domingo, 11 de marzo de 2012


María dijo al ángel:

-¿Cómo será eso , puesto que no conozco varón?.

El ángel le respondió así:

-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cobijará bajo su sombra; por eso lo que nacerá se llamará santo, Hijo de Dios.”

(Lucas 1, 26-35)

Interpretación:

Desde Abraham su descendencia fue contactada , intervenida , supervisada, y hasta reorientada una y otra vez . Encontramos en el camino de la historia del pueblo de Israel muchas concepciones imposibles como: el nacimiento de Isaac, de Esaú y Jacob, José y Benjamín, Sansón, Samuel, María la Virgen, Juan el Bautista y hasta el propio Jesús. Si la intención era mantener el programa genético original, tuvieron que hacer grandes esfuerzos, porque a pesar de que se advirtió que no mezclaran la sangre, siempre hubo mestizaje de los israelitas con los pueblos vecinos. El mismo Abraham su primer hijo lo tuvo en Agar la esclava egipcia; Moisés estaba desposado con Séfora, una madianita ( entre árabe y egipcia) con quien tuvo hijos ; la esposa de José, Virrey de Egipto, era egipcia y tuvo hijos con ella ; hay pues muchos otros ejemplos.

Pero el propósito de semejante programación apuntaba a crear las condiciones para que al final de un largo proceso naciese Jesús.


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