martes, 21 de septiembre de 2010

EL UNIVERSO DE LOS ANGELES Y LOS ESPIRITUS

Según la física cuántica, una partícula elemental es un vórtice de energía. No es que dicha energía forme un vórtice o una onda. El vórtice es la energía en sí. Pero... ¿Qué es un vórtice? Un vórtice es un movimiento energético en espiral de tres dimensiones, que llega a formar una bola giratoria de energía. Esa bola giratoria es la partícula elemental y el movimiento giratorio es lo que crea la estabilidad de la misma. Por lo tanto: una partícula elemental de materia es una bola giratoria de energía, un vórtice esférico en movimiento. Pero hay distintas vibraciones en ese vórtice y cada vibración representa una partícula distinta (un quark, un leptón, etc.) Si el movimiento ocurre a la velocidad de la luz, el vórtice deja de ser una partícula elemental para transformarse en un fotón. Según Albert Einstein, ningún cuerpo puede moverse a mayor velocidad que la de la luz, pero... ¿esa regla es también aplicable a la energía en sí? Si el movimiento del vórtice llegara a vencer esa barrera y superara la velocidad de la luz, daría origen a un tipo de energía por completo distinto, a la que llamaríamos supraenergía. La materia formada por la supraenergía estaría contenida en un universo suprafísico. Nuestra materia no llega a afectar a ningún elemento de ese mundo, pues su sustancia es completamente distinta. Su vibración es tan alta que ese supra-universo no puede captarse por nuestra realidad.
En esta realidad suprafísica hay partículas de más alta vibración, pero análogas a las partículas de la materia conocida. Hay ondas de supraenergía, análogas a las ondas de luz visible que percibimos diariamente. En conjunto, forman un mundo de una vibración más elevada, que contiene a nuestro mundo. Hay muchos universos suprafísicos en la creación. Los universos superiores engloban a los inferiores, como si fuesen esferas concéntricas.
Cada universo suprafísico es un plano espiritual distinto, siendo el nivel
1 nuestro universo físico. Los planos 2 y 3 son niveles de vibración donde moran los espíritus del error, o sea, aquellos que han desencarnado con determinado karma.
En el plano
4 se encuentran aquellos espíritus que han alcanzado un grado de Maestría. En la vibración siguiente, el plano 5, moran los espíritus que alcanzaron la máxima Luz. De todas maneras, esa altísima vibración no es garantía de nada, pues si un espíritu de Luz es invadido por el ego, aún estando en el plano 5 de vibración, puede desestabilizarse. Nadie lo expulsa de ese plano a una vibración más baja. Sucede que ante cualquier atisbo de ego, ese espíritu empalidece y la misma Luz del plano que habita "se le hace incompatible" y, en forma automática, desciende de nivel.
El plano
6 está habitado por los ángeles, mensajeros y servidores del espíritu. En el plano 7 moran las Energías Divinas y el plano 8 está habitado por los Elohim o dioses menores.
Desde ningún plano de vibración se puede captar a las entidades que moran en los planos superiores al mismo, pero sí desde cada plano se puede "ver" hacia las vibraciones inferiores. Hay dos planos de vibración más densos que el plano físico: los planos
–1 y –2, pero por una "jugarreta dimensional" no podemos percibirlos.
Tanto los espíritus Maestros como las entidades angélicas, pueden guiarnos en el camino hacia la Luz, para que tomemos conciencia de que somos espíritus en evolución.
Podemos contactarnos desde el plano físico mediante la técnica de mediumnidad. Al recibir Mensajes de Luz, dicho contacto sería una comunión de cuerpo y espíritu.

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