Es el cuerpo de luz superior preexistente que tienen los seres físicos espirituales antes de su encarnación (también denominado Ser Superior). Este cuerpo se "corona" cuando la humanidad física comprende que ya ha completado la síntesis de los cinco vehículos internos de materia y energía (en términos más simples, se pone a disposición de los seres que han dicho conscientemente sí a la divinidad y que han alcanzado ciertos niveles de conciencia).
El Cuerpo de Luz del Superyo es uno de los varios vehículos del Superyo en el universo de la creación Shekinah, que conduce a nuevos niveles de crecimiento dentro de la actividad de la Divinidad total. La naturaleza exacta de la relación del Superyo tiene un fin abierto; sin embargo, la jerarquía inmediata del Superyo incluye a: Señores Elohísticos, Hijos del Paraíso, Órdenes de la Nave del Hijo, Superyo Crístico (hijos/hijas de la Luz), Superyo (supermetaprogramas), Conciencia del Ser (síntesis de vehículos).
El cuerpo espiritual del superyo, en conjunción con el B'nai Elohim a través del Ojo de Horus, desarrolla la membrana perceptual del hombre. Con esta alineación, los dones espirituales se vierten al exterior sobre las fraternidades humanas para que puedan operan como hermandades de luz en la forma física. Esto es lo que somos los trabajadores de la luz y los maestros ascendidos en forma física. Esta alineación puede compensar los efectos de la evolución regresiva del cuerpo químico y, con ello, aumentar la transducción de los chacras para que reciban nuevas frecuencias de luz.
Esta evolución desde el cuerpo físico de creación a la inteligencia superior implica una comprensión más profunda de la vida como evolución multidimensional en la que no cuenta la individualidad, sino únicamente la continuidad de la especie humana. A tal fin se necesita que el cuerpo físico sea iniciado en la Luz antes de que pueda recibir el Cuerpo de Luz del Superyo que es la verdadera identidad YO SOY.
Esto significa que es necesario que los siete centros de los chacras estén trabajando en perfecta armonía, completamente alineados con el código de Luz, el octavo chakra, el enlace que conecta al Superyo trabajando con el Cuerpo Crístico de Luz. A través de esta asimilación, el Hombre se convierte en el Hombre cósmico que puede participar libremente en las demás formas de creación cósmica.
Como vehículo de Luz, vuestro cuerpo del Superyo tiene que descender y recoger todo el contenido de vuestros vehículos de encarnación, todas vuestras formas de pensamiento elaboradas a lo largo de vuestra experiencia vital. Y cuando todas estas formas de pensamiento hayan sido recogidas en vuestro Cuerpo de Luz Gematriano y centradas en vuestro interior, redimiréis vuestros vehículos físicos. Vuestros vehículos físicos no son una célula, sino millones de vehículos celulares trabajando con diferentes formas de energía derivadas de los reinos de experiencia circundantes. Vuestro propio cuerpo universal funciona como parte del mesías colectivo a través de vuestro Cuerpo Gematriano de luz, vuestro cuerpo interno de Luz que está siendo continuamente perfeccionado por vuestro Superyo Crístico. A través de los múltiples niveles de purificación, absorbéis y purificáis todo lo que existe en las dimensiones humanas circundantes a la dimensión de la conciencia de la Luz Superior.
Esto es lo que os permite daros cuenta de quiénes sois y agradecérselo a los que están aquí trabajando directamente en esta manifestación: los Maestros Ascendidos y los Señores de la Luz. Parte de la manifestación y activación de vuestro cuerpo de luz es vuestra voluntad de trabajar con los "Seres Completos de Luz": esos maestros y Señores de Luz que están aquí para ascender esta creación.
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