jueves, 6 de enero de 2011

LA RAZA ARIA Y LA EVA NEGRA

El término raza aria es un concepto cuya aceptación alcanzó su auge en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Los etnólogos del siglo XIX propusieron que todos los pueblos indoeuropeos eran descendientes de un supuesto pueblo antiguo, conocido como los arios.
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Varios movimientos europeos de carácter colonialista y nacionalista de la época abrazaron esta idea, en especial el nazismo alemán, que empleó el concepto de raza aria (reinterpretado como una raza de señores de pueblos de linaje noreuropeo) para dar justificación a sus postulados racistas y militaristas. La palabra ario, por haber quedado asociada al racismo e imperialismo de los nazis, apenas se usa si no es en relación histórica con el nazismo.


Origen del concepto




La idea de una "raza aria" surge cuando los lingüistas identifican al avéstico y al sánscrito como los parientes conocidos de mayor antigüedad de las principales lenguas europeas incluyendo el latín, el griego, todas las lenguas germánicas y célticas. Argumentaban que los hablantes de aquellas lenguas se originaron en un antiguo pueblo que debe haber sido antepasado de todos los pueblos europeos. A estos ancestros hipotéticos se les da el nombre de arios, tomado de la palabra sánscrita y avéstica arya que significa "noble".
Hay que señalar que en los Vedas la palabra arya no se emplea nunca con connotaciones étnicas o raciales. Aún es empleada por el zoroastrismo, el budismo, el jainismo, así como por el hinduismo con el significado de "noble" o "espiritual", como también, denominar una cualidad espiritual divina: renacido, nacido dos veces, que re-nació después de la muerte.

La cuestión de la patria de los arios




Todavía se debaten los orígenes de los antiguos "arios" en términos geográficos. El avéstico era el idioma de la antigua Persia, que coincide a grandes rasgos con el actual Irán. El sánscrito se asocia con el valle del Indo, en el norte de la India, al este de Persia. El nombre nativo (y actual) de Persia, Irán, es una variante de Aryan (de hecho, es Ary + an, "país de los arios", donde -an es un sufijo persa de localización). Por otra parte, los gobernantes de Persia se llamaron a sí mismos arios. Darío I el Grande, rey de Persia (521-486 a. C.) hace constar en una inscripción en Naqsh-e-Rostam, cerca de Shiraz (Irán): Yo soy Darío, el grande, [...], persa, hijo de persa, un ario, de linaje ario... El Avesta también da noticia de una patria llamada Airyanem Vaejah (El Solar Ario), desde el cual se supone que los arios emigraron.
Estas y otras pistas sugirieron que un pueblo ario cuyos descendientes, los aqueménidas (entre cuyos reyes destacaron Ciro II y Darío I el Grande), existieron y lo proclamaron. No obstante, todas estas expresiones se entienden igualmente si damos a la palabra "ario" el sentido de "noble".



Esta pista dio origen a la búsqueda de la patria aria primigenia, y así —según se creía— a los orígenes de la "raza" europea. Muchos estudiosos afirmaron que los arios habrían tenido su origen en las estepas de Asia central, desde las que, en torno al año 1800 a. C., habrían emigrado a Europa, en el este, y a Afganistán, Irán, Pakistán y zonas del norte de la India, en el sur. La dispersión de los arios vendría a explicar cómo sucedió que las lenguas indoeuropeas tuvieran tal expansión por Europa y Asia. Además se pensó que los arios vinieron como conquistadores, desplazando a pueblos anteriores. Pudieron llevar a cabo la conquista de territorios tan dilatados gracias a su estilo de vida nómada, el empleo del caballo y de vehículos con ruedas, como los carros, lo que les confirió una ventaja militar crucial. Este modelo de conquista y sustitución cultural fue una vez ampliamente aceptado, pero por lo general hoy se rechaza, al menos en lo que respecta a Europa. La conquista, si llegó a tener lugar, fue un fenómeno local. No hay pruebas de guerras generalizadas o sustitución cultural. Asimismo es difícil concluir a partir de artefactos anteriores a la escritura qué idioma hablaban los pueblos que realizaron esas "conquistas", ya que podrían haber sido las de un grupo indoeuropeo sobre otro igualmente indoeuropeo.

La cultura de los arios




Existen raíces comunes entre las culturas de la antigua Persia y la India. También parecen hallarse relaciones con otros pueblos cercanos como los hititas y los habitantes de Mitani. Esa cultura ancestral incluye la adoración de Indra, Varuna, Agni y Mitra, así como el empleo ritual de una bebida alucinógena llamada soma extraída del hongo Amanita muscaria (aunque recientes investigaciones señalan que esta bebida se compondría de efedra, adormidera, cannabis y una planta típica paquistaní bulbosa identificada recientemente en un estudio dirigido por la BBC). Sin embargo, a medida que se produjo la separación y migración de las distintas poblaciones, también cambiaron sus religiones. Finalmente, del sistema primigenio de creencias arias surgieron los cultos védicos y del zoroastrismo en los que los dioses ancestrales arios engendraron panteones diversos.
Entre los estudiosos se utiliza actualmente el término únicamente para identificar la protocultura de la cual surgieron las creencias védicas y zoroastristas. En lingüística, las lenguas indoarias son las que derivan del sánscrito. No obstante, el supremacismo blanco corrientemente sigue utilizando el término de ario como una designación racial.

Usos imperialistas, nacionalistas y nacionalsocialistas del término




La teoría de los orígenes arios en las estepas rusas no era la única que circulaba en el siglo XIX. Estudiosos alemanes sostenían que los arios dieron su origen en la antigua Alemania o en Escandinavia, o al menos era en esos países donde la etnia aria original se había conservado. Era una creencia generalizada que los arios védicos (ver Veddas) eran étnicamente similares a los godos, vándalos y otros pueblos germánicos antiguos del Völkerwanderung (Emigración de Naciones). Esta idea iba a menudo entrelazada con creencias antisemitas. Se afirmaba que existían pueblos "arios" y "semíticos" diferenciados, basándose en suposiciones sobre la historia étnica y lingüística del mundo antiguo. Así, las poblaciones semíticas llegaron a ser vistas como presencias extrañas dentro de las sociedades "arias". En esta época estuvo muy difundida en Europa la obra de Arthur de Gobineau.



En la India bajo el imperio británico los gobernantes ingleses también se sirvieron de la idea de una raza aria distinta como forma de aliarse con el sistema de castas del país. Como muchos idiomas europeos modernos están emparentados con el sánscrito, los británicos añadieron esto a sus justificaciones de su presencia en la India. Sostuvieron que los arios fueron pueblos de raza “blanca” que habían invadido la India en la antigüedad, sometiendo a los pueblos dravídicos nativos de piel oscura, que fueron empujados hacia el sur. También trataron de dividir a la sociedad afirmando que los arios se habían establecido a sí mismos como las castas dominantes, que tradicionalmente eran los estudiosos de las sofisticadas escrituras védicas de la fe hinduista. La discusión sobre las "razas" aria o dravídica sigue viva en la India hasta el día de hoy, afectando al debate religioso y político. Algunos grupos dravídicos, en especial los tamiles, sostienen que la adoración de Shivá es una religión dravídica en sí misma, distinguible del hinduismo brahmánico. Por otra parte, el movimiento nacionalista indio Hindutva afirma que la migración o conquista arias nunca sucedieron ya que el vedismo habría surgido de la civilización del Indo, que se supone anterior a los presuntos arios de la India.



Estas discusiones condujeron, asimismo, al movimiento teosófico fundado por Helena Blavatsky y Henry Olcott a finales del siglo XIX. Se trataba cierta temprana filosofía New Age inspirada en la cultura india, especialmente en el movimiento hindú de reforma Arya Samaj fundado por Swami Dayananda. Los teósofos sostienen utilizan la palabra ario para referirse a la actual civilización humana, no obstante, otros ocultistas como Guido von List (y sus seguidores como Lanz von Liebenfels) más tarde abrazaron estas ideas uniéndolas a un credo nacionalista y redefiniendo ario como sinónimo de indoeuropeo. Estas y otras ideas fraguaron en el uso nazi del término "raza aria" para nombrar lo que ellos concebían como una raza de señores de orígenes noreuropeos, llevando el concepto tan lejos como para eliminar a discapacitados con el fin de mantener su pureza , bajo el programa de Eutanasia Aktion_T-4 de los científicos del reich, que tenía el fin de experimentar con personas que padecían múltiples problemas físicos y mentales; y observar el comportamiento, para así mantener la descendencia sin mestizaje semita.

La raza aria y la genética




Ciertos antropólogos creen que de haber existido un antiguo pueblo ario, sus descendientes actuales más cercanos serían los persas y no los grupos germánicos.
Las ya propuestas teorías sobre los arios, nos remontan a los Atlantes, Hiperbóreos y Lémures, los cuales habrían pasado sus conocimientos a diez principales subculturas, tales como la Nórdica, Hindú, Persa, etc. Incluso está documentado en películas y fotografías que el Tercer Reich envió una expedición científica al Tíbet, para rastrear los orígenes del pueblo Ario.

En el esoterismo



Diferentes grupos esotéricos han utilizado el término ario aunque usualmente con un sentido diferente al racial. La Sociedad Teosófica menciona a los arios pero en referencia a la actual raza humana que puebla la Tierra, precedida por ejemplo por la raza atlante, raza lemuriana, etc. Aunque algunos aseguran que la Teosofía influyó en las ideas esotéricas del nazismo, lo cierto es que los objetivos declarados de la Teosofía durante su fundación fueron tres:

1. Formar un núcleo de la Fraternidad Universal de la Humanidad, sin distinción de raza, sexo, casta o color.
2. Fomentar el estudio comparativo de religiones, filosofías y ciencias.
3. Investigar las leyes inexplicadas de la Naturaleza, y los poderes latentes en el hombre.

Si bien, diferentes grupos ocultistas además de la Sociedad Teosófica utilizan el término ario como sinónimo de la actual raza humana (ejemplo la Antroposofía y ciertos grupos gnósticos), otros grupos ocultistas si lo utilizan en referencia racial y consideran que la Raza Aria es la raza más pura (alvina ecandinava), descendiente de los atlantes e hiperboreos, desarrollan el mito de Thule, Hiperbórea y la Atlántida en un sentido esotérico-racial y consideran a las demás razas menos desarrolladas (africanos y semitas). Ejemplos de grupos con estos sentidos son la Ariosofía, el ocultismo nazi y Nueva Acrópolis.

La Eva Negra (o Mitocondrial)



Cuando los científicos buscan el posible origen del hombre (Homo sapiens) todo apunta a que este origen debió ser en el continente Africano, especialmente en la región que ocupa Kenia, Tanzania, Somalia y Etiopía.
El 1º de enero de 1987 apareció un artículo en la revista Nature –una de las más reconocidas en ciencia del mundo– titulado "Mitocondrial DNA and human evolution (ADN mitocondrial y evolución humana)". Este artículo trata sobre la búsqueda de los orígenes del hombre, utilizando una técnica molecular que tienen que ver con el material genético que se encuentra en una estructura celular llamada mitocondria. Esta mitocondria es el lugar dónde las células convierten el alimento que ingerimos en energía. Resulta que estas mitocondrias se heredan de manera materna, lo que significa que nosotros sólo tenemos mitocondrias de nuestra madre, que a su vez la heredó de la suya (nuestra abuela) y así sucesivamente hasta remontarnos al origen del hombre.



Déjenme platicarles cómo funciona la concepción de los seres humanos, no crean que voy a dar un curso de educación sexual, esto es un poco más aburrido, resulta que en los minutos siguientes al acto sexual –Paulo Cohelo dice que once minutos–, todo lo que sucede antes se lo dejo a la imaginación del lector. Después de esa sensación de que el corazón se sale por dónde la existencia se concibe, se inicia una carrera a muerte por la vida por parte de los espermatozoides, imagínense que usted tenga que correr un maratón de 42 kilómetros y llegar en primer lugar para no morir. Después de ello, tiene que intentar penetrar una pared, para abrir una compuerta que da paso al núcleo del esperma que se conjuntará con el núcleo del óvulo e iniciar así la formación de un nuevo ser, desechando después lo que queda del travieso espermatozoide, es decir que ni si siquiera la cabeza, bueno ni la puntita penetra al óvulo. Es obvio que para realizar este esfuerzo se necesita una gran cantidad de energía que se produce en las mitocondrias, es por ello que los espermas tienen una gran cantidad de éstas, sin embargo, ninguna de ellas penetra al óvulo. Es así que las primeras hembras de Homo sapiens heredaron a sus hijos estas mitocondrias, y así sucesivamente hasta nuestros días, y las generaciones futuras. Otro dato interesante es que las mitocondrias cuentan con su propio material genético o sea el ADN mitocondrial (ADNm), el cual es independiente del material genético del núcleo. Los científicos encontraron que es posible rastrear los árboles genealógicos de todos los grupos humanos que existen ahora, identificando las diferencias en el ADNm. Además, es posible saber no sólo a qué grupo pertenece tal o cual persona, sino, también identificar la edad de dicho grupo, por eso ahora sabemos que los nativos americanos son más recientes que los nativos australianos.
En el estudio se analizó el ADNm de diferentes razas, incluyendo grupos nativos de África, y resultó que los genes más antiguos se encontraron en un grupo de cazadores, recolectores y nómadas del norte de Sudáfrica llamados los “Bosquimanos”, este grupo además presenta una variabilidad genética muchísimo mayor que cualquier otro grupo humano.



Todo material genético se duplica, y al hacerlo se pueden cometer errores, estos errores se llaman mutaciones, las mutaciones pueden ser muy frecuentes o muy poco frecuentes dependiendo de cada región. De tal manera, que algunas regiones mutan más frecuentemente que otras, y en el caso del ADNm es poco mutable, pero es posible calcular el tiempo que debió ocurrir entre mutación y mutación y así calcular la edad del grupo o raza de una especie, pero sobre todo se puede calcular el tiempo de separación de dos razas hermanas, lo cual se conoce como “reloj molecular”. Los fósiles más antiguos de Homo sapiens tienen entre 180 y 200 mil años, y resulta que de acuerdo a los cálculos del reloj molecular coincide con los datos que arroja la datación de fósiles. Además, se sabe que entre mayor variabilidad exista entre los individuos de un grupo dicho grupo puede tomarse como el más antiguo. Por si fuera poco, también coincide que la mayor variabilidad se encuentra en el grupo de los bosquimanos, y que además el reloj molecular indica que este grupo es el más antiguo de humanos actuales, asimismo, el árbol genealógico construido con el ADMm concuerda con la hipótesis de que los humanos salieron solamente una vez de África y de aquí al resto del planeta, primero a Medio Oriente, después a Europa, Asía, Oceanía y finalmente a América a través del Estrecho de Bering (entre Siberia y Alaska). Desafortunadamente para algunos grupos neofascistas, lo anterior está ampliamente comprobado, el origen del hombre fue en África y de existir una o varias Eva, éstas debieron tener rasgos de las tribus autóctonas de este continente, lo cual contribuye a que el racismo sea tan ridículo como avergonzarse de los orígenes de nuestra familia.

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