lunes, 13 de septiembre de 2010

CRECIÓ LA INDIGENCIA EN VARIAS CIUDADES DE LA REGIÓN NORESTE DE LA ARGENTINA

· La región noreste (NEA), una de las más ricas en recursos naturales, sigue siendo la más pobre del país con 54% de personas pobres y 22,7% de indigentes.
· Creció la indigencia en el Gran Santa Fe, en el Gran Paraná y en Corrientes donde además la pobreza trepó al 56,1%.
· Los índices nacionales de pobreza e indigencia continúan muy elevados, según los índices oficiales.

las personas indigentes tienen menos de 70 centavos de dólar diarios para subsistir. Foto: J. Cappato / PROTEGERlas personas indigentes tienen menos de 70 centavos de dólar diarios para subsistir.
Foto: J. Cappato / PROTEGER
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Santa Fe, Argentina, 30 marzo 2006 (Prensa PROTEGER).- La región noreste litoral (NEA) sigue siendo la más pobre del país, con 54% de personas pobres y 22,7% de indigentes, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dado a conocer el 21 del corriente, con los datos del último semestre de 2005.

En varias de las principales ciudades del NEA crecieron los índices de pobreza e indigencia. A pesar de algunas mejoras leves en ciertos aglomerados urbanos, la situación social continúa siendo altamente preocupante. El difícil panorama social contrasta con la riqueza y extensión de suelos cultivables, el excelente clima, la mayor reserva de agua dulce, la principal pesquería continental de la Argentina y la abundancia de recursos naturales en general.

La indigencia creció en Corrientes, capital de la provincia del mismo nombre, del 22,2 al 24,6% mientras la pobreza trepaba al índice de 56,1%, considerado el peor del país. Por su parte en el aglomerado del Gran Santa Fe, que incluye a la capital de la provincia homónima, el nivel de indigencia aumentó del 17,3 al 18,1%. Otro tanto ocurrió en el conglomerado del Gran Paraná, vinculado a la capital de la provincia de Entre Ríos, con un incremento de la cantidad de personas indigentes del 7,8 al 14,2%.

En Concordia, otra ciudad de Entre Ríos, las personas pobres representan el 50,1% de la población. Se registró un descenso de las personas pobres e indigentes en el Gran Resistencia, alrededor de la capital de la provincia del Chaco, pero subsisten índices muy elevados: 54,2% de personas pobres y 26,5% de indigentes.

Las cifras del noreste de la Argentina (NEA), una de las regiones más ricas en recursos naturales, contrastan con los promedios nacionales. La indigencia en el último semestre de 2005 se redujo en promedio a nivel país de un 13,8 a un 12,2%. En cuanto a la pobreza, a nivel nacional bajó de un 38,9 a un 33,8%, un índice que como el de la indigencia continúa siendo muy alto.

“La región del NEA es una de las más olvidadas del país. Aunque la realidad varía de una provincia a otra, la pobreza, en particular la rural, es un denominador común que se traduce en necesidades básicas insatisfechas en altísimos porcentajes, escaso acceso a la educación, trabajo infantil e importantes niveles de desnutrición”, aseguró el diario La Nación en su edición del 26 del corriente.

El Indec considera indigentes a quienes no pueden acceder a una canasta de alimentos básicos capaz de cubrir el umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Por su parte se consideran pobres a aquellas personas con necesidades básicas insatisfechas pero con capacidad de satisfacer por medio de la compra de bienes y servicios un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales.

La pobreza y la desigualdad siguen muy altas

Según los datos que divulgó el Indec a fines de 2004 había en la Argentina 15,5 millones de personas que vivían en hogares que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta básica de bienes y servicios. Ahora esa cantidad bajó a 13 millones. Esta es una cifra muy elevada considerando que la población de Argentina es de menos de 39 millones de personas.

Actualmente 3 de cada 10 argentinos no tienen dinero suficiente para comprar una canasta básica de bienes y servicios para una familia tipo (matrimonio y dos hijos) valuada en 849 pesos mensuales (283 dólares), consignó el diario Clarín.

Por su parte, el número de indigentes —la franja más pobre de habitantes, que no llega a cubrir la canasta básica de alimentos— bajó de 5,7 millones a 4,7 millones. El valor de la “canasta de indigencia” hoy es de 393 pesos para una familia tipo (131 dólares), citó Clarín.

Si se considera una familia tipo de cuatro integrantes el ingreso de las personas indigentes es menos de un dólar por día. Pero como las familias pobres son las más numerosas puede deducirse que las personas indigentes tienen menos de 70 centavos de dólar diarios para subsistir.

Aún así, la pobreza se redujo más que la indigencia. Y eso se explicaría porque la ayuda de los “planes sociales” siguió congelada, mientras que una porción importante de los asalariados obtuvo mejoras por encima de la inflación. Además el descenso de la desocupación ayudó a mejorar los ingresos de las familias de menores de recursos.

También por esa razón, la pobreza se ubica levemente por debajo de la que existía a mediados de 2001. Pero la indigencia supera a la que se registró en aquél momento.

El mapa de la pobreza en Argentina marca grandes disparidades según las regiones y ciudades. Esto es coherente con que la Argentina sea el país donde más aumentó la desigualdad en la región según el informe de las Naciones Unidas sobre la situación social en el mundo presentado en la Asamblea de la ONU en Nueva York en setiembre pasado.

Las cifras toman en cuenta la ayuda económica que reciben las familias por medio de los “planes sociales”. Sin ese subsidio, según el Indec, la indigencia treparía al 14,2% y la pobreza subiría al 34,6% a nivel país. Es decir, la ayuda estatal de 150 pesos mensuales (50 dólares) incide sobre la indigencia. Y sólo marginalmente sobre la pobreza.

Se estima que los 13 millones de pobres integran familias que contienen a 1,5 millón de desocupados, otro tanto que recibe planes sociales, una gran parte de los 4,8 millones de asalariados "en negro" y una parte de los trabajadores registrados que tiene ingresos muy bajos.

El nivel de pobreza suele asociarse al desempleo. Pero ahora una gran parte de los que trabajan “en blanco o en negro” tiene ingresos insuficientes para costear una canasta familiar, según los propios datos oficiales.

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