LAS FAMILIAS CELESTIALES
Por repetidas procreaciones espirituales se formaron las familias celestiales que habitaron y habitan los siete por siete planos celestiales, según su mentalidad, en armonía con el Espíritu absoluto, que es la Ley del Amor universal. Aquellos seres espirituales que surgieron de las siete parejas de Príncipes, de los Querubines y Serafines, son llamadas “uniones de almas”.Las otras uniones de duales que surgen de ello forman los “clanes”.
La formación del cuerpo etéreo
Lo seres espirituales poseen un cuerpo energético, un cuerpo etéreo de sustancia sutil, que se ha formado por la cristalización del éter fluyente.
Tanto el cuerpo etéreo manifestado del Padre primario como también de Su Hijo y los cuerpos etéreos de todos los seres espirituales puros son formas etéreas purísimas. Cada cuerpo etéreo puro es por lo tanto, la Ley manifestada, un microcosmos en el macrocosmos.
La formación del cuerpo etéreo de los seres espirituales puros corresponde a la de la Creación eterna. Esto significa éste posee un núcleo de ser que es en cierto modo el corazón del cuerpo energético y también es llamado el “destello divino”. Por este núcleo de ser el cuerpo etéreo es uno con el eterno campo energético del Espíritu, es decir: está conectado al gran circuito energético y es alimentado por la base energética del Infinito, por el Sol Central Primario.
A través de los siete por siete rayos de la Ley, que en cierto modo sirven como arterias espirituales, se esparce entonces la energía espiritual en el cuerpo y lo mantiene, proporcionando fuerza vital a las partículas espirituales, en las que están activas las clases de átomos espirituales.
Las partículas de sustancia sutil, que constan de éter de luz comprimido y de las que está formado el cuerpo etéreo, corresponden en cierto modo a nuestras células de sustancia gruesa. Son una especie de recipientes espirituales que acogen la luz recibida de las siete por siete fuerzas y que la reflejan. Por la estructura de partículas el cuerpo también recibe su forma.
Tal como en la Creación celestial actúan siete soles prismáticos, que parten el rayo básico recibido del Sol Central primario en siete rayos cada uno, así también el cuerpo etéreo posee siete centros de fuerza, que actúan como prismas y que parten en espectros la luz blanca que fluyó desde la fuerza primaria al núcleo de ser. Con ello estas fuerzas de espectros son las vías de vida del cuerpo etéreo, que están en armonía absoluta con las fuerzas de los planos celestiales. Así, por lo tanto, el cuerpo espiritual es uno con toda la Creación. Él tiene la misma formación que todo el Universo: él es un microcosmos en el macrocosmos; él se comporta como el macrocosmos, como toda la Creación.
Cada vía de luz del universo es también es completamente activa en el cuerpo espiritual y puede ser llevada a una acción incrementada a través del núcleo de ser y a través de las correspondientes fuerzas prismáticas.
Igual que los planos celestiales con sus planetas de sustancia sutil, así también está el cuerpo etéreo de los seres espirituales- que igualmente consta de éter cristalizado y comprimido- es una expresión absoluta de las siete por siete fuerzas de irradiación: como en lo grande, así en lo pequeño ,y viceversa. Todo está contenido en todo y es uno con la Ley eterna, que es Dios.
Toda la Creación está basada en el fundamento atómico espiritual, que se apoya en los siete por siete rayos.
La vida de los seres espirituales puros, de los hijos de Dios.
¿Cómo viven los seres espirituales puros, los hijos celestiales, las imágenes de Dios?
Sólo podemos hacernos una ligera idea sobre esta vida divina. Cuando nos imaginamos situaciones de la mayor felicidad, de la más profunda paz interna, de la alegría más dichosa, del amor más acendrado, es decir, situaciones de la plenitud más interna que todos hemos podido experimentar alguna vez por breves momentos, esto es sin embargo un pequeño reflejo de la vida divina que llevan los seres espirituales celestiales. Es una vida del estar completamente traspasada por el Espíritu Santo, por la luz radiante de Dios; una vida de la armonía absoluta con la Trinidad divina, que es la plenitud infinita, la vida misma.
Entre los hijos de Dios reina una igualdad perfecta; sólo Cristo, el Hijo primogénito de ellos: Él es su Hermano y al mismo tiempo su Señor.
Pero el Padre ama a todos Sus hijos por igual. Igual que ama a Su Hijo primogénito, así también ama a todos los otros seres espirituales; Él los ha elegido como hijos e hijas.
Las formas puras de vida cumplen este amor; son traspasadas y llenadas por él, por eso están dispuestas a servir y a regalarse completa y desinteresadamente al prójimo. Con ello cada ser cumple la Ley divina, y por eso todo vive y en y de la plenitud, pues todos toman parte de la vida de Dios.
Más de uno puede hacerse preguntas como las siguientes:
¿Cómo se comunican entre sí?
Los seres eternos se entienden con el “lenguaje de luz”, es decir que se expresan mediante sensaciones. La comunicación entre ellos está basada en la sensación primaria. Esta es absolutamente pura y visible para el prójimo. Los seres de luz no tienen nada que ocultar detrás de una máscara. Ellos sienten y viven de forma que cada uno puede verlo y reconocerlo.
¿Reciben alimentos?
Los seres puros viven principalmente de la fuerza etérea que los traspasa todo. En ocasiones especiales, sin embargo, también toman alimento: es alimento espiritual, es decir, energía cristalizada, éter comprimido. Así también en los Cielos hay frutos y pan que son creados del éter. También toman vino espiritual, que no es una bebida alcohólica sino una especie de zumo de frutas. Los seres espirituales toman tanto alimento cristalizado como es bueno para su cuerpo espiritual.
¿Se duerme en los Cielos?
En el Cielo no hay cambio de día y noche, igual que tampoco hay tiempo ni espacio como lo conocemos nosotros. La luz es la fuerza primaria: ella brilla eternamente e irradia a los corazones de los seres espirituales, por lo que estos brillan por sí mismos. En los Cielos no hay sombras. Cada planta, cada animal y cada mineral brillan con su propia luz.
El Señor dice: “El que vive en Mí, ese es la luz y brilla por sí mismo”.
Por lo tanto, los seres espirituales no duermen, sino que descansan.
Mientras el Núcleo de Ser primario inspira durante esta fase- lo que sucede cuando un plano celestial se acerca a la Estrella Central y así el Sol Central Primario acoge incrementadamente las energías disminuidas de este ámbito- descansa la Creación. Mediante esta fase de descanso, todas las formas de vida, o sea, también todos los seres espirituales, son de nuevo vivificados. Los colectivos espirituales del plano celestial correspondiente reciben entonces fuerzas de luz incrementadas para seguir el desarrollo. También el cuerpo energético de los hijos de Dios, el cuerpo etéreo luminoso, recibe nuevas energías.
Así refortalecidos, los seres angelicales pueden volver a reemprender sus diversos deberes.
¿Que trabajos se realizan en los Cielos?
Para la mayoría de las actividades de los seres espirituales puros nos faltan sencillamente las palabras, ya que estas no existen en nuestro mundo donde se ha formado nuestro lenguaje.
Todo lo que hacen es legítimo, es absoluto y corresponde a la Ley eterna del Amor, que es la Ley de Dios. Sí, los habitantes de los Cielos son la Ley, el Amor, ya que viven completamente esta Ley. Por eso su vida es una constante oración: en todo glorifican a Dios, el Señor, que es el Amor.
Las tareas de cada uno dependen de su mentalidad. Esta brilla incrementadamente por la luz de la Fuerza primaria, y con esta fuerza radiante entonces actúan.
Las actividades que ellos realizan son llevadas a cabo con la fuerza de sensaciones a través de la voluntad divina. Aparte de muchas otras actividades como, por ejemplo, la educación de los niños y otros deberes instructores que realizan sobre todo los seres angelicales femeninos, reina en cada uno de los planos celestiales una animada actividad creativa. Así, por ejemplo, los habitantes de los planetas hacen surgir viviendas; ellos crean parques con surtidores, lagos, caminos de paseo, parterres de flores, puentes, etc. Todo con una hermosura y armonía indescriptible que sobrepasa cualquier capacidad de imaginación humana.
¿Cómo son sus viviendas?
Las viviendas de cada una de las familias espirituales tienen un estilo de construcción individual, pero ajustado al planeta; y todo es creado en la forma de construcción heptadimensional, inimaginable para nosotros.
Con todas estas actividades creativas siempre se respeta la Ley de Dios; es decir, que, por ejemplo no se realizan dislocaciones de masas. Además, los edificios son sacados y formados del planeta con la fuerza de las sensaciones de los seres espirituales, y así permanecen completamente en unidad con la correspondiente superficie planetaria.
LA SEDE DE DIOS PADRE
1. EL SANTUARIO.
L a Sede de Dios Padre se encuentra situada en Su Planeta espiritual, que gira alrededor del Sol Central Primario. El Santuario es un suntuoso palacio con forma de construcción heptadimensional, que Su cuatro primeros hijos, que representan a las entidades (Orden, Voluntad, Sabiduría y Seriedad) colaboraron para formarlo.
Traspasado a nuestras medidas, el tamaño del palacio de Dios-Padre corresponde aproximadamente a la extensión de la Tierra., y la sala del trono se aproxima a su diámetro. Todo ello, en siete dimensiones.
La magnificencia y armonía que reinan en el Santuario del Padre son inimaginables para nosotros los hombres. Todo está lleno del resplandor divino.
Y todos los seres espirituales viven en la más dichosa alegría ante la imagen del Padre. Ellos pueden verle y viven en Su presencia en completa paz y en la Luz del Amor absoluto. (¿Acaso no sobrecoge a nuestro corazón una secreta añoranza?).
El palacio del Padre, como todos los edificios de los Cielos, es una condensación etérea espiritual, es decir, que consta de materia primaria comprimida. Este éter manifestado es completamente traslúcido y espiritualmente activo en respiración; es decir, él está en unidad con el Éter fluyente que lo traspasa y mantiene todo.
Como todos los demás edificios, así también el palacio del Padre está absolutamente unido con Su planeta. La sustancia de que consta el edificio fue sacada de éste y formada mediante la fuerza de sensaciones de los seres espirituales.
Podemos comparar este proceso con la erupción de un volcán: la lava sale y cuando se enfría forma de nuevo una unidad con el suelo. Los seres espirituales tienen la fuerza de dar forma a la materia primaria que se vierte, de darle una formación según sus deseos. De la sustancia disponible se puede crear y formar según la Ley de Dios.
2. LOS PLANETAS DE DIOS –PADRE Y SATANA
El planeta de Dios-Padre, la estrella sublime que gira directamente alrededor del Son Central Primario, apenas es descriptible con palabras. Sus paisajes están impregnados de colinas que relucen como alabastro; y los muchos lagos que se encuentran en los valles sólo levemente insinuados resplandecen como cristal de roca. En ellos se reflejan los tonos pastel de las maravillosas flores y arbustos que dan a las aguas espirituales el brillo plateado. Los nenúfares con los colores pastel más intensos irradian su luz hacia las colinas y todo está sumergido en un mar de luz de colores y armonía cuyo encanto es indescriptible.
Cada plantita, cada ser, vibra en la melodía que le es propia, pues todo es vibración. La totalidad de las vibraciones resulta una perfecta armonía pura, una grandiosa sinfonía.
“Toda existencia pura canta en honor a Dios. Es el ritmo universal, el sonido armonioso y melodioso, la orquesta universal… Cada forma de vida tiene su sonido, es decir, cada forma de conciencia es una pequeña sinfonía en la armonía universal, que es sonido, sinfonía y orquesta al mismo tiempo.”
La unidad de estas melodías y armonías es la música de las esferas, que puede ser oída por cada ser puro, es decir, sentida.
Alrededor del sol secundario de la Estrella Central también gira un planeta que está estrechamente unido con la Sede Sagrada de Dios- Padre. Este es un legado del Padre al ángel femenino más hermoso, a Satana. En este planeta hay entre otras cosas, diversos edificios. Satana quería que especialmente sus hijas –en esta Tierra son desconocidas- tomasen una vivienda en su Planeta.
3. EL TRONO DEL PADRE
Ya se ha dicho que los cuatro hijos de las entidades ayudaron a formar el palacio del Padre. Así también crearon el Trono del Señor con su fuerza de sensaciones.
Construyeron siete peldaños de los que cada uno presenta un color pastel distinto. Estos corresponden a los colores de las entidades y cualidades. El blanco puro de la Luz primaria, como se ha dicho, es divisible en siete rayos básicos, por lo que cada sol prismático tiene un color determinado.
El primer peldaño es de un rojo suave; el segundo, de un verde esmeralda; el tercer peldaño de un azul reluciente; el cuarto, de un lila suave. Al mismo tiempo todos los colores están sumergidos en el blanco luminoso de Dios, por lo que resultan tonos pastel. El quinto peldaño es de plata, el sexto de un blanco luminoso, y finalmente el séptimo, de oro blanco.
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