martes, 18 de enero de 2011

ALGUNOS ASPECTOS DE LA ATLÁNTIDA

La Morada Suprema distaba unas 30 millas marinas de su vecina más próxima. Tenía media milla de diámetro aproximadamente y cuatro de altura. No había planicie alguna en su base, y sus riscos eran completamente escarpados y lisos en su parte acuática. Tenía la forma de un cilindro achatado, pero su parte superior se ensanchaba en una prominencia aguda, al estilo de san Basilio de Moscú. No había especie vegetal alguna que, por cierto, despreciaban los atlántidas. Los niños arrancaban las flores con menosprecio, pues pensaban: "Nunca podrás moverte", o las acariciaban del mismo modo que un gilipollas acaricia a su perro. La única entrada era por un orificio en la parte superior, pero la base estaba recorrida por galerías, de modo que todas las moradas tenían un canal para el -Zro- que había alcanzado su máxima perfección y era transportado hasta el un
núcleo central. El receptáculo de la base se hallaba en un nivel inferior, y el -Zro-, que se calentaba debido a la fricción, hervía continuamente y desprendía un humo azulado o púrpura. Este era el único sustento de los habitantes de la Morada Suprema. En el tiempo primero, la antigua Morada Suprema, situada en una isla -tiempo fué destruída por orden de Atlas, la cual fué llamada la Morada de la Sangre, pues sus habitantes se alimentaban únicamente de la sangre que chupaban de los vivos. Las utilidades del -Zro- cambiaron todo esto, pero la idea era la misma: vivir de la Quintaesencia de la Vida (campos cuánticos licuados y fluidificados o materia oscura liqüificada y fluidificada). De aquí que mientras las "moradas" comían y bebían -Zro-, la Morada Suprema libaba su vapor. Ningún niño nació en dicha Morada, y nadie de categoría inferior a Sumo Sacerdote vivió allí.
Excepción hecha de un asunto sobre el que núnca se pensó, aunque se hablara de ello constantemente, el misterio más íntimo de la Morada Suprema fué el "Atlas Vivo". Tenía varios nombres: "Devorapalabras", "Lo no Afeitado! (porque las cuchillas del Zro nacían de su pelo), "Corazón en Llamas", "Principio y Fin" (el Alfa-Omega de los Helenos) y otros más, pero especialmente un término que sólo se puede traducir como "Para Ella", un pronombre defectivo cuyo único caso era el dativo. Lo que verdaderamente fuera el Atlas Vivo es el secreto de todos los secretos: una simbiosis entre una especie de Avatar y un modo de quintaesencia, junto con el concepto "Para Ella", lo cual era un epíteto del "Ángel de Venus, la fuerza de la voluntad o anhelo". Sólo se lo conocía por sus epítetos, por sus velos. Era "aquel negro que convierte en blanco lo negro (El Chemir o Chemia)". Tenía 69 metros de altura y 45 de amplitud, y según los mayores poetas era "la esencia de lo inconmensurable, era "la esposa de Zro", "el corazón de Zro", "el deseo de Zro", "el Atlas que se alimenta del Atlas", "quién deglute su propia morada", "el ibis", "la hoguera del Fénix"... en suma, la Resurrección en su sentido más ámplio.
Era imposible aproximarse al Atlas sin ser inmediatamente succionado y devorado. Esta era la mejor de las muertes y, como tal, ardientemente deseada por todos. Pero este honor, así como la merecida distinción y el supremo reconocimiento del estado, estaba reservado únicamente para aquellos que descubrían mejoras para el Zro. Hombres ocultos escuchaban los lamentos de su víctima, y aprendían así la naturaleza de la muerte. Sucedía que el negro se tornaba repentinamente un rosa vivo, , "el único" (un simple cumplido) objeto luminoso del Atlas, y un destello le rodeaba. Por alguna razón que núnca ha sido desvelada, el Atlas rehusaba a las mujeres. Aquellos que habían visto el Atlas no podían ser adoctrinados. Regresaban de su Presencia sonriendo, e incluso bajo las más terribles torturas que los magis podían idear, continuaban riendo. Dicha sonrisa no le abandonaba el resto de sus vidas, y la superioridad de que eran conscientes era tan irritante y tan contraria a la armonía de la vida en el Atlas que las mujeres eran asesinadas y a sus compañeros futuros se les prohibía acercarse al Atlas.
Cualesquiera teorías acerca de su naturaleza que pudieran haber sido enunciadas por los magos eran echadas por tierra por un famoso experimento. A uno de los más sagrados Hierofantes, un hombre que en su pubertad había porfiado en el matrimonio inmediato con todas las mujeres de su morada, un mago que había concebido cuatro nuevos compuestos de Zro y que descubrió cómo pasar materia a través de la materia, se le honró con la gran muerte. Al llegar a la última galería, donde espirales concentradas de vapor de Zro daban vueltas hasta la presencia del Atlas, dijo adiós a los oyentes nombrados del modo que era propio de su dignidad, y después, llenando sus pulmones con una última y larga aspiración de Zro, se precipitó en la cueva (o cámara). Se le escuchó gritar, sorprendido, y después abducido inefablemente, las palabras "Tras Atlas, Otla". La sorpresa de los oyentes fué mayúscula cuando, siete días después, pasó ante ellos con grandes zancadas y sin saludar. Fué a su "morada" y enmudeció; núnca fue visto u oído de nuevo, pero sin duda alguna vivía cuando ocurrió la "catástrofe". Este hombre fundó una escuela de filosofía; la fundó a partir de lo que suponía haber descubierto, y esta escuela disputa a los ortodoxos la creencia en el éxito final.
Los misterios menores de la Morada Suprema tenían que ver casi exclusivamente con la creación de la vida y la unión lineal entre la Tierra y Venus. Ambos asuntos estaban íntimamente relacionados, pues los cerebros de los atlántidas pudieron alojarse en cuerpos lo suficientemente livianos como para atravesar los campos cuánticos (o etéricos), y así se cumpliría su labor. Algunos de estos experimentos biozoológicos fueron bastante toscos y horribles. Intentaron crear una nueva raza cruzándose con ofidios, gansos, ocas, cisnes, caballos, canes, bovinos y otros animales, especialmente monos (hombres degenerados de anteriores cruces con razas pretéritas); los resultados de este experimento estaban llamados a colonizar una isla (algo así como la isla del doctor Mourró), pero escaparon, y después de muchas travesías llegaron a Japón, donde todavía viven sus descendientes en lugares recónditos y ocultos. Las leyendas mitológicas de monstruos como Quimera, Arpía, Medusa, Quinotauro, Centauro, Minotauro, Ariadna, Lamia, Sátiros y otros semejantes no son más que simples filtraciones de la tradición atlante. Hombres de privilegiadas mentes científicas lograron hacer pasar vapor de Zro a través del agua oceánica, pero sólo crearon serpientes de gran tamaño, como el Leviatán, que liberaron en las aguas próximas a la Morada Suprema para que hiciesen de guardianes. La gran serpiente marina nació de este experimento, y algunas de ellas sobrevivieron. Otra corriente, que se oponía vigorosamente al proceso sexual -"lo que debía trascender, como hacían los lemurianos, vencía la gemación"- viviseccionó hombres y mujeres, y tomó varias partes de su cerebro: principalmente el cerebelo, la glándula pineal y la pituitaria, que cultivaron en una solución de Zro expuestas a los invisibles rayos del fósforo negro. El mejor resultado de este experimento fué una raza de seres traslúcidos y gelatinosos de gran desarrollo intelectual; pero que, lejos de poder viajar por el espacio, apenas podían moverse en su elemento. Otra corriente científica sostenía que puesto que el Zro en forma de vapor combinaba las virtudes del Zro líquido y sólido, podía producirse un estado igneo con el que se impregnaba a los cuerpos hasta hacer de ellos "parejos al éter". Esta Escuela mantenía que el Zro ígneo ya existía en la Naturaleza, "en el corazón del Atlas Vivo" y aseguraba que aquellos que morían por absorción del Atlas iban directamente a Venus. Por consiguiente, muchos intentaron con empeño captar mensajes de dicho planeta. Conocedores de la primera ley del movimiento newtoniano, creían posible preparar Zro en un estado tal que su curso no podría ser desviado ni dispersado; de modo que si se hacía la cantidad necesaria, podría construirse un puente a través del cual llegar a Venus. Así pues, excavaron túneles en el planeta para disponer de una especie de veta para el Zro. Pero como su abastecimiento fue penosamente insuficiente, pretendieron también preparar un Zro que tuviese el poder de multiplicarse a sí mismo. La tradición alquímica conserva algunos testimonios de este problema.
Otro grupo de magos sostuvo que puesto que la Naturaleza había liberado a los planetas del Sol, sería contrario a ella provocar que los planetas regresasen a aquél. Se preocuparon de incrementar la fuerza gravitatoria de la Tierra y de comprobar con frecuencia su curso. Sus esquemas fueron vistos, en general, como utópicos; incluso alardeaban del descubrimiento del Zro que iluminaba los cuerpos, y de una especie de pantalla de éter que generaba potencia mecánica en cantidades inagotables y que hacía a la materia casi opaca al éter. Este mecanismo sólo operó en muy pequeña escala. Una pantalla de dos pulgadas de longitud se hubiera separado de sus sujeciones, a lo que había seguido un terremoto, pues las rocas próximas se derretían en pocos minutos y el mar hervía instantáneamente donde sus rayos incidiesen. Lo más brillante de esta escuela es la afirmación que dice: “la materia es una relajación del éter”. De este modo explicaron la gravedad: Sitúense dos esferas de marfil en un tubo de caucho; la tensión del tubo es menor cuando las bolas se tocan. La tendencia de ellas, es, por tanto, estar juntas. Sólo la fricción las detiene. El éter, sin embargo, es infinitamente elástico y no soporta fricción alguna. A partir de estos hechos se calculó La Ley de los Cuadrados Inversos.
Una escuela mucho más mística veía vida en todas partes. Sabía lo que nosotros sabemos, incluso más, acerca de los iones y electrones, y entendía todo fenómeno como una manifestación de la voluntad. La gloria máxima de esta escuela fue el descubrimiento de que el Zro, en su estado noveno, comido y bebido con intención concentrada, producía el resultado que se deseaba, cualquiera –dentro de unos amplios límites- que éste pudiera ser. Esto sirvió de mucho a la hora de superar el uso de todas las formas especializadas de Zro, y así unificar la práctica de la magia.
No deja de resultar curioso que fuera tanta magia utilizada y fuese ésta la cosa más lamentable. Pero eran los medios y, como tales, “aquello que no es realmente el fin”. La palabra utilizada para la magia “Ijynx”, era la única bisílaba del idioma, puesto que la magia consistía esencialmente en la dualidad, dualidad mayor –hasta cierto punto- de la que el número dos representa.
La iniciación de los niños fue un asunto reservado a La Morada Suprema. Destetados a los tres meses, los niños eran cuidados por las clases inferiores hasta que llegaban a la pubertad, hecho éste que les disponía para la iniciación. Desde La Mansión Suprema se enviaba a un embajador, y bajo su presencia se educaba al muchacho; su padre y su madre lo familiarizaban con el Zro, y una completa educación acerca del “trabajo” les era transmitida por todos aquellos miembros de la “morada” que lo deseaban, es decir, prácticamente por todos. Las ceremonias eran usualmente largas y exhaustivas, y a menudo los niños perecían durante su transcurso. Esto no se entendía como un serio desastre, e incluso algunas escuelas de magos fingían alegrarse. Los representantes de la Morada Suprema gozaban de derecho preferente ante los padres del niño; en ocasiones él mismo dirigía su iniciación, lo que era  un gran, pero mortífero, honor. En contadas ocasiones los muchachos eran llevados ante el Atlas para ser devorados. Los padres de tan afortunado muchacho mejoraban su rango y se les concedía privilegios especiales, incluso en ocasiones eran trasladados a la “Morada de las Moradas”. Todos aquellos que habitaban en La Morada Suprema eran cubiertos con un velo tan pronto ingresaban, para prevenir así que se descubriese que tenían la misma apariencia, en todo, que sus inferiores. Este mandato se hizo efectivo después de la Gran Conspiración.
La mayoría de los varones habían desarrollado una protuberancias óseas frontales que terminaban siendo una especie de cuernos, y esta formación también se encontraba ocasionalmente también en las más elevadas etnias de mujer. Ambos sexos lucían curiosamente tocados (cubrecabezas) tallados en oro; los de rango sacerdotal los adornaban con serpientes vivas, y los sumos sacerdotes con plumas o alas, no arrancadas a pájaros muertos, sino hechas de oro puro de sus coronas. Algunas muestras de este uso aparecen en las representaciones de los “Dioses” de Egipto: estos dioses eran los atlantes, cuya misión fue civilizar el país. Algunos de sus nombres confirman lo expuesto. Nu (Noah (Noé) en hebreo) era arco en atlántida; Zu (Shu en egipcio) significaba para todo aquello que tenía que ver con el viento; Ash (Ási) significa “la vibrante cuasi serpiente”, actualmente el nombre de una Sacerdotisa Suprema. Ra es el atlante Sol, y “Mse” (Khusm o Chomse en egipcio), significa luna. El origen de Mse es que una mujer fuerte (M lunar) cerró la boca de una serpiente (S) o dragón, y de aquí se deriva la undécima carta del Tarot de Bohemia y la leyenda del Apocalipsis. En el misticismo griego practicada por los gnósticos hallamos ejemplos similares: SOPHIA procede del trigrama SPh, la idea del “aliento de la serpiente”, esto es, la sabiduría. IAO es PHALLOS, KTEIS, PROKTOS. La palabra LOGOS significa el Niño (G) engendrado naturalmente de Virgen (L) y Serpiente (S). THEOS (de la raíz O, escrita O) significa el sol en su esplendor y el Falo-Vagina unido. CHRISTOS es “El amor pasional del Sol Naciente (R) y la serpiente (S)”. La I y la T señalan ciertos detalles: el descenso del diámetro universal, y el árbol  de la sabiduría, de la ciencia y de la dualidad bien-mal. NEUMA (en idioma atlante NM es el “Arca de la Mujer”; MARÍA, la mujer del Sol (MAR significa en atlante, y también en sánscrito puro, morir, porque esta palabra ilumina sobre su concepción de la muerte. Las palabras MEITHRAS (Mithra) y ABRAXAS también derivan del atlante. “La mujer penetró, y el Falo (Lingam) se unió a Vagina (Yoni) y nació el sol del útero de la serpiente” y “en la entrada del útero buscó el sol un útero para satisfacer su deseo, aún cuando fuese el útero de la serpiente”; de este modo se representaba el transcurso del año, según antiguos testimonios. Esta forma según la cual a cada idea correspondía una letra se seguía de manera estricta; y así TLA, negro, significa el estigma o señal del útero de la virgen; IA (¡Salve! ¡Salud!, “Cara a Cara”, según otra peculiaridad antes descrita. Estos ejemplos muestran el carácter singular del idioma (por ejemplo, “como he escrito” nunca se permutaba por “como he observado, señalado, descrito, dicho, indicado, subrayado, destacado”, etc) y el modo en que sus símbolos esenciales y dogmáticos fueron incorporados por los herederos del Atlas a los más secretos santuarios de aquellas civilizaciones que se creyeron merecedoras de su ayuda.
La temprana edad en que acaecía la pubertad seguía un patrón. El período normal de gestación se había acortado a los cuatro meses. Esto formaba parte del proyecto de economizar tiempo. La vejez llegaba cuando se manifestaba el primer indicio de debilidad en la presteza de los atlantes para “ir y venir”. De los 200 o 300 años plenos de un hombre, sólo 8  eran malgastados en la niñez, e incluso éstos no eran totalmente un desperdicio, pues eran necesarios para que los expertos descubrieran y dirigieran las tendencias de la mente. El cuerpo, por lo tanto, era entendido como un motor, cuyo límite teórico de eficiencia ya se había alcanzado.

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