viernes, 6 de agosto de 2010

EL DECRETO

Toma en consideración el Poder del Decreto. Vigila el empleo que haces del verbo. Cada palabra que pronuncias durante el dia, se transforma en un ser viviente; que además de convivir contigo, dicha palabra está constantemente invocando aquello que has decretado.
En esta dulce tierra, miles de personas invocan diariamente a la enfermedad, a la pobreza, la ruina, la vejez, el miedo... lo hacen con palabras, comentarios, opiniones, quejas, recordando el pasado... luego se extrañan de que aquello les ocurra... es que no se dan cuenta que fueron ellas mismas las que invitaron con su palabra, a que dichas condiciones existan.
Tu conoces la verdad. Sabes el daño que produce en ti una palabra negativa. Sabes del daño que produce dicha palabra, sobre toda vida que contacta. Por ello, cuida tu verbo. Pon mas atención en lo que dices en casa, en el trabajo, en la calle, con amigos. No te apresuras a hablar. Hazlo con serenidad. Con calma. Con respeto.
Recuerda que aquello que vas a decir, se manifestará.
Si usas el poder del verbo para criticar, lo criticado te ocurrirá.
Procura elegir cada tema de conversación. Si no puedes aportar algo bueno con tu palabra, es mucho mejor que permanezcas callado.
Practica la humildad, respondiendo No se. Ante una pregunta o comentario no te pierdas en suposiciones o conjeturas, para decir algo. Solo responde cuando te encuentres seguro de aquello que vas a decir. La gente de la tierra se inclina a opinar o hablar, de aquello que no conoce, que no sabe, que no entiende... asi es como se malgastan las palabras y se desperdicia la energía divina del verbo.
Muchas veces la humanidad de occidente, no ve con buenos ojos que una persona sea callada. Recuerdo que el sabio es callado. El sabio observa, escucha y solo habla cuando sea necesario; solo habla cuando lo que va a decir, sea tan dorado como el silencio.
El silencio es bueno. Disfruta del silencio. En el silencio se haya toda respuesta... de allí se obtienen muchas verdades. Elige estar en silencio varias veces durante el dia. Hazlo al menos 4 o 5 minutos. Ese potencial interno, la Chispa Divina en ti espera ese momento de silencio... es allí donde puede comunicarse contigo... siente que ahora, en este mismo instante estás entrando a esa gran silencio, observa como todo ruido externo se hace imperceptible. Solo escucha el silencio... siente el silencio... comunícate ahora, en tu recámara secreta, con tu Dios Interior. Háblale de forma simple, sencilla. Dile todo lo que necesitas. Siente que aquello que requieres, es posible. Acepta que ya se esta manifestando. Tu eres el único que decreta en tu mundo. Decreta ahora lo bueno.
Yo Soy la salud perfecta. Yo Soy la opulencia de Dios en mi mundo. Yo Soy Paz. Yo Soy Amor. Yo Soy la Protección Divina.

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