domingo, 3 de octubre de 2010

El sueño de Angeluz



El primer día de clases en la universidad, el profesor gentilmente se presentó y nos pidió a cada uno de nosotros que buscáramos dentro del aula de clases a alguien que no conociéramos y nos presentáramos uno con el otro.
Yo estaba buscando a cualquier compañero, cuando de repente sentí una mano gentil que tocó a mi hombro. Mi di media vuelta y observé a una viejecita cerrándome pícaramente el ojo derecho y regalándome una hermosísima sonrisa que la iluminaba por completo.
Ella me dijo: Hola Guapo. Mi nombre es Angeluz, sabes tengo ochenta y dos años ¿puedo darte un abrazo?. Me sonreí mucho y le dije: ¡Claro que usted puede! Y me dio un inmenso apretón, y yo sorprendido por el gesto le pregunté a la viejecita como si
fuera una joven dama: ¿Porque te encuentras en la Universidad con tan avanzada edad?.
Ella me sonrió y respondió: Me encuentro aquí para buscar a un hombre millonario, casarme, tener una pareja de niños y luego retirarme a viajar por el mundo, y me dio una sonrisa pícara.
Se acercó nuevamente a mi, me volvió a dar un abrazo y en el oído me murmuro: Estoy motivada a aceptar un reto tan grande como este, soñar con tener una educación Universitaria, y ahora estoy cumpliendo mis sueños.
Después de clases fuimos al cafetín y compartimos un delicioso pedazo de torta de chocolate. Desde ese mismo momento nos hicimos grandes amigos, todos los días en los siguientes seis meses salíamos juntos del aula de clase y no parábamos de conversar.
Yo siempre me quedaba sorprendido escuchando a esta "Señora del Tiempo", que compartía conmigo toda su sabiduría y su conocimiento. Al transcurrir los años, Angeluz se convirtió en una líder dentro de la universidad, haciendo amigos fácilmente en cualquier sitio que fuera. Ella definitivamente disfrutaba de la
atención incondicional de todos los estudiantes que la rodeaban.
Estaba dándose su gusto de vivir plenamente la vida. Al final del último semestre por elección popular de todos los estudiantes del curso la invitamos a dar el discurso de despedida de nuestra promoción.
Fue presentada y subió al escenario. Mientras acomodaba las tarjetas del discurso que nos ofrecería; se le cayeron al suelo. Desconcertada y avergonzada, tomo el micrófono y dijo espontáneamente:
*Lo siento estoy un poco nerviosa, me tome una cerveza por un gran amigo, y que afortunado me sentí, ya que, me señalo a mi, luego continuó y dijo:
*Ah! Y además este delicioso Whisky me esta matando!. Como siempre sonrió y continuó diciendo:
*Nunca recuperare mi discurso en orden, así que solo déjenme decirle solo lo que he aprendido en el transcurso de mi afortunada vida.
Mientras nos reíamos ella aclaró su garganta y empezó:
*Nosotros no dejamos de jugar porque nos hacemos viejos; crecemos viejos porque dejamos de jugar, solo muchachos existen cuatro secretos para mi, para pertenecer jóvenes, la cual es ser felices e ir acumulando éxitos.
Tienen que dar su mayor sonrisa, tienen que buscar alegría y tener humor en todo lo que hagan, todos los días de su vida, tienen que tener muchos sueños, porque cuando pierdes los sueños, simplemente mueres.
Hay mucha gente caminando a nuestro alrededor que esta muerta y ni siquiera se han dado cuenta.
Existe una gran diferencia entre crecer y envejecer.
Si tienes veinte años y te quedas en tu habitación por un año entero sin hacer nada productivo por ti, al final estarás envejecido un año más y tendrás veintiún años, pero creciste?.
En cambio si yo a mis ochenta y dos años, me quedo en la habitación por un año sin hacer absolutamente nada, al final tendré ochenta y tres años, habré envejecido un año más, pero ya habré crecido lo que me tocaba en esta maravillosa vida.
Nadie deja de envejecer.
No se necesita ningún talento o habilidad especial para envejecer. La idea es de crecer y siempre esta la oportunidad en el camino de cada uno de nosotros.
Ahí concluyó el discurso cantando con valentía "EL GIRASOL MAGICO". Nos desafió a todos a estudiar con detalle la hermosa letra de la canción y a vivirla en nuestras vidas.
Cuando el año concluyó, Angeluz obtuvo el título Universitario que había empezado hacia muchos años atrás.
Dos semanas después de la graduación, Angeluz murió tranquilamente mientras dormía.
Más de tres mil estudiantes de la Universidad fueron a su funeral a rendir tributos a esa encantadora y maravillosa mujer que nos enseño con su ejemplo que nunca es tarde para realizar todo lo que se quiera ser.
LETRA DEL "GIRASOL MAGICO"
Muchos dicen que el amor es como un manantial, que ahoga a los delicados arbustos de sus orillas, muchos replican que el amor es como un filo de un cuchillo, que deja tu alma sangrando de dolor, algunos proclaman que el amor es como una hambrina, una interminable y dolorosa necesidad.
Yo digo que el amor es una hermosa flor mágica y tu solo eres la semilla.
Es el corazón temeroso de ser roto que jamás aprendió a bailar, es el sueño con miedo a despertar, que nunca aprovecho la oportunidad, es aquel que nunca quiso ser querido, y el alma con temor a morir, que nunca aprendió a vivir.
Cuando la noche ha sido muy solitaria y triste, el camino demasiado extenso, y piensas que el amor es solo para los afortunados y los mas resistentes, solo recuerda que en el invierno debajo de la profunda tierra descansa semillas que en primavera con el amor del sol se convertirán en esplendorosos girasoles mágicos.

La mentira

Para algunos, mentir se ha convertido en un estilo de vida.
Sin advertirlo, han creado una red tan compleja de información falsa, que ya no saben como escapar del enredo y hallar la verdad.
Es probable que la mentira produzca cierta fascinación en los niños.
Además de aprender a evitar los regaños, pueden construir un mundo fantástico a su tamaño y engatusar a los demás.
Y de allí puede surgir un inocente "jugar a engañar" que, al ver las ganancias potenciales, se convierte en hábito.
Con la mentira podemos llamar la atención y producir admiración.
Poder ficticio, pero poder al fin.
Los mentirosos sostienen que aunque el deslumbramiento no es legítimo, de todas maneras lo disfrutan bastante.
Su posición es clara e implacable: la mentira como un instrumento para obtener ganancias secundarias.
También mentimos para huir de las obligaciones asumidas.
Podemos enfermarnos, o inventar una calamidad doméstica o hallar un chivo expiatorio en nuestra imaginación.
Otra vez el provecho, a través de una falsificación que no siempre es delito y que produce alivio.
A veces, pareciera no existir antídoto contra esta tentación.
¿Quién no ha mentido alguna vez? Aunque se trate de mentiras piadosas (justificadas en la intención de no producir un daño innecesario), ¿Quién tira la primera piedra?
Las mentiras frecuentes pueden originar, al menos, dos problemas de consideración.
El primero, cuando se vuelve costumbre y se repite mecánica y sistemáticamente, sin mucho sentido: embaucar por embaucar.
Ya ni sabemos por qué lo hacemos.: mentirosos crónicos, megalomanía comportamental pura.
Y el segundo, cuando llegamos a creernos el cuento y a confundir verdad con embeleco.
Adoptamos una forma de autoengaño donde la existencia real y fantaseada se entremezcla peligrosamente.
No sólo terminamos siendo víctimas de nuestro propio invento, sino que además somos víctimas felices.
Esta farsa continua y autodirigida, obra como una píldora de "éxtasis", una megalomanía existencial que nos hace sentir, irracionalmente, más ligeros del equipaje.
¿Qué pasaría si desde hoy, sin excusas ni amagues, decidiéramos mostrarnos como en verdad somos y asumiéramos el riesgo de hacernos públicamente responsables de nuestras acciones, pensamientos y afectos?
¿Generaríamos tanto rechazo como creemos?
Dejar de mentir es un alivio.
Sin máscaras, el rostro se ve mejor, más relajado.
Ya dejaremos de vernos tan perfectos comos hemos querido aparentar, pero al menos auténticos.
Deben ser muy pocos los que nunca han mentido, si los hay.
De todos modos, puedes al menos ser veraz sobre los rasgos que te definen en esencia, y que no podrás disimular o enmascarar, sin sentirte traidor de tus propias causas.


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