Es necesario saber que la humanidad vive con la conciencia dormida. Las gentes trabajan soñando. Las gentes andan por las calles soñando, las gentes viven y mueren soñando.
Cuando hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo vive dormido, comprendemos la necesidad de despertar. Necesitamos el despertar de la conciencia. Queremos el despertar de la conciencia.
FASCINACIÓN
La causa del sueño profundo en que vive la humanidad es la fascinación.
Las gentes están fascinadas por todas las cosas de la vida.
Las gentes se olvidan de sí mismas porque están fascinadas. El borracho en la cantina está fascinado por el alcohol, el local, el placer, los amigos y las mujeres. La mujer vanidosa está fascinada ante el espejo por el encanto de sí misma. El rico avaro está fascinado por el dinero y las propiedades. El obrero honrado está fascinado en la fábrica por el duro trabajo. El padre de la familia está fascinado en sus hijos. Todos los seres humanos están fascinados y sueñan profundamente.
Cuando manejamos un coche nos asombramos al ver a las gentes arrojarse sobre las avenidas y calles sin importarles el peligro de los coches. Otros se lanzan francamente bajo las ruedas de los automóviles. Pobres gentes... andan dormidas.., parecen sonámbulas, andan soñando con peligro para sus propias vidas. Cualquier clarividente puede verles sus sueños. Las gentes sueñan en todo aquello que las tiene fascinadas.
EL SUENO
Durante el sueño, el Ego se escapa del cuerpo físico. Esta
salida del Ego es necesaria para que el cuerno vital pueda re-
parar el cuerno físico. En los mundos internos el Ego anda so-
ñando. Realmente podemos asegurar que el Ego se lleva sus
sueños a los mundos internos. En los mundos internos el Ego
se ocupa de las mismas cosas que lo tienen fascinado en el fí-
sico. Así vemos al carpintero durante el sueño en su carpinte-
ría, al policía cuidando calles, al peluquero en la peluquería,
al herrero en su herrería, al borracho en la taberna o cantina,
a la prostituta en la casa de sus placeres, entregada a la luju-
ria, etc., etc. Viven todas esas gentes en los mundos internos
como si estuvieran en el mundo físico. A ningún viviente se le
ocurre preguntarse a sí mismo durante el sueño si está en el
mundo físico o en el astral. Los que se han hecho semejante
pregunta durante el sueño, han despertado en los mundos in-
ternos, entonces con asombro han podido estudiar todas las
maravillas de los mundos superiores. Sólo acostumbrándonos
a hacemos semejante pregunta de instante en instante durante
el estado llamado de vigilia podemos llegar a hacernos seme-
jante pregunta en los mundos superiores durante las horas en-
tregadas al sueño. Es claro que durante el sueño repetimos
todo lo que hacemos durante el día; si durante el día acos-
tumbramos a hacernos esta pregunta, durante el sueño noc-
turno, estando fuera del cuerpo, resultaremos repitiéndonos la
misma pregunta. El resultado será el despertar de la concien-
cia.
RECORDARSE A SI MISMO
El ser humano fascinado no se acuerda de sí mismo. No-
sotros debemos auto-recordarnos a nosotros mismos de ins-
tante en instante. Necesitamos auto-recordarnos en presencia
de toda representación que pueda fascinarnos. Detengámonos
ante toda representación y preguntémonos a nosotros mis-
mos: ¿Dónde estoy? ¿Estaré en el plano físico? ¿Estaré en el
plano astral? Luego dad un saltito con la intención de flotar en
el ambiente circundante. Es lógico que si flotáis es porque es-
táis fuera del cuerpo físico. El resultado será el despertar de la
conciencia. El objetivo de esta pregunta a cada instante, a ca-
da momento, es hacer que se grabe en el subconsciente para
que actúe después durante las horas entregadas al sueño en
horas en que realmente el Ego se halla fuera del cuerpo físico.
Sabed que en el astral las cosas se ven tal como aquí en el
plano físico. Las gentes durante el sueño y después de la
muerte ven todo allí en forma tan igual al mundo físico que ni
siquiera sospechan por ello hallarse fuera del cuerpo físico.
Ningún difunto cree jamás haber muerto, está fascinado y sueña profundamente. Si los difuntos hubieran durante la vidahecho la práctica de recordarse a si mismos de instante en instante, si hubieran luchado contra la fascinación de las cosas
del mundo, el resultado sería el despertar de la conciencia.
Entonces no soñarían, andarían en los mundos internos con la
conciencia despierta. Quien despierta la conciencia puede es-
tudiar, durante las horas del sueño, todas las maravillas de los
mundos superiores. Quien despierta la conciencia se vuelve
clarividente. Quien despierta la conciencia vive en los mundos
superiores como un ciudadano del cosmos totalmente des-
pierto. Entonces convive con los grandes Hierofantes de la Lo-
gia Blanca.
este plano físico, ni tampoco en los mundos internos. Quien
despierta la conciencia deja de soñar. Quien despierta la con-
ciencia se convierte en un investigador competente de los
mundos superiores. Quien despierta la conciencia es un ilumi-
nado. Quien despierta la conciencia puede estudiar a los pies
del Maestro. Quien despierta la conciencia puede platicar fa-
miliarmente con los Dioses que iniciaron la aurora de la crea-
ción. Quien despierta la conciencia puede recordar sus
innumerables retornos. Quien despierta la conciencia asiste
conscientemente a sus propias iniciaciones cósmicas. Quien
despierta la conciencia puede estudiar en los templos de la
gran Logia Blanca. Quien despierta la conciencia puede saber
en los mundos superiores como se encuentra la evolución de
su Kundalini. Todo Matrimonio Perfecto debe despertar la
conciencia para recibir la guía y dirección de la Logia Blanca.
En los mundos superiores, los Maestros guiarán sabiamente a
todos aquellos que realmente se aman. En los mundos supe-
flores los Maestros entregan a cada cual lo que necesite para
su desarrollo interior.
SAMAEL AUN WEOR
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