miércoles, 8 de diciembre de 2010

UNIDAD O DUALIDAD

    Como tenemos una visión parcial del mundo, no sentimos al otro como un hermano con el que compartimos el derecho de nacer y de morir en este planeta. Quizás, la crisis de valores que estamos viviendo en la actualidad, tenga en determinado momento, la fuerza necesaria como para hacernos despertar desde la visión focal o egocéntrica, a la visión ampliada; desde el personalismo a la impersonalidad, hasta que podamos podamos alcanzar a percibir el alma de nuestro hermano como tal. Cuando así lo logremos, nos será mucho más fácil ser humanitarios, porque habremos alcanzado la integración de nuestra realidad trascendente con la de los demás. Para ese tiempo, nos habremos dado cuenta que el alma no tiene religión, raza, sexo, partido político, status, ni nada que la diferencie; porque la misma, convive con el cuerpo durante su existencia, pero perdura mas allá de la muerte. José Hernández la representó como la Cautiva en la Ida (inconsciencia), la cual es liberada por el gaucho Martín Fierro, en La Vuelta (consciencia).

    Recordemos que en los momentos de peste y hambruna europea, donde emigrar era la única salida posible, familias enteras fueron recibidas en todas las fronteras, otorgándoles a su llegada, tierras, herramientas, afecto y respeto como inmigrantes. ¿Por qué ahora que tienen estabilidad, cierran sus fronteras? ¿Creen que la Unión Europea es un barrio privado, con guardias de seguridad? Que el resto del mundo tiene que convertirse en un granero gigante, para darles agrocombustibles a bajo costo, diamantes, petróleo, etc...? Paradójicamente, Estados Unidos, tampoco representa la unidad en América y la Unión Europea aun no generó la unidad con África y el resto del mundo, salvo para perpetuar su dominación. Al parecer, la humanidad todavía no se ha apartado de la conciencia tribal, y cada tribu se cree que es mejor que la otra, por eso seguimos enfrentados. El egoísmo personal o colectivo es lo mismo, nos hace pararnos encima de un flan para ver más lejos..., y mientras el prójimo queda sin efecto, nuestra alma está hambrienta de Luz. No hay duda, que nos falta crecer en Solidaridad y Amor. La Paz se construye con el compromiso cotidiano. No debemos olvidar que los pueblos originarios de todo el planeta, son verdaderos maestros de supervivencia, no sea que los necesitemos...

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