Todos los animales son espíritus que han encarnado en el plano físico con determinada misión. En el caso del caballo, su misión está a la vista, de modo que no hay necesidad de explayarme en esto.
Igual que los seres humanos, el espíritu de los animales encarna solamente en un 10 %, quedando su Yo Superior (90 % de espíritu) en su plano guiando a su parte encarnada.
Hemos oído relatos de caballos que llevando a un jinete se han clavado a metros de un precipicio, con la sorpresa de éste que no lo había visto.
Es el Yo Superior del caballo el que le ha advertido.
Los animales son espíritus, y cuando desencarnan se elevan de plano o descienden, igual que los seres humanos.
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