Hay una confusión en realidad con la palabra "milagro", porque según el Diccionario de la Real Academia tiene dos acepciones, siendo una de ellas "hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino" y la otra "cualquier suceso o cosa rara, extraordinario o maravillosa".
La primera acepción no es más que un disparate, porque significa una violación de las leyes naturales, algo así como si mañana cuando todos nos levantamos la Tierra girara en sentido contrario o cuando soltamos un objeto en lugar de caer se eleva.
Y si pensamos que Dios podría hacer algo así, el disparate se torna más absurdo, porque por un lado Dios crea las reglas y después las modifica. Y si las modifica, ¿Dónde está el milagro?
Gurdjieff, con la genialidad que lo caracterizaba, decía que un milagro es como si en el juego de cartas llamada "Truco", el Cuatro matara al As.
Para que esto pudiera suceder, habría que cambiar las reglas del juego, donde la carta más alta fuera el Cuatro, y la más baja, el As. ¿Y dónde está el milagro, entonces?
La única acepción posible a la palabra milagro es la segunda, es decir, suceso excepcional, pero explicable científicamente.
Por eso nosotros decimos siempre que no existen los milagros, sino hechos científicos ignorados.
En cuanto a la resurrección de Lázaro, en realidad no estaba muerto porque la verdadera muerte es la muerte cerebral o encefálica, ya que la detención de las funciones cardíacas y respiratorias no significa el fin de la vida porque puede haber resucitación.
Cuando sobreviene la muerte cerebral, el 10 % de espíritu encarnado se retira definitivamente del vehículo físico y ya no puede volver a él, pero si el cerebro está intacto, puede volver a él aunque haya un paro del corazón y los pulmones si se le practica la técnica de resucitación a tiempo.
Por si quieres ampliar esto que te explico te copio los diálogos que he mantenido con los Maestros de Luz e incluso con el propio Eón.
Interlocutor: . Aquí tengo una pregunta que muchos consultantes me hicieron: "El cuerpo de Lázaro, cuando lo resucitó Jesús, ¿estaba en estado de descomposición?".
Ron Hubbard: No, no estaba en estado de descomposición, pues de lo contrario no hubiera podido ser resucitado.
Interlocutor: Ahora bien, desde el punto de vista espiritual, ¿cuál es la muerte irreversible, es decir, aquella que producida no admite ningún tipo de resurrección?
Ron Hubbard: La muerte donde no hay retorno es la muerte cerebral.
Interlocutor: ¿No la cardiovascular?
Ron Hubbard: No, la cardiovascular no, la cerebral. Cuando tú ves por televisión esas series donde el monitor cardiológico queda en línea plana.
Interlocutor: ¿Es pura ficción?
Ron Hubbard: No, no, está bien. Al paciente lo pueden dar por muerto pero lo pueden reanimar con shocks eléctricos, siempre que el cerebro esté aún vivo, de lo contrario no.
Interlocutor: ¿A partir de qué momento Lázaro no podría ser resucitado ni siquiera por el Absoluto?
Ron Hubbard: A partir del momento en que su cerebro estuviera destruido... En algún momento tú te referiste a la crionización.
Interlocutor: Sí, lo recuerdo.
Ron Hubbard: Bien. En la crionización, aunque el cuerpo esté aparentemente muerto, mientras el cerebro se mantenga intacto, con sus neuronas congeladas pero sin ningún deterioro, si en el futuro hay técnicas de reanimación -que las va a haber- puede volver a encarnar el mismo 10 %, porque este 10 %, que tiene recuerdos de la última vida, encaja, como si fueran piezas de un rompecabezas, con las neuronas, que en el plano físico también son depósitos de memoria.
Interlocutor: ¿No podría tomarlo otro espíritu?
Ron Hubbard: No podría tomarlo otro espíritu porque no tendría la misma memoria. Entonces, mientras esa materia siga viva, el único espíritu que lo puede tomar es el original.
Interlocutor: ¿Es lo que sucedió con Jesús y con Lázaro? Me refiero al hecho de que sus cerebros estaban intactos y por eso se pudo efectuar la resurrección.
Ron Hubbard: En el caso de Lázaro, el tiempo que estuvo "muerto" fue breve y por eso Jesús lo pudo resucitar.
Interlocutor: Creo haber leído en algún lado que Lázaro ya había entrado en putrefacción.
Ron Hubbard: Eso descártalo por completo. Es completamente absurdo. No hay nadie que pueda alterar las leyes del plano físico.
Interlocutor: ¿Ni siquiera el Absoluto?
Ron Hubbard: Ni siquiera el Absoluto, porque eso estaría en contra de sus propias leyes. Si lo hiciera se estaría contradiciendo a sí mismo, lo cual sería un absurdo.
Interlocutor: ¿Y en el caso de Jesús?
Ron Hubbard: En el caso de Jesús, sí transcurrió más tiempo.
Interlocutor: ¿Pero el cerebro estaba intacto cuando lo resucitaron?
Ron Hubbard: En este momento me está dictando Johnakan. Y es una primicia. El cerebro de Jesús se conservó durante más tiempo porque el Maestro ya había estado en contacto con los extraterrestres -en lo que la Biblia denomina la Transfiguración- y al estar radiactivo hubo como un cambio genético en su cuerpo que le permitió durar muchísimas horas intacto.
Interlocutor: ¿Esa misma radiación que posteriormente le fue aplicada para resucitarlo?
Ron Hubbard: Así es. Esto que digo es importante para completar lo que tienes ya escrito sobre la resurrección del Maestro.
Interlocutor: Salvando las distancias, por supuesto, nuestros médicos también resucitan.
Ron Hubbard: Claro, pero el decir que los médicos resucitan no es del todo correcto, porque se trata de una muerte aparente.
Interlocutor: Entonces los extraterrestres tampoco resucitan.
Ron Hubbard: En realidad no, porque se trata, como dije, de una muerte aparente.
Interlocutor: ¿Entonces las resurrecciones de Jesús y de Lázaro son resurrecciones aparentes?
Ron Hubbard: Desde cierto punto de vista, así es. En realidad, fueron verdaderas resurrecciones si tenemos en cuenta que en la Tierra no las pueden hacer porque no hay técnicas para resucitar a una persona.
Fíjate que en los hospitales, por casos mucho menores, ya directamente al segundo shock eléctrico que el corazón no reacciona los médicos dicen: "Bueno, ya fue", para emplear una frase muy común del plano físico.
Pero con técnicas superiores, donde reemplazan los shocks eléctricos por shocks radiactivos, el corazón puede reanimarse perfectamente mientras el cerebro y sus neuronas estén, en un altísimo porcentaje, en buenas condiciones.
Interlocutor: Concretando, entonces, es imposible, una vez destruido el cerebro, la resurrección.
Ron Hubbard: Así es.
Interlocutor: ¿No se puede reparar en absoluto el cerebro destruido?
Ron Hubbard: No, porque hay zonas neuronales que son depósitos de memoria, de recuerdos. Eso es "virtual". Y aunque hubiera técnicas para reparar esos tejidos, ¿cómo encastras otra vez los recuerdos?
Interlocutor: ¿La persona se transformaría en un zombis?
Ron Hubbard: Podría quedar como descerebrado, para aplicar un término de ustedes. Fíjate que en una oportunidad tú debatías con este receptáculo sosteniendo que el cerebro era una máquina.
Interlocutor: Sí, fue hace poquito.
Ron Hubbard: Bien, ahora te demuestro que no es así, porque así como el 10 %, cuando desencarna guarda memoria de toda la última vida y la incorpora al otro 90 % de todas la vidas anteriores, la materia también guarda memoria mientras vive.
Y la prueba de esto está en que si tú a un ser humano le pudieras hacer un trasplante de cerebro, el espíritu no quedaría con ese cuerpo sino que iría con el cerebro, porque el espíritu sigue a la memoria.
Lo traduzco mejor: sujeto A-cerebro A, sujeto B-cerebro B, 10 % A-10 % B (hablamos de 10 % de espíritu).
Bien, si al sujeto A le ponen el cerebro del sujeto B y al sujeto B le ponen el cerebro del sujeto A, el 10 % de A va a estar con el sujeto B, pero con el cerebro A porque el espíritu siempre va a seguir al cerebro. Y el 10 % de B va a estar con el sujeto A pero con el cerebro B, por la misma razón, es decir porque el espíritu siempre va a seguir al cerebro, no al cuerpo.
Si el cerebro fuera una máquina, el 10 % no necesitaría seguirlo.
Interlocutor: Entiendo. ¿Y dónde se alojaría ese 10 % en el otro sujeto?¿Acaso ahora en el cerebro?
Ron Hubbard: Ya hemos dicho que el 10 % de espíritu encarnado se aloja virtualmente en el chakra cardíaco. Por eso cuando nosotros estamos encarnados, al decir la palabra yo nos tocamos instintivamente este chakra.
En el chakra cardíaco, entonces, está alojado el núcleo de ese 10 %, que en realidad no es el núcleo, porque no existe un núcleo, pero lo denomino así para llamarlo de alguna manera entendible.
En caso de un hipotético trasplante de cerebro, el 10 % se alojaría en el chakra cardíaco del otro cuerpo.
Interlocutor: ¿Se podría llegar algún día a hacer un trasplante de cerebro o es directamente imposible?
Ron Hubbard: El transplante de cerebro, en realidad, es una utopía total porque cada cerebro "maneja" el cuerpo de una forma determinada, por ejemplo tus manos, tus dolencias, tus tics, y de repente si el cerebro de este receptáculo se trasladara a tu cuerpo y tu cerebro se trasladara a este receptáculo, ninguno de los dos encajaría, primero porque las masas encefálicas no son iguales, y segundo porque las redes neuronales y los tejidos tampoco encajarían. No es algo como los chips de un televisor que son intercambiables.
Aparte, tú de bebé aprendiste a mover los dedos porque tu cerebro encajó con tus terminales nerviosas.
Interlocutor: Entendí perfectamente.
Ron Hubbard: Esto demuestra que estando encarnado el espíritu, el organismo no es una máquina sino que tiene vida. Por ejemplo, cada siete años se regeneran las células. El cerebro es también un depósito de memoria.
Interlocutor: En síntesis, el cerebro está interrelacionado con todo el organismo físico y por lo tanto un cerebro trasplantado a otro cuerpo no podría ser interrelacionado con ese otro organismo. Esto está claro, ¿pero entonces cómo es posible el trasplante de corazón?
Ron Hubbard: Porque el corazón es un músculo.
Interlocutor: Entiendo. ¿Aquí en la Tierra se hizo alguna vez el experimento de trasplantar un cerebro?
Ron Hubbard: Sí, en la Alemania Nazi, pero no han logrado absolutamente nada. Ni siquiera lo menciones.
Sesión del 4/3/03
Interlocutor: Tengo un interrogante... En este momento me viene a la mente el caso de Lázaro, que fue resucitado por el Maestro Jesús estando literalmente muerto. La pregunta es si hay cierta flexibilidad en las reglas.
Eón: Esa persona pudo ser resucitada porque no era su tiempo de desencarnar. De lo que se trata, generalmente, es de que no se viole el libre albedrío, ya que esto también implica que cada ser encarnado tiene que cumplir su ciclo.
En el caso de Lázaro, es obvio que si este amado Maestro ha logrado que siga en el plano físico, lo pudo hacer porque no era el tiempo de que pasara al plano espiritual.
Interlocutor: ¿Hubo alguna autorización o petición del Maestro a la Energía Crística antes de resucitar a Lázaro o lo autorizó directamente usted?
Eón: Sí, hubo una petición, y ante las circunstancias la Energía Crística consideró que ya estaba dada mi autorización implícita. Lo que ocurre es que estaba dentro de las probabilidades el que esa persona siga en el plano físico.
Hay elasticidad, pero es importante que, en general, las cosas sigan su curso. Cuando hay alguna alteración es porque, en el fondo, hay una posibilidad de evaluación y, por tanto, de modificación.
Pero todo está dentro del libre albedrío, como, por ejemplo, el evitar un accidente, el salvar una vida a nivel médico, o el corregir determinada enfermedad para que un paciente sane.
No se están violando las reglas en el sentido de que se pueda pensar que se cortó el libre albedrío al curar a una persona impidiéndole desencarnar. Simplemente había alternativas y se eligió una de ellas.
Interlocutor: Está perfectamente claro.
Se denominan "milagros" a los hechos científicos que en determinada época de la historia se desconoce cómo se hacen.
Por ejemplo, Jesús resucitó a Lázaro. Esto fue un milagro para esa época. Hoy, ese milagro lo hacen a diario los enfermeros más brutos de cualquier hospital de la Tierra.
Por eso, Jesús dijo a sus discípulos que "cosas más grandes que las que yo he hecho haréis".
No hagas caso, por supuesto, sobre lo que dice la Biblia de que el cuerpo de Lázaro estaba en putrefacción, porque eso fue agregado por los evangelistas para agrandar la figura del Maestro Jesús, ¡cómo si lo necesitara!
Un milagro, como violación de las leyes naturales no podría hacerlas ni siquiera el propio Absoluto.
Por ejemplo, en el juego de cartas llamado Truco, Dios no puede hacer que el cuatro mate al As, porque para ello tendría que cambiar las reglas del juego, en cuyo caso no sería nada extraordinario porque cualquiera podría hacerlo.
Claro que Dios podría hacer que alguien tire una piedra y en lugar de que caiga hacia abajo se eleve. Pero esto no sería un milagro sino una modificación de la ley de gravedad por él creada.
Obviamente, Dios no haría una cosa así, porque el Absoluto hace las leyes y luego él mismo se somete a ellas
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