miércoles, 18 de mayo de 2011



EXPER. 0013 //           EL PROYECTO

Ojala el sueño se convierta en realidad. ¿O quizás no sea ningún sueño y sea un recuerdo de otra vida?, ¿Por qué no de otro mundo? ¿O de la desaparecida Atlántida? Mejor será dejarlo en un deseo o en una ilusión que desearía ver cumplida.
Suele suceder que cuando quieres realizar un proyecto de esta envergadura siempre chocas con un factor  principal, el dichoso dinero, ¡cierto!, tristemente es que sin él no es posible realizar ningún proyecto material sobre la tierra, aunque este sea para ayudar a tus semejantes.
Con el dinero, vivimos, comemos, nos vestimos, nos curamos y nos protegemos. Por el matamos y cometemos las mayores atrocidades que pueda cometer el ser humano y sin embargo también sucede lo contrario, con el se realizan grandes trabajos de solaridad.
Seria deshonesto no reconocer que en este mundo de locos en el que vivimos, donde predomina la barbarie, la avaricia, el egoísmo y el desamor, existen hombres y mujeres valientes, personas que a los ojos de una gran mayoría son ilusos por sentir el latido de su corazón, por sentir la necesidad de que su ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO estén en sintonía con el Planeta y con toda su creación.
Estas personas caminan por encima de los valores que quieren imponernos. Son personas que con cierto poder económico viven, sienten y trabajan por El Hombre y el Planeta.
Quizás como he dicho antes, algún valiente o iluso sientan la necesidad de realizar algo parecido a lo que voy a narrar.
Realizar este proyecto sería iluso ante los ojos de la sociedad, sin embargo muy diferente a los ojos del Universo.
Con seguridad yo sería un iluso si tuviera los medios necesarios para llevarlo a cabo, pero lo que sí puedo hacer ya que dispongo de medios es escribirlo y dejar testimonio de ello.
 EL PROYECTO
Me encuentro en un lugar desconocido, no sé  si es el planeta tierra, o no. Parece ser un lugar donde las temperaturas durante el año no son extremas. Al ver su vegetación aseguraría que me encuentro en un lugar paradisiaco donde el clima es  una eterna primavera.
En nuestro planeta bien pudiera ser algún lugar de las islas canarias, el sur de España u otro país que tenga un clima cálido.
Me encuentro frente a un recinto cercado por un muro de unos dos metros de altura. Apenas veo vegetación alta a mí alrededor, a mi izquierda veo un camino de tierra que rodea el muro.
Frente a mi hay  una puerta de madera que da entrada al recinto, esta se encuentra entre dos columnas de piedra. Encima de las columnas hay una piedra triangular y en su centro está grabado un ojo egipcio, es el ojo de Ra.
Siento que una fuerza extraña me empuja hacia la puerta mientras que en mi mente me invitan a entrar en el recinto, empujo la puerta y esta se abre con soltura, una persona de unos cincuenta años sale a recibirme, su vestimenta no tenía nada de especial, pantalón largo y camisa, su aspecto era muy parecido al mío.
- Con voz suave y con una sonrisa en los labios me dice: Bienvenido seas a nuestro recinto, mi nombre es Josué.
- Yo asentí con la cabeza, devolviéndole el saludo. Le pregunte ¿Que es este lugar?
Mis ojos se dispararon a todo lo ancho y largo del recinto, vi una hermosa pirámide frente a mí y a mi derecha e izquierda unos pabellones sin tejado.
Era un lugar hermoso, pero la mayor sensación que percibí de ese lugar era la paz y la energía que desprendía, es curioso, pero podía decir sin lugar a dudas que respiraba la paz y la energía del lugar.
- Josué me dijo: Este lugar es un centro de sanación, un centro de energía cósmica, un lugar santo. Muchos de tu mundo no entenderán el gran potencial de sanación y conexión que tiene con la creación.
- ¿Un centro de sanación....? ¿Un Hospital? Conteste yo.
- No exactamente un Hospital como tú lo concibes.
Mi mirada seguía recorriendo todos los rincones del lugar. Me encontraba pisando un camino de graba de color rojo, muy compacta, se parecía a las pistas de atletismo. Calculo que su anchura sería de unos tres metros por unos setenta de largo. A lo largo del camino a ambos lados había bancos donde uno podía sentarse.
El camino conduce en línea recta a una rotonda donde hay una gran fuente de agua rodeada de plantas bellísimas, de la rotonda salen tres ramales una a la izquierda que conduce a un gran pabellón que más tarde supe que era un centro terapéutico, otro ramal sale a la derecha que conduce a otros dos pabellones y de frente sale un tercer ramal que conduce a la gran pirámide.
Tanto a mi derecha como izquierda veo jardines con diferentes plantas y flores. Vi personas caminado entre las flores ya que había senderos de tierra para hacerlo. 
- Josué me cogió del brazo diciéndome: Se me ha concedido el permiso para mostrarte el recinto y responder a las preguntas que desees formularme. Caminemos pues.
La compañía de Josué me era muy grata, desprendía un perfume que jamás había olido, y las palabras que salían de su boca eran de una extrema dulzura y respeto.
Comenzamos a caminar hasta la fuente, giramos a la derecha para visitar los dos pabellones que se encontraban en ese lugar.
Los tres pabellones del recinto eran iguales en la forma sin embargo dos de ellos eran más grandes que el otro.
Sus paredes eran de granito o mármol. La fachada principal de cada pabellón tenía cuatro columnas, dos a los extremos de la fachada y dos en el centro más pequeñas que sujetaban una pieza triangular de granito, en su centro tenía dibujado un Sol. Estas columnas mantenían unas puertas de cristal que daban entrada al pabellón, excepto las del almacén que era de madera. En sus paredes había grandes ventanales con el fin de que el pabellón estuviera siempre iluminado por la luz solar.
Para entrar en los pabellones se accedía subiendo una escalera de tres escalones o por una pequeña rampa de granito.
En el primer pabellón salió a recibirnos una personas que después de saludarnos se retiro dejándonos solos a Josué y a mí.
Josué me explico que este pabellón está destinado para almacén, en el se encuentra  todos los productos que se requieren para sostener el recinto. Vi una gran nevera que según me explico se usaba en su mayoría para conservar la fruta que se usaba en el recinto, también vi varias herramientas de jardinería así como estanterías donde se colocaba diversos objetos y ropas.
- Josué me comento que el abastecimiento del centro se realizaba por el camino que había visto en el exterior al recinto ya que no se permitía la entrada de vehículos al recinto. Me comento que el recinto solo tenía dos entradas la principal que era por donde había entrado y esta (señalándomela) por donde se abastecía el recinto.
Salimos de ese pabellón y retrocedimos para entrar en otro muy diferente, este pabellón también era de un andar separado  en tres partes.
La parte del centro más pequeña era como un recibidor donde uno depositaba la ropa o enseres que llevaba si lo deseaba.
La de la derecha se entraba a través de un arco, no existía puerta. Era un lugar de esparcimiento, en él había mesas, silla y sofás donde las personas podían estar tranquilamente conversando. No vi periódicos, ni revistas ni televisión, sin embargo si vi personas leyendo - Josué me dijo- que eran libros que ellos mismos habían llevado. También vi pantallas en las paredes que proyectaban imágenes hermosas de flores y del Universo. Sus paredes estaban pintadas de color blanco y azul. En una esquina vi un pequeño mostrador donde se servían todo tipo de frutas, zumos y frutos secos para las personas que lo desearan. Pregunté si servían algún tipo de bebida alcohólica o refrescos con alcohol y me dijo que no, que solo se servían zumos de frutas, frutas y agua. El alcohol y el tabaco no tenían cabida en todo el recinto.
En la parte izquierda del pabellón pasando una gran puerta de cristal se podía ver como un auditorio, donde se daban conferencias y cursos de salud. Al fondo de esta sala había una pantalla de proyección. Yo pensé que todo era como muy terrícola y Josué me sonrió como si hubiese adivinado mi pensamiento.
Sus paredes estaban pintadas de color blanco y naranja.
Las personas entraban y salían en silencio de la sala sin ningún problema, lo hacían con el más absoluto respeto al conferenciante y a los que escuchaban.
Salimos de este pabellón y nos dirigimos por el camino para ver el pabellón que se encontraba a nuestra derecha, al llegar a la fuente nos paramos y le pregunte a Josué. ¿Que clase de personas acuden a este centro...?
- Te sorprenderías la diferencia de seres que acuden al lugar, ricos y pobres, sanos y enfermos. Todo aquel que lo desee, siempre será bien recibido y puede beneficiarse de todo lo que posee este santo lugar.
En una ocasión vino un alto mandatario del planeta con su escolta, estos quisieron entrar en el recinto con su vehículo y sus armas, alegando cuestiones de seguridad. Después de hablar y exponer al mandatario que no era posible su entrada y que su actitud estaba fuera de lugar, ya que en el interior del recinto no existen diferencias ni privilegios entre las personas que en él se encuentran, pues todas las personas son iguales ante los ojos del Creador. La entrada de armas a este santo lugar era totalmente inaceptable. Se le invito a marchar del lugar. El mandatario reflexionó y calmo a sus guardaespaldas que estaban bastante alterados por la situación en la que se encontraban. Habló con ellos y les ordenó que permanecieran fuera hasta que él saliera del recinto. Hoy día es uno de los mayores contribuidores y  fervorosos del lugar, acudiendo a él varias veces al año.
Hermano recuerda que este lugar es Santo y tiene la protección del cielo.
- ¿Se practica alguna religión o ritual...?
- ¡No! Jamás se permite ningún culto a ningún dios. Como muy bien sabes Dios es todo lo que perciben tus sentidos, todo lo que tus ojos ven y no ven.
Cuando visitemos la pirámide verás que las emociones se disparan y las personas se dejan llevar por los sentimientos y se expresan  según su cultura, pero no les es permitido exteriorizar ningún gesto o palabras en voz alta que afecten a su religión, si esto sucediera como ya ha ocurrido en alguna ocasión los guardianes de la pirámide se acercan a ellos amablemente para que moderen su comportamiento. Las religiones no tienen cabida en este recinto así como tampoco tienen cabida ninguna estatua simbolizando a ningún dios, ya que todo el cosmos es un templo del Creador y El es el todo.
- ¿Y todo esto resulta rentable...?
- Josué me miró con seriedad diciéndome: Depende de lo que entiendas por rentable... no me esperaba esta pregunta de ti... ya que tú los temas del espíritu jamás los has valorado por su valor económico.
Trágame tierra pensé, no sabía que responder, pues la mente me había hecho una mala jugada. Estaba juzgando el lugar con los ojos de la materia olvidándome de lo que había experimentado a la entrada del recinto. Me avergoncé por mi estupidez. Josué intuyendo y viendo mi aspecto puso su mano sobre mi hombro, me sonrió y me dijo sigamos... por algo se dice que el hombre es imprevisible.
Seguimos caminado, pasamos la fuente y entramos en el otro pabellón. 
Al entrar en él éramos recibidos por una joven vestida de blanco, esta se acercó a nosotros y nos saludó. El recinto no era muy grande y estaba separado a la izquierda y derecha por unas puertas de cristal que comunicaba con otras dependencias del pabellón. La estancia en la que nos encontramos no era muy grande aunque tenía sillones para sentarse si uno lo deseaba, mas se parecía a un lugar de recepción donde las personas acudían para informarse.
Una  joven era la encargada de recibir a las personas y de informarles.
Me llamó la atención una especie de buzón que estaba en la pared y ponía en diferentes idiomas donativos, a su lado un cartel explicaba a donde iban destinado los donativos.
Yo mire a Josué y le pregunte ¿No resulta muy descarado pedir así los donativos?
- Josué me respondió: En este lugar no tenemos nada que ocultar. ¿Acaso no es bueno que las personas que hacen su donativo sepan con absoluta transparencia lo que se hace con ello? Piensa que este centro se mantiene de los donativos de otras personas, sin la ayuda desinteresada de estas personas este centro no se podría mantener. Este acto desinteresado es parte de la magia del centro, y es lo que hace que sea grande.
Nosotros no damos importancia al donativo, sino al acto y entrega de amor desinteresado que hace que aquel que tiene mucho comparta con el que no tiene nada.
El donativo en tu mundo suele ser corrosivo y generalmente nunca repercute en su integridad en el que lo necesita, por ello entiendo tu incertidumbre. El donativo en este lugar es diferente.
A nadie se le pide ni insinúa para que haga su donación. Ten la seguridad  que todo donativo repercute en su integridad en el centro. Todo donativo está destinado a financiación del centro y facilitar la sanación a todas las personas que tienen, y no tienen nada. Nadie del centro se lucra de los donativos.
El pabellón según se entraba, estaba dividido en tres partes a su derecha y dos a su izquierda.
A su derecha se encontraba un pasillo con grandes ventanales, de este pasillo salen tres divisiones, la del fondo era un centro de rehabilitación con todo tipo de aparatos, vi a gente haciendo ejercicio.
El segundo apartado era una habitación de color azul donde por regla general se practicaba yoga y otras disciplinas.
El tercer apartado pegado a la entrada, era una especie de herbolario  donde había diversos productos naturales, en él se podían encontrar de todo, incluido productos homeopáticos. Todo lo que pudieras imaginar estaba allí, excepto medicamentos.
Josué me explico que todos los productos que mandaban los profesionales se encontraban en este lugar y que las personas que lo desearan podían adquirirlos a un coste muy inferior al que existe fuera del recinto, esto gracias a las subvenciones financiadas con los donativos.
Estos tres apartados estaban separados del pasillo por puertas acristaladas sin cerraduras.
Al otro lado del pabellón (izquierdo) se encontraba una sala muy iluminada por los rayos del sol que pasan a través de los grandes ventanales de la fachada. Esta sala solo era usada por las personas que acudían a terapia.
A la entrada del pabellón las personas que solicitaban tratamiento eran recibidas por una joven que les tomaba nota y las desviaba a esta sala de espera para ser atendidos por los profesionales de la salud.
De esta sala salía un pasillo igualmente iluminado. Este pasillo conducía a diferentes puertas que correspondían a cabinas o despachos donde personas especializadas con bata blanca y verde y azul trataban a los enfermos. Creo haber contado nueve puertas, tres de ellas verdes, dos azules y cuatro blancas.
En las puertas verdes se practicaba cromoterapia y otras aplicaciones que tienen que ver con la luz.
En las puertas de color azul se practicaba la sanación a través de instrumentos parecidos a la radiónica. Al visitar estas cabinas me pego un golpe el corazón pues algunos de los instrumentos que vi eran muy parecidos a los que nosotros habíamos hecho. Se lo comente a Josué y me dijo: no creas que son muy diferentes en sus aplicaciones, pero si cambia su tecnología.
En las puertas blancas se diagnosticaba y trataba al enfermo,  se examinaba y se le aplicaba si fuera necesario masajes y aplicaciones cutáneas etc.
Según me comentaba Josué, todos los que trabajaban allí eran profesionales de la medicina y de otras disciplinas aplicadas a la salud. Son personas abiertas de mente a cualquier disciplina que sea útil al enfermo, al igual que son altamente altruistas y desinteresadas. En sus tratamientos  siempre intentaban evitar fármacos agresivos para la persona. A pesar de que algunos de ellos eran médicos titulados en la medicina convencional
La verdad que hubiese estado varios días viendo el funcionamiento de las terapias que allí se realizaban y hubiese hablado con las diferentes personas que trabajaban en ese lugar, pero Josué me comento que no era posible por la cantidad de personas que estaban esperando para ser tratadas.
Salimos de este pabellón y nos dirigimos hacia la pirámide.
Lo más espectacular del recinto era sin lugar a dudas la gran pirámide, me fascinaba y era lo que más me motivaba y Josué se dio cuenta de ello.
La pirámide se encontraba en un alto, en el extremo superior del recinto, orientada al norte, como todo el recinto.
Esta estaba sostenida por cuatro paredes de granito de unos tres metros de altura, cada pared tiene tres columnas,  excepto la pared frontal que tiene cuatro columnas, dos de ellas más cortas mantienen una piedra triangular que en su centro tiene pintado el ojo de Ra. Entre estas columnas  sujetaba una puerta de madera que daba entrada a una habitación.
Desconozco el material usado en la pirámide, pero si me fije que a unos 30 centímetros de su punta estaba troncada y colocado un gran cuarzo de cristal trasparente, con el fin de que la luz solar penetrara en la pirámide. Desde su corte, las aristas de la pirámide eran prolongadas con cuatro varillas de oro unidas en la parte superior formando así un piramidón. Las caras de la pirámide brillaban a darle la luz del sol.
Para subir a la pirámide se podía hacer de dos formas, bien subiendo siete escalones, o hacerlo a través de una pequeña rampa de granito o mármol.
Alrededor de la pirámide había un cerco de unos tres metros de ancho por  donde se podía pasear, en la parte frontal en las esquinas de la pirámide había dos estatuas grandes e iguales en postura de loto.
La entrada a la pirámide se hacía a través de una habitación que estaba situada en la parte frontal. La entrada estaba franqueada por una puerta de madera que es ovalada en su parte superior, esta daba paso a una habitación. En la puerta estaba dibujado el ojo de Ra. El piso de la habitación era de madera al igual que el de la pirámide. A su izquierda había varias puertas de color blanco que eran cabinas donde uno podía cambiarse de ropa, si lo deseaba para entrar en la pirámide. La ropa y todos los objetos metálicos y personales eran depositados en una caja numerada de madera, estas cajas se colocaban en unas estanterías que había a la derecha de la habitación,  igualmente se hacía con el calzado que eran retirados y colocados en las estanterías destinadas para ello. A la pirámide se entraba descalzo y sin ningún objeto metálico encima, esto era una condición indiscutible.
Penetrar en la pirámide fue algo indescriptible, era como pasar a otro mundo, a otro estado de conciencia, fue una experiencia inimaginable. Había muchas personas dentro y existía un silencio sepulcral, solo una música casi inapreciable se escuchaba. No recuerdo ningún lugar que sea tan respetado como lo era esta pirámide.  
El interior de la pirámide era cuadrado y sus esquinas estaban ovaladas. Sus paredes estaban rodeadas de asientos de madera con diversos cojines de diferentes colores. Detrás de los asientos salía una luz hacia arriba de diferentes colores que me recordaban al arco Iris. Sus paredes estaban pintadas con diferentes dibujos de Egipto, representaciones del Sol, del ojo de Ra, así como dibujos de personas en posición de loto adornaban las cuatro paredes del recinto.
Del centro subía un cilindro igualmente pintado, este mantenía una plataforma circular trasparente, la plataforma estaba protegida por un pasamanos y a ella se ascendía a través de una escalera de madera en forma de caracol.
La plataforma ascendía a un tercio de altura de la pirámide. En ella estaba pintado un gran Sol con doce rayos y en ella se postraba las personas para meditar u orar.
Según me explicó Josué, debido al gran número de personas que querían subir a la plataforma, se tuvo que hacer turnos de veinte minutos para evitar accidentes.
No pude menos de abrazar a Josué, mis ojos se empañaron de lágrimas, mientras este me susurraba al oído. - En este lugar se han realizado auténticos milagros. Sentí un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo y  sentí que en verdad me encontraba en un lugar santo. Pasamos bastante tiempo dentro de la pirámide, a pesar de ello, a mi me resulto muy poco tiempo.
Salimos de la pirámide y nos dirigimos a los jardines, estuvimos paseando y hablando de todo lo que había presenciado, no recuerdo bien toda la conversación, pero sí recuerdo la parte de ella que paso a narrar.
Yo le pregunte a Josué ¿Como fue hacer este complejo?
- Josué: Este proyecto está realizado con la colaboración de diversas personas que sintieron la necesidad de hacer algo diferente en sus vidas, personas desinteresadas que ofrecieron su trabajo y su economía para llevarlo a cabo.
- ¿Que clase de personas eran estas?
- Querido hermano, personas como tú, que sienten la necesidad de ayudar a sus semejantes, personas que aman y sienten   profundamente al Creador  y a su Creación.
- Dime, desconozco el lugar o planeta en el que me hallo, ¿Pienso que esta civilización no es muy diferente a la de la tierra?, he visto a personas que se comportaban como cualquier ser de la tierra, sus vestimentas, incluso la tuya es como la de la tierra... Si no fuera que en la tierra este proyecto resultaría imposible hacer te diría que estamos en la tierra.
- Josué sonrió y mirándome me dijo: Este recinto está construido con Amor. En un principio hubo una serie de personas que se motivaron para hacerlo. Una vez terminado se decidió darlo a conocer al planeta. Lo anunciaron y abrieron sus puertas  durante siete días para que todas las personas que quisieran visitarlo lo hicieran. Se impartieron conferencias de todo tipo, y no se cobró nada por ello. Solo se llegó a pagar por los productos que las personas se llevaban del herbolario.
Llegado el octavo día al amanecer tres componentes del centro sellaron el recinto ofreciéndoselo al Sol y quedando exclusivamente al servicio del hombre para su sanación y conexión con el Creador.
Se estableció un horario de apertura y cierre que debía coincidir con el amanecer y el atardecer del Sol.
- Perdóname pero no me estas contestando a mi pregunta y me reitero en lo dicho, todo lo que me estas contando lo siento como muy terrenal... Si no fuera porque en la tierra no existe un lugar así te diría que estamos en la tierra. ¿Dime, donde se encuentra este lugar y quien lo dirige?
- Si hermano, todo esto es terrenal, este centro está en tu mente, en tu corazón. Tú lo has construido en el astral, tú lo diriges, ¡Si!,  no te sorprendas.
Este lugar está diseñado desde el amor, para ser utilizado por el hombre de la tierra, cierto es que no dispones de los medios para hacerlo físico, pero tú lo has creado. Recuerda que cualquier cosa antes de ser manifestada ha sido  elaborada mentalmente. No me preguntes a mí como seria gestionado este centro pues es tu proyecto y eres tu el que tienes el conocimiento y la capacidad para hacerlo.
- No puede ser... ¿Esto es una locura, un sueño... o es una utopía? ¿Ahora me dices que es mi mente la que ha elaborado este centro? ¿Que sucede que esto es falso, una ilusión? ¿Que pasa que tu no existes...?
- Veo gran confusión en tu mente, yo existo siempre que tú lo desees. Este recinto existe siempre que tú lo desees, tú eres el artífice, no destruyas algo tan hermoso que has creado con Amor. ¿Dime tú como lo dirigirías, este es el último eslabón de la cadena...?
- Sigo sin entenderte y a la vez me siento desilusionado al ver que todo esto no deja de ser más que una ilusión, un sueño. Me gustaría que fuera físico, real, no me importa el lugar donde se hallase, ni quien lo dirija, pero que exista.
Tú me preguntas que como dirigiría yo un proyecto así que solo existe en mi mente. Yo no me considero digno ni capacitado para dirigir algo tan hermoso y de servicio para la humanidad. Pero si así fuera lo primero que haría sería asentar unas bases mínimas basadas en el Amor. El interés económico, el negocio y la especulación no tendrían cabida en el proyecto. No puedo concebir el trabajar para el Espíritu mientras que con ese trabajo estoy especulando en la materia.
Ya que hablamos de la Tierra, su construcción seria en la Tierra. Construiría un centro enfocado a ayudar al hombre, en su evolución interior y en la sanación del cuerpo físico.
En la sanación física usaría todos los recursos de la medicina sin excluir la que llamamos alternativa. Aconsejaría que se evitaran en lo posible todos los fármacos que sean agresivos para el hombre.
Los profesionales que trabajasen en el centro tendrían un salario justo de acuerdo a su profesión y este salario saldría de las terapias practicadas y de las subvenciones recibidas. Los productos que se consumieran, así como las terapias estarían subvencionadas en la cantidad mayor posible según los donativos recibidos.
Dentro del recinto evitaría toda contaminación incluida la acústica. No tendrían cabida en él los periódicos, revistas, televisión o radio. Sin embargo existirían pantallas donde se proyectarían imágenes positivas del cosmos y de la Tierra.
No permitiría la venta de ningún tipo de recuerdos internos o externos en el recinto.
La entrada a la pirámide sería totalmente gratuita, para todas aquellas personas que lo desearan y respetaran las normas de entrada.
Es sabido que el Creador no precisa de templos, ni se le puede restringir, encerrar o limitar a ningún templo de piedra, pues todo el planeta es su templo.
La pirámide no será ningún templo donde se adore a ningún  dios determinado,  solo será un lugar de recogimiento donde uno se beneficie de la energía cósmica que ella misma canaliza.
Todo el recinto seria un santuario al servicio del Creador y del Hombre.
En definitiva seria igual a lo que he visto durante mi visita.
- Bien hermano, mis oídos han escuchado las palabras que han salido de tu boca, más el que ha hablado ha sido tu espíritu. Vendito seas. Ya es hora de partir.
Sin mediar más palabras nos dirigimos a la puerta de salida y tras un fuerte abrazo y tres besos que me dio me dijo:
Que el Creador esté siempre presente en tus actos.
Mis ojos y los suyos se empañaron de lagrimas y con un gran dolor en mi corazón (y eso que dicen que el corazón no duele) la puerta del recinto se cerró tras de mí. Comencé a caminar retirándome del recinto. De repente me giro para verlo por última vez y veo como todo el centro se desvanece ante mí como si hubiese sido una alucinación o visión óptica.
Ya no sabía dónde estaba, no sé si estaba dormido o despierto, todo finalizó volviendo a la cruda realidad del día a día.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario