Permítanme hacer una digresión por un momento, a fin de poder poner un poco de contexto a la tarea de vivir en un estado sin conflictos y estable emocionalmente.
Los Animus están entre nosotros. Ellos diseñan la economía en la que vivimos, conforma el orden social y la cultura. Nuestra educación apenas nos permite entender los sistemas físicos y no físicos en los que vivimos, que atentan contra nuestra apreciación de qué y quiénes somos, y por qué estamos aquí. Los Animus no son conscientes de por qué están aquí, ellos sólo responden a una sola cosa: el poder - ya sea oculto o no.
Una guerra silenciosa se está librando en todo el mundo y sus ondas oscuras nos tocan a todos. Nos inquieta y crea las turbulencias emocionales que tan insidiosa y persistentemente roen nuestras emociones. El estrés abunda, atravesando los marcos en los que vivimos.
Los Animus están entre nosotros. Ellos diseñan la economía en la que vivimos, conforma el orden social y la cultura. Nuestra educación apenas nos permite entender los sistemas físicos y no físicos en los que vivimos, que atentan contra nuestra apreciación de qué y quiénes somos, y por qué estamos aquí. Los Animus no son conscientes de por qué están aquí, ellos sólo responden a una sola cosa: el poder - ya sea oculto o no.
Una guerra silenciosa se está librando en todo el mundo y sus ondas oscuras nos tocan a todos. Nos inquieta y crea las turbulencias emocionales que tan insidiosa y persistentemente roen nuestras emociones. El estrés abunda, atravesando los marcos en los que vivimos.
Tras esta etapa de turbulencia - atrapados en la supervivencia financiera y en el día a día - criamos a nuestros hijos, cuidamos de un padre o madre enfermo, trabajamos 50 horas a la semana, nos mantenemos al día con las demandas tecnológicas, compramos lo necesario y cuidamos nuestras relaciones.
Sobre este lienzo ya lleno de quehaceres diarios, nos vemos involucrados en los espectáculos multimedia que canalizan nuestra atención--lo que queda de ella--en un contenido que sólo puede describirse como en gran parte sin alma y sin profundidad o inspiración espiritual.
La guerra silenciosa de los salarios seguirá e incluso se intensificará en los próximos años, y los factores estresantes de esta manipulación, sin duda, se amontarán. Menciono todo esto para asegurarle que entiendo las dificultades involucradas. No es fácil vivir en el estado sin conflictos cuando se es presionado por todos lados por la turbulencia y la incertidumbre, especialmente en el vicio de acelerar el tiempo.
Sobre este lienzo ya lleno de quehaceres diarios, nos vemos involucrados en los espectáculos multimedia que canalizan nuestra atención--lo que queda de ella--en un contenido que sólo puede describirse como en gran parte sin alma y sin profundidad o inspiración espiritual.
La guerra silenciosa de los salarios seguirá e incluso se intensificará en los próximos años, y los factores estresantes de esta manipulación, sin duda, se amontarán. Menciono todo esto para asegurarle que entiendo las dificultades involucradas. No es fácil vivir en el estado sin conflictos cuando se es presionado por todos lados por la turbulencia y la incertidumbre, especialmente en el vicio de acelerar el tiempo.
Esta realidad, sin embargo, no es la realidad en la que vive su corazón energético.
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