domingo, 5 de septiembre de 2010

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA

Es necesario saber que la humanidad vive con la conciencia dormida. Las gentes trabajan soñando. Las gentes andan por las calles soñando, las gentes viven y mueren soñando.

Cuando hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo vive dormido, comprendemos la necesidad de despertar. Necesitamos el despertar de la conciencia. Queremos el despertar de la conciencia.

FASCINACIÓN

La causa del sueño profundo en que vive la humanidad es la fascinación.

Las gentes están fascinadas por todas las cosas de la vida.

Las gentes se olvidan de sí mismas porque están fascinadas. El borracho en la cantina está fascinado por el alcohol, el local, el placer, los amigos y las mujeres. La mujer vanidosa está fascinada ante el espejo por el encanto de sí misma. El rico avaro está fascinado por el dinero y las propiedades. El obrero honrado está fascinado en la fábrica por el duro trabajo. El padre de la familia está fascinado en sus hijos. Todos los seres humanos están fascinados y sueñan profundamente.

Cuando manejamos un coche nos asombramos al ver a las gentes arrojarse sobre las avenidas y calles sin importarles el peligro de los coches. Otros se lanzan francamente bajo las ruedas de los automóviles. Pobres gentes... andan dormidas.., parecen sonámbulas, andan soñando con peligro para sus propias vidas. Cualquier clarividente puede verles sus sueños. Las gentes sueñan en todo aquello que las tiene fascinadas.

EL SUENO

Durante el sueño, el Ego se escapa del cuerpo físico. Esta

salida del Ego es necesaria para que el cuerno vital pueda re-

parar el cuerno físico. En los mundos internos el Ego anda so-

ñando. Realmente podemos asegurar que el Ego se lleva sus

sueños a los mundos internos. En los mundos internos el Ego

se ocupa de las mismas cosas que lo tienen fascinado en el fí-

sico. Así vemos al carpintero durante el sueño en su carpinte-

ría, al policía cuidando calles, al peluquero en la peluquería,

al herrero en su herrería, al borracho en la taberna o cantina,

a la prostituta en la casa de sus placeres, entregada a la luju-

ria, etc., etc. Viven todas esas gentes en los mundos internos

como si estuvieran en el mundo físico. A ningún viviente se le

ocurre preguntarse a sí mismo durante el sueño si está en el

mundo físico o en el astral. Los que se han hecho semejante

pregunta durante el sueño, han despertado en los mundos in-

ternos, entonces con asombro han podido estudiar todas las

maravillas de los mundos superiores. Sólo acostumbrándonos

a hacemos semejante pregunta de instante en instante durante

el estado llamado de vigilia podemos llegar a hacernos seme-

jante pregunta en los mundos superiores durante las horas en-

tregadas al sueño. Es claro que durante el sueño repetimos

todo lo que hacemos durante el día; si durante el día acos-

tumbramos a hacernos esta pregunta, durante el sueño noc-

turno, estando fuera del cuerpo, resultaremos repitiéndonos la

misma pregunta. El resultado será el despertar de la concien-

cia.

RECORDARSE A SI MISMO

El ser humano fascinado no se acuerda de sí mismo. No-

sotros debemos auto-recordarnos a nosotros mismos de ins-

tante en instante. Necesitamos auto-recordarnos en presencia

de toda representación que pueda fascinarnos. Detengámonos

ante toda representación y preguntémonos a nosotros mis-

mos: ¿Dónde estoy? ¿Estaré en el plano físico? ¿Estaré en el

plano astral? Luego dad un saltito con la intención de flotar en

el ambiente circundante. Es lógico que si flotáis es porque es-

táis fuera del cuerpo físico. El resultado será el despertar de la

conciencia. El objetivo de esta pregunta a cada instante, a ca-

da momento, es hacer que se grabe en el subconsciente para

que actúe después durante las horas entregadas al sueño en

horas en que realmente el Ego se halla fuera del cuerpo físico.

Sabed que en el astral las cosas se ven tal como aquí en el

plano físico. Las gentes durante el sueño y después de la

muerte ven todo allí en forma tan igual al mundo físico que ni

siquiera sospechan por ello hallarse fuera del cuerpo físico.

Ningún difunto cree jamás haber muerto, está fascinado y sueña profundamente. Si los difuntos hubieran durante la vidahecho la práctica de recordarse a si mismos de instante en instante, si hubieran luchado contra la fascinación de las cosas

del mundo, el resultado sería el despertar de la conciencia.

Entonces no soñarían, andarían en los mundos internos con la

conciencia despierta. Quien despierta la conciencia puede es-

tudiar, durante las horas del sueño, todas las maravillas de los

mundos superiores. Quien despierta la conciencia se vuelve

clarividente. Quien despierta la conciencia vive en los mundos

superiores como un ciudadano del cosmos totalmente des-

pierto. Entonces convive con los grandes Hierofantes de la Lo-

gia Blanca.

  • Quien despierta la conciencia ya no puede soñar aquí en
  • este plano físico, ni tampoco en los mundos internos. Quien

    despierta la conciencia deja de soñar. Quien despierta la con-

    ciencia se convierte en un investigador competente de los

    mundos superiores. Quien despierta la conciencia es un ilumi-

    nado. Quien despierta la conciencia puede estudiar a los pies

    del Maestro. Quien despierta la conciencia puede platicar fa-

    miliarmente con los Dioses que iniciaron la aurora de la crea-

    ción. Quien despierta la conciencia puede recordar sus

    innumerables retornos. Quien despierta la conciencia asiste

    conscientemente a sus propias iniciaciones cósmicas. Quien

    despierta la conciencia puede estudiar en los templos de la

    gran Logia Blanca. Quien despierta la conciencia puede saber

    en los mundos superiores como se encuentra la evolución de

    su Kundalini. Todo Matrimonio Perfecto debe despertar la

    conciencia para recibir la guía y dirección de la Logia Blanca.

    En los mundos superiores, los Maestros guiarán sabiamente a

    todos aquellos que realmente se aman. En los mundos supe-

    flores los Maestros entregan a cada cual lo que necesite para

    su desarrollo interior.

    SAMAEL AUN WEOR

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