LA BIBLIA Y SU HISTORIA
La Biblia es un libro considerado sagrado y fuente de inspiración para muchos de los seres humanos que han marcado la historia. La palabra Biblia viene del término griego “Biblon”, que significa “Libro”; y que a la vez es una palabra de origen fenicio, por cuanto corresponde al nombre de la antigua ciudad fenicia de “Biblos” (actual Líbano).Y es que los fenicios fueron agentes exportadores de cultura por el mar Mediterráneo, transportando con sus mercancías el alfabeto y la escritura.
Originalmente la Biblia estaba escrita en hebreo, un idioma misterioso que no registró evolución sino que apareció de un momento a otro, completo, con sus veintidós letras, todas consonantes y ninguna vocal. Y en el hebreo no se conocieron los números , de tal manera que las letras también servían de números. Así, las primeras 9 letras, representan a las unidades, las siguientes 9 a las decenas, y las últimas 4 a las centenas. Por ello cualquier palabra podría traducirse a números y viceversa, como si fuese un idioma cifrado de códigos.
La Biblia fue el primer libro que imprimió Gutemberg, y salen anualmente más de dos millones de ediciones en todo el mundo, y en todos los idiomas. Es en sí como una gran enciclopedia pues contiene de todo, desde historia, tradición, mitos y leyendas, hasta normas jurídicas, poesía, maravillosos cantos y oraciones , aforismos, enseñanzas sobre medicina tradicional y hasta recetas de comida. Y la constituyen muchos libros distintos pero complementarios entre sí, escritos en diferentes épocas por diferentes autores .
El cuerpo de la Biblia ha sido extraído de códices que hoy son conocidos como el Sinaítico, Alejandrino y el Vaticano. La Biblia Católica esta compuesta desde el Concilio de Trento en 1546 por 72 libros, agrupados en 45 libros en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento (a partir del surgimiento del cristianismo) . La Biblia Judía dividida en tres grupos de libros : la Ley, los Profetas y los Escritos sólo acepta 38 en total; y en el canon Protestante se aceptan los 38 del Antiguo Testamento de los judíos, más los 27 del Nuevo. Los primeros cinco libros que llamamos el “Pentateuco”, y los judíos “La Toráh ”, fueron atribuidos a Moisés (siglo XIV a.C.). Pero hoy sabemos que mas bien fueron los escribas de Salomón (siglo X a.C.), los que la redactaron o recopilaron de la tradición oral, combinando dos tradiciones llamadas actualmente la “Elohista” y la “Yahvista”, que en todo momento se entrecruzan en los textos. Pero la escabrosa historia del pueblo de Israel, hizo que se perdiese gran parte de ese material con las invasiones de Asirios y Babilonios, siendo nuevamente compaginado en la época de Esdras y Nehemías (siglos V-IV a.C.).
El Nuevo Testamento constituye el aporte del Cristianismo como la continuación de la historia del pueblo elegido por Dios, universalizando el mensaje; y está dividido en tres secciones: los libros históricos ,los didácticos y un libro profético que viene siendo el Apocalipsis o Libro de las Revelaciones.
Hasta 1945 se conocían además de los llamados libros canónicos (aceptados oficialmente), 50 apócrifos del Antiguo Testamento y 60 del Nuevo. Esto es, libros cuyos originales no han sobrevivido hasta nuestros días (de dudosa originalidad y procedencia), y sólo nos han llegado copias de copias, traducciones eslavas, etíopes y armenias. Pero precisamente en ese año se hallaron en las Cuevas de Nag-Hamadi en Egipto, los Evangelios Gnósticos de la Infancia de Jesús, originales del siglo IV d.C.; y luego en 1947, en la orilla occidental del Mar Muerto, se descubrieron de una forma accidental, los rollos de los Esenios de Qúmram, conteniendo no sólo originales en Hebreo, Arameo Antiguo y Griego de los libros considerados canónicos, sino también originales de los apócrifos conocidos, y de muchos que ni siquiera se conocían.
En el siglo III a.C. el faraón Ptolomeo Filadelfo en la magnífica y cosmopolita ciudad de Alejandría, había encargado a 72 sabios hebreos de la comunidad judía local, para que en un plazo extremadamente corto (72 días), tradujeran la Biblia al griego, para colocarla en la famosa biblioteca de la ciudad. De allí surgió la versión de “Los Setenta” (Septuaginta). Luego en el siglo IV de nuestra era, San Jerónimo tradujo las Sagradas Escrituras del griego al latín, conociéndose ésta como “La Vulgata”.
La Biblia al ser un texto sagrado, admite varios niveles de interpretación, con multiplicidad de significados . Pero fundamentalmente es un libro de historia; la historia del pueblo de Israel, un pueblo contactado y que dio testimonio permanente de dicho contacto con otras realidades. Pero es una historia en gran parte cierta, arqueológicamente comprobable, aunque muchos acontecimientos producto de la trasmisión oral y del tiempo transcurrido hayan variado , degenerado o se hayan cargado de un mayor carácter épico del que tenían originalmente.
Con todo respeto no pretendo hacer un estudio y análisis exhaustivo de la exégesis bíblica , ni de lo que respecta a lo teológico ( sabiendo desde ya que en ciertos textos como el del Génesis por ejemplo , no se pretende ser histórico sino metafórico y moralista). Mi interés tan sólo es plantear la posibilidad de que más allá del evidente trasfondo moral y espiritual, las Sagradas Escrituras como libro histórico, contienen las evidencias de que hemos sido visitados por seres de otros mundos que han venido acompañando nuestra historia; y que en cierta medida son nuestro pasado o artífices del mismo ,y nosotros en cierta medida, somos su futuro, en tanto que seríamos una proyección de sus expectativas, como un padre con sus hijos. Esto como ya he dicho antes , no vendría a echar por tierra nuestras creencias religiosas, ni niega la existencia de Dios, por el contrario lo reafirma , por cuanto se estaría demostrando que no estamos solos , que nunca lo hemos estado; y también explicaría muchos aspectos incomprensibles hasta ahora en su lectura y en el proceso de la evolución humana.
En la Biblia nos vamos a encontrar muchos términos que a pesar de que ciertos autores los consideran y transcriben como sinónimos, no lo son . Por ejemplo , tenemos el término “Elohim”, que se traduce como “los dioses” o “nosotros”; pero no es lo mismo que “Elyón” (El Absoluto); o “El” , dícese de cada unos de los Vigilantes (dios o entidad superior venido de las estrellas); o “Adonay o Edonay” (El Señor); o “Yahvéh o Jehová” (El es o El que es); o “El Sadday” (el Todopoderoso); o “Eli” (Padre). Y también tenemos “mal´ak o malakim” (ángel en griego o mensajero) que significa “portador” o “el lado incomprensible de Dios”; términos todos ellos, muy repetidos en los primeros libros del Antiguo Testamento, y que van ha ser parte de la pista que nos lleve hasta la comprensión de la participación de extraterrestre en los relatos.Pero pasemos directamente al análisis de los textos:
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