jueves, 19 de agosto de 2010

SOBRE EL PERDONAR Y PEDIR PERDON

DOS MANIFESTACIONES DE CRISTO

El mandamiento de perdonar y pedir perdón tendrá validez hasta que todo lo que no corresponde a las leyes eternas haya sido expiado y purificado. El mandamiento de perdonar y pedir perdón pertenece a la ley de siembra y cosecha. Quedará abolido cuando todo lo humano haya sido expiado y cada alma haya llegado a ser un ser espiritual puro e inmaculado.

Hasta entonces, tendrá por tanto validez el mandamiento: perdonad y obtendréis perdón. Cuando pidáis perdón y vuestro prójimo os perdone, también os habrá perdonado vuestro Padre en el Cielo. Pero si pedís perdón y vuestro prójimo aún no os perdona, porque todavía no está dispuesto a hacerlo, tampoco os perdonará vuestro Padre eterno. Quien ha pecado contra su prójimo, también tiene que obtener perdón de parte de su prójimo. Sólo entonces quita Dios el pecado.

El eternamente Justo ama a todos Sus hijos- también a aquellos que aún no tienen la fuerza para perdonar-.Si sólo perdonara al que dio ocasión para que se pecase y no perdonara al que ha sido seducido por este a cometer un pecado y que todavía no puede perdonar, ¿dónde estaría en ello la justicia de Dios?...Ambos podrán entrar en el cielo tan solo cuando sus pecados hayan sido saldados.

Por tanto, cuidad lo que sale de vuestra boca y fijaos en si vuestros actos corresponden a la ley eterna, es decir, si son desinteresados. Con mucha ligereza se pronuncia o hace algo contrario a la ley divina, pero puede pasar mucho tiempo hasta que esté perdonado.

Si habéis pedido perdón y vuestro prójimo aún no está dispuesto a perdonaros, la gracia de Dios se incrementará en vosotros, envolviéndoos y apoyándoos, pero no quitará de vosotros lo que todavía no haya sido purificado. La misericordia de Dios también se incrementará entonces en vuestro prójimo y le conducirá, respetando su libre albedrío, de manera que reconozca más pronto sus faltas, se arrepienta y os perdone.

Sólo cuando os hayan perdonado todos aquellos contra los que hayáis pecado – es decir, cuando esté todo saldado- , podrís entrar en los Cielos, porque Dios habrá transformado entonces todo lo humano en fuerza divina.

Dios es omnipresente; por tanto, también es activo en la ley de siembra y cosecha. También en todo lo negativo está lo positivo, Dios, la ley eterna. Cuando el hombre reconozca sus pecados y faltas y se arrepienta de ellos, se activarán en él las fuerzas positivas y fortalecerán al hombre que ha llegado a reconocer su culpa, para que purifique sus pecados con la fuerza de Cristo.

Esta es Mi palabra, Alfa y Omega Págs. 327-329

II

MÁS LEGITIMIDADES SOBRE EL PERDONAR Y EL PEDIR PERDÓN

La petición de perdón al prójimo o al alma del prójimo debería hacerse a través de Mí, Cristo, el Redentor de todas las almas y hombres. De este modo, al que pide se le concede protección al mismo tiempo: a él no le pueden tocar almas que eventualmente son tocadas a efectos del perdón, pues la persona que pide perdón está bajo protección espiritual.

También el ángel protector puede tocar al hombre y mostrarse como amonestador cuando la persona piensa o habla erróneamente o da instrucciones y hace obras que no están de acuerdo con la ley. Quien está atento reacciona de inmediato.

Una persona no siempre sabe por qué tiene que pedir perdón o perdonar. Son impulsos que penetran en su mundo de sensaciones y la tocan, de modo que de pronto puede sentir:”Yo tendría que pedir perdón o perdonar, pero no sé por qué y a quién tengo que pedir perdón o tal vez perdonar”. La persona despierta lo hará a través de Mí, el Cristo, y así encontrará libertad y paz internas.

Quien conozca estas legitimidades, reconocerá los signos que se hacen notar en su mundo de sensaciones. No importa si conoce o no al afectado, al que tal vez perjudicó o del cual recibió daños. Él no pregunta si son almas o personas que en esta o en vidas pasadas vivieron con él, a las que hirió, maltrató u ofendió, o que le ofendieron o maltrataron a él. Quien siente que tiene que pedir perdón o perdonar, no debería hacer diferencias sobre si conoce o no al afectado. A través de Mí, Cristo, él debería dejar que fluyera hacia el universo la petición interna de perdón, o perdonar a través de Mí.

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Quien manifiesta a través de Mí su petición de perdón, o quien perdona a través de Mí, puede estar seguro de que todo llegará en la hora y el momento oportunos y liberará todo lo que esté atado.

¡Pide perdón de todo corazón a tu prójimo y perdona tú también! Pues una culpa o una causa nunca pertenecen a un solo lado. Si tu prójimo ha sido injusto contigo, perdónalo y no preguntes si tu prójimo que está implicado en la culpa ya ter ha perdonado. De este modo el alma se limpia y puede recibir más luz y espiritualidad. Así, el alma y el hombre se tornan benevolentes, amorosos y comprensivos.

Por lo tanto, lo externo o interno que influye en el hombre, despertando en él intranquilidad y agresividad, es un rasgo característico del ego humano, pues lo igual mueve siempre lo que es igual.

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