jueves, 10 de noviembre de 2011


POSIBLES EFECTOS DEL ASPARTAMO (E-951)


Informe redactado por
Josep Català.

Resumen:

A diferencia de otros edulcorantes intensivos como la sacarina o el ciclamato, el aspartamo es totalmente metabolizado en el organismo. Su hidrolización produce ácido aspártico, metanol y fenilalanina. Si el primero no supone en ningún momento problema alguno, los otros dos han sido investigados repetidamente al considerárseles autores de diversos efectos nocivos para el organismo humano. Una revisión exhaustiva de los estudios independientes realizados sobre el tema lleva a la conclusión de que, dentro los límites habituales de aspartamo utilizados en la elaboración de bebidas y alimentos, tales peligros no existen. Ni aun en el caso de que esas dosis sean notablemente superiores.
Desde hace varios meses (¿años?) es común en los ambientes autodenominados ecologistas y similares, distribuir manifiestos y realizar acciones tendentes a criminalizar la empresa norteamericana Monsanto. Ignoro el motivo último de este proceder. Así, le recuerdan que ella inventó los PCBs (con sus impurezas de dioxinas), o que fabricó gran cantidad de defoliantes para la guerra de Vietnam (agentes naranja, verde, púrpura, etcétera), o, también, que puso en el mercado el edulcorante aspartamo, de gran potencia y utilizado en más de 90 países y al que, con excepción -supongo- de los pies planos, acusan de todos los males en la salud humana. También, por descontado -pero esto concierne a Monsanto-división agraria cuando lo anterior era Monsanto-división química- la persiguen por su participación en el desarrollo de nuevas especies vegetales transgénicas, consideradas como los demonios del siglo próximo. La separación entre actividades químicas y agrarias la realizó Monsanto en diciembre de 1996.
Veamos. Los PCBs los descubrió la empresa Swann Chemical Company, en 1929. Otra cosa es que Monsanto comprara esa firma años después. No se trata de actuar como abogado de nadie, sino que procurar que cada palo aguante su vela. Respecto a los defoliantes de Vietnam, y según los documentos que en su momento me remitió el Congreso de los Estados Unidos, fue Dow Chemical el principal proveedor de los mismos. El reparto fue el siguiente: Dow Chemical (31,1%), Monsanto (27,7%) y, el resto, repartido entre Hercules Chemical, Diamond Shamrock, Thompson Chemical, TH Agriculture and Nutrition y Uniroyal. Debo aclarar que Dow Chemical ha mantenido siempre que ellos sólo suministraron el 1,3% de los defoliantes, y, en cambio, Monsanto envió el 74,8%. Me limito a recoger posturas discrepantes……
Un detalle anecdótico y que, por desconocerlo, no utilizan los criminalizadores de Monsanto, es su dudosamente ético nacimiento. En efecto: un avispado irlandés llamado J.F. Queeny, era, a finales del siglo pasado, vendedor de productos de la poderosa firma Merck. Listo como pocos, comprobó que lo que más vendía era la sacarina, así que decidió instalar su propia fábrica para obtener dicho edulcorante, al tiempo que seguía como vendedor de Merck….. Esa fábrica inicial se llamó Monsanto, tanto para despistar como para homenajear a su esposa, Olga Monsanto, española y perteneciente la nobleza. Olga Monsanto figuraba como dueña de la factoría. Finalmente, y tras el abandono (¿expulsión?) de Merck, Queeny siguió fabricando sacarina, y poco a poco amplió sus actividades. En resumen: Monsanto nació, precisamente, para fabricar un edulcorante.

Panoplia de edulcorantes

El azúcar ha sido, desde siempre, el producto más utilizado para dar sabor dulce a alimentos y bebidas. Obtenido de la caña de azúcar o de diversas variedades de remolacha, es, en más del 99 por ciento, sacarosa; es decir: un disacárido (molécula formada por dos monosacáridos, en este caso la glucosa y la fructosa). En realidad, la palabra "azúcar" es de origen químico, y comprende diversas moléculas del gran grupo de los glúcidos, o hidratos de carbono, o carbohidratos. "Azúcar", de todos modos, ha calado en el lenguaje común y ahí va a mantenerse, provocando, a veces, confusiones entre los consumidores. (En las etiquetas puede leerse: "No contiene azúcar"….. pero sí fructosa. "Azúcares"…..cuando en rigor son hidrolizados procedentes de maíz, etcétera).
También desde siempre han existido diabéticos, o, simplemente, gente a la que no gusta tomar azúcar, ya sea porque "engorda" (este es un tema muy controvertido, que necesita sus propios comentarios), o porque produce caries (lo que es cierto, pero basta un ligero cepillado de dientes para evitarlo), o, sencillamente, porque no les apetece. Por tanto, no debe extrañar que tan pronto la industria química comenzó a consolidarse, iniciaran su aparición alternativas al azúcar: los edulcorantes artificiales, a la cabeza histórica de los cuales está la sacarina. Edulcorantes que hoy se utilizan obicuamente, desde bebidas refrescantes hasta chicles, pasando por fármacos.
Todos los edulcorantes artificiales se consideran oficialmente en España y la Unión Europea, aditivos. Por tanto, a la correspondiente legislación deben atenerse en su uso. No son aditivos los edulcorantes "clásicos" y "naturales" como la miel, el zumo concentrado de frutas, la fructosa y algún otro menos importante. En el caso español, dos Reales Decretos (2002/1995, BOE del 12 de enero de 1996, y 2027/1997, BOE del 17 de enero de 1998), fijan la lista de todos los edulcorantes autorizados, así como las condiciones y alimentos en que pueden ser empleados. Debe tenerse también en cuenta que, legalmente, en la Unión Europea/España está prohibida la utilización de edulcorantes artificiales en bebidas y productos alimenticios destinados a lactantes o a menores de 3 años de edad, excepto en los casos que explícitamente se indique lo contrario (pueden consultarse los Reales Decretos 2002/1995, ya citado, y el 1268/1997, BOE del 25 de julio de 1997).
El "boom" actual de los edulcorantes puede considerarse que comienza en el año 1878, cuando de manera totalmente casual se descubre que la imida del ácido ortosulfobenzoico tenia un agradable sabor dulce. Y si se usaban sus sales potásica, sódica o cálcica, todavía mejor, ya que resistían las manipulaciones industriales. Muy pronto la denominación química dio paso al nombre comercial que hizo fortuna: "sacarina". A esta, y con el paso del tiempo, se fueron añadiendo otros edulcorantes, particularmente con el fin de suprimir el sabor levemente metálico de la sacarina. Así, apareció el ácido ciclohexilsulfámico -y sus sales correspondientes- que fueron pronto rebautizadas: "ciclamatos" y el ácido, "ácido ciclámico".
Sacarina y ciclamato fueron, por tanto, los primeros "edulcorantes intensivos" (por decirlo con nomenclatura técnico-legal). Actualmente van siendo parcialmente desplazados por otros congéneres de los que hablaremos posteriormente, ya que en el ínterin histórico aparecen también en el mercado otros edulcorantes que, además de endulzar, dan "carga", "masa", "cuerpo", "volumen" o "textura" al producto alimenticio. Son los técnicamente llamados "edulcorantes de carga", aunque son más conocidos como "polioles" (sorbitol, manitol, isomaltilol, maltilol, lactilol y xilitol). En rigor, son edulcorantes semi-artificiales, ya que se obtienen industrialmente hidrogenando los correspondientes azúcares reducidos, y lo cierto es que en algunas frutas aparecen de manera natural algunos polioles.
Retomando el hilo de los "edulcorantes intensivos", nuevas moléculas pueden incluirse en ese grupo: acesulfamo K, taumatina, neohesperidina…… y aspartamo. Hay algún otro, que se citará en su momento. También en este caso sucede que, en algunas ocasiones, se trata de productos totalmente naturales a pesar de su consideración de edulcorantes artificiales. Así, la taumatina no es más que una mezcla de diversas proteínas extraídas de los frutos de una planta africana (Thaumatococcus danielli ). Por tanto, en la actualidad, con el azúcar conviviendo con los "edulcorantes intensivos" y los "edulcorantes de carga", decir si uno de esos productos es o no artificial supone tener que hilar muy fino. De la misma manera, sucede siempre que, tarde o temprano, acaban por aparecer "estudios científicos" que "demuestran" lo "malo" que es el azúcar o lo "terribles" que son los edulcorantes: la sacarina y el ciclamato "son cancerígenos" (vejiga de la orina), el aspartamo "conduce a una muerte segura", etcétera, etcétera. Se trata, en la mayoría de ocasiones, de guerras comerciales, aunque también abundan los fundamentalismos pseudo-ecologistas. Así, en España, los productores de azúcar han fundado el Instituto de Estudios Documentales del Azúcar y la Remolacha, mientras que Monsanto explica las bondades del aspartamo (NutraSweet de nombre comercial) en su página web. Con frecuencia es fácil descubrir las medias verdades que contienen las afirmaciones de unos y otros.
En beneficio de la brevedad y la concisión, se han elaborado las siguientes tablas que resumen propiedades de los edulcorantes:

ALIMENTOS Y BEBIDAS MÁS HABITUALES EN LOS QUE ESTÁN AUTORIZADOS LOS EDULCORANTES, Y DOSIS MÁXIMAS PERMITIDAS (EN MILIGRAMOS POR KILO O LITRO DEL ALIMENTO/BEBIDA)
Alimento       Pol     Ace     Asp     Ci      Sac     Tau     Neo 
Postres y
yogourts       si      350     1.000   250     100      -      50
 
Cereales para
desayuno       si      1.200   1.000   -       100     -       50
 
Helados si      800     800     250     100     50      50
 
Mermeladas     si      350     1.000   250     200     -       50
 
Confituras y
jaleas  si      1.000   1.000   1.000   200     -       50
 
Confiteria     si      500     1.000   500     500     50      100
 
Pasteleria     si      1.000   1.700   1.600   170     -       150
 
Pastas y cremas para
extender       si      1.000   1.000   500     200     -       50
 
Chicles        si      2.000   5.500   1.500   1.200   50      400
 
Salsas         si      350     350     -       160(*)  -       50
 
Bebidas no
alcoholicas    -       350     600     400     80      -       30
 
Aperitivos     -       350     500     -       80      -       20
 
Cerveza        -       350     600     -       80      -       10
 
Conservas de frutas y
hortalizas     -       350     1.000   100     200     -       50
 
Conservas de
pescado        -       200     300     -       160     -       30
 
Productos destinados a alimentaciones
especiales     -       450(**) 800(**) 400(**) 200(**) -       100(**) 
_____________________________________

Pol : polioles como Sorbitol (E-420), Manitol (E-421), Isomaltilol (E-953), Maltilol (E-965), Lactilol (E-966) y Xilitol (E-967).
[Las E-xxx son los códigos europeos]
Ace : Acesulfamo potásico (=AcesulfamoK, E-950).
Asp : Aspartamo (E-951)
Ci : Ciclamatos (=sales sódicas, potásicas o cálcicas del ácido ciclámico, E-952)
Sac : Sacarina y sus sales sódicas, potásicas y cálcicas (E-954)
Tau : Taumatina (E-957)
Neo : Neohesperidina DC (E-959).

(*): en el caso de las mostazas es 320 y no 160.

(**): están excluidos los productos de pastelería, repostería, bollería y galletería destinados a alimentaciones especiales, en los que la dosis máxima es la que figura en
el apartado de "Pastelería".


FUENTES : Real Decreto 2002/1995 (BOE 12-1-96) y Real Decreto 2027/1997 (BOE 17-1-98)

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