Nosotros todos aprendemos los unos de los otros, mis amigos.
            Mis maestros. Al estar presentes conmigo ahora, ustedes me enseñan acerca de ustedes mismos, de sus deseos, de sus expectativas, de sus miedos. Sus vidas. Nadie estando en todo el Universo de los universos conoce todo. Hay grandes detrás de mí en sus senderos, hay grandes delante mío. Pero verdaderamente, todos los senderos son simultáneos, ninguno más grande que el otro. Enséñense los unos a los otros. Aprendan los unos de los otros, Celebren el viaje, no el destino.
            Fue durante este tiempo que yo dejé mi juventud detrás y abracé totalmente quien yo era y a la misión que desplegué delante de mí. Comencé a enseñar abiertamente que los niños de la Madre/Padre no necesitaban la intermediación del clero. Ellos debían solamente entrar quietamente a su interior y preguntar y todo sería recibido. Enseñé que ninguna iglesia, ni templo ni ninguna caverna en una sagrada montaña eran necesarios para la comunión con Dios. Y a cualquier lugar que viajé enseñé acerca del  Único Dios, la Fuente Unificada, el Gran Iniciador. El Padre/Madre. Y enseñé del igual valor de todos los hombres y mujeres. Y ofrecí solamente un requerimiento de Todo lo que Es para Sus niños: amen a Dios con todo su corazón y con toda su mente y con toda su alma – porque ustedes son una parte de Dios – y ámense los unos a los otros como a ustedes mismos, porque ustedes verdaderamente son uno en el mismo.
            Y es en esta enseñanza que sembré las semillas de mi muerte eventual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario