martes, 21 de septiembre de 2010

El quid del escepticismo inherente del ser humano.

El escepticismo es inherente al ser humano. Nacemos siendo escépticos, vivimos siendo escépticos y morimos siendo escépticos.

La única forma de superar el escepticismo es con los datos, no sólo con los verdaderos, sino también con los falsos, porque los falsos también sirven para evaluar a los verdaderos.

Un dato es verdadero mientras funcione. Si uno tiene un dato que funciona, lo mantiene hasta que encuentre otro dato que funcione mejor. Y siempre es el sentido común el que primordialmente nos tiene que guiar.

En realidad es muy simple. Nosotros nos basamos en la Doctrina del dato estable, que dice que no es necesario tener la certeza de algo, sino que basta que detenga la confusión.

Por ejemplo, si una telefonista recibe de un golpe diez llamadas, ¿qué hace?

Simplemente toma una al azar, y aunque esa llamada sea equivocada detuvo la confusión, pues ya le quedan menos llamadas para atender. ES decir que esa llamada, a pesar de estar equivocada, funcionó porque fue útil.

En una época, para mí el Psicoanàlisis era lo máximo y era mi dato estable ya que no conocía otra cosa mejor.

Cuando apareció Dianética, resultó una técnica mejor, y entonces dejé atrás el Psicoanálisis.

¿Fue una pérdida de tiempo el Psicoanálisis? No, en absoluto, porque me sirvió para evaluar mejor a Dianética.

Sin haber conocido el Psicoanálisis no hubiera podido evaluar a Dianética, porque para evaluar un dato se necesita otro dato de la misma magnitud.

Y esto lo comprobé cuando entré en Cienciología, ya que los propios cienciólogos no comprendían bien a Dianética, precisamente porque les faltaba el conocimiento del Psicoanálisis, a pesar de que se trataba de una técnica ineficaz.

Con todo esto, lo que quiero significar es que estudies el material y vayas armando el rompecabezas, fijándote si cada pieza concuerda con el resto. Y siempre guiándote por el sentido común.

Si alguna pieza no encaja, simplemente la tienes pendiente y sigues adelante. No siempre lo que nos enseñan los Maestros de Luz encajan en nuestro rompecabezas, pero en realidad es porque no lo comprendemos totalmente.

Más tarde, con nuevos datos, esa pieza que antes no encajaba ahora se acomoda perfectamente.

Yo, personalmente, tardé varios años en comprender la cuestión de los viajes en el tiempo y por más que los Maestros de Luz y el propio Eón me lo explicaba, no podía armar el rompecabezas, hasta que finalmente lo logré.

Y por supuesto que a medida que pase el tiempo y tenga nuevos datos podré armarlo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario