Por razones obvias, los científicos jamás creyeron que en el agua salada podría producirse una chispa y luego arder. Así que cuando John Kanzius anunció que había logrado la ignición de una muestra de agua de mar con un generador de radiofrecuencia de su invención, muchos pensaron que era un engaño.
Kanzius intentaba desalinizar agua marina con un generador que desarrolló para el tratamiento del cáncer. Su sorpresa fue mayúscula al observar una llamarada dentro del tubo de ensayo. Durante días enteros, mantuvo al agua salada del tubo de ensayo brillando como una vela, siempre y cuando estuviera expuesta a las ondas de radiofrecuencia de su aparato. Una fuente independiente midió la temperatura alcanzada por la llama de hidrógeno, alcanzando más de 1600 grados centígrados, lo que implica una enorme energía potencial.
El descubrimiento de Kanzius fue puramente accidental. Mientras estudiaba la aplicación de un generador de radiofrecuencia para atacar células cancerosas mediante nanopartículas -una investigación que está a punto de ser publicada en los medios científicos especializados- alguien observó la condensación producida en uno de los tubos de ensayo y sugirió intentar la desalinización de agua utilizando el generador de radiofrecuencia. Cuando Kanzius colocó agua de mar y activó el generador, se produjo una chispa dentro del tubo de ensayo y se prendió fuego, para el asombro de los testigos del experimento.
Su hallazgo despertó el interés científico por utilizar el elemento más abundante del planeta como fuente de energía limpia. Rustum Roy, un químico de la Universidad de Pennsilvania, realizó una demostración en el laboratorio de la institución para confirmar lo que había observado días antes, bajo condiciones mensurables y controladas.
Ver Video: http://www.youtube.com/watch?v=NGEY--vHxeE
El doctor Roy afirma que, a pesar de las apariencias, el agua salada no se enciende por sí misma. La radiofrecuencia debilita los lazos que mantienen unidos a los componentes del agua salada -cloruro de sodio, hidrógeno y oxígeno- liberando el hidrógeno, que produce la ignición al estar sometido al campo de energía de la radiofrecuencia. Según el científico, experto en la estructura del agua, el descubrimiento de Kanzius representa “el mayor logro en la ciencia del agua de los últimos cien años”.
Claro que la investigación para conocer el verdadero potencial de este fenómeno llevará mucho tiempo, dinero y esfuerzo. La primera cuestión a analizar es la eficiencia energética -es decir, la energía que consume el generador de radiofrecuencia en relación a la obtenida durante la ignición del hidrógeno, un paso fundamental para determinar la viabilidad del agua salada como fuente de energía.
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