En México, en la Basílica de Guadalupe, se conserva una pintura con la imagen de la Virgen. Los análisis realizados sobre esta venerada reliquia han arrojado resultados sorprendentes en distintos aspectos, siendo el más notable el enigma que guardan sus ojos.
En 1929, Alfonso Marcué, fotógrafo oficial de la vieja basílica de Guadalupe, descubría en una fotografía en blanco y negro algo que lo dejó perplejo: en los ojos de la Virgen aparecía el rostro de un hombre con barba. Este descubrimiento estuvo oculto por 22 años en razón de que los religiosos lo obligaron a no divulgar el hecho. Más tarde, el dibujante Carlos Salinas, el 29 de mayo de 1951, descubrió en las pupilas de la imagen un busto humano.
A partir de entonces numerosos médicos y oftalmólogos examinaron la tela y llegaron a la misma conclusión. Uno de ellos, el Dr. Javier Torroella Bueno, prestigioso médico oftalmólogo mexicano, el 27 de marzo de 1956, certificó la presencia del triple reflejo (Efecto de Sanson-Purkinje) característico de todo ojo humano normal vivo, afirmando que las imágenes resultantes se ubican exactamente donde deberían estar según el citado efecto, y también que la distorsión de las imágenes concuerda perfectamente con la curvatura de la córnea. Incluso, en 1979, el profesor José Aste Tonsmann, miembro del Centro Científico de IBM) digitalizó y amplió las fotografías de los ojos descubriendo las figuras de varios personajes.
No soy religioso ni tampoco crédulo, pero los dictámenes positivos de tantos profesionales que examinaron la tela me han dejado sumido en profunda perplejidad.
¡Combustión "espontánea" de seres humanos, imágenes religiosas que lloran, sangre seca de los Santos que se licua, apariciones de la Virgen, figuras de guerreros reflejadas en el Cielo, lobisones, serpientes marinas, monstruos lacustres, estigmas religiosos, Anticristo, Juicio Final, Infierno Eterno...! ¿Hasta cuándo vamos a inventar tonterías? ¡No hay más enigmas que los que en nuestra ignorancia inventamos!
En el caso de los ojos de la Virgen de Guadalupe, no hay nada allí misterioso ni anormal, salvo lo que quisieron ver los que investigaron la tela. Lo único que podemos aducir en su defensa es que, como siempre sucede en materia religiosa, fueron influenciados, para que inconscientemente den un dictamen falso, por los espíritus del Error, es decir, aquellos que moran o habitan en los planos suprafísicos 2 y 3, cuya finalidad principal es confundirnos.
Cualquier ser humano puede ser influenciado, tanto por espíritus del Error, siempre para mal, como por entidades de Luz, siempre para bien. La forma, obviamente, no es con susurros "en las orejas" sino mediante la fijación de ideas en nuestro cuerpo de Deseos o Emocional, que después, al llevarlas a cabo en el plano físico, ingenuamente creemos que las originamos nosotros. Se podría decir que solamente podemos atribuirnos un 20 % de las ideas, porque el 80 % son influenciadas desde los planos suprafísicos o espirituales.
Una de las pruebas más difíciles en el plano físico es reconocer de dónde provienen nuestras ideas, es decir, si de los planos del Error o de los planos de Luz. Si nos equivocamos, podemos llegar hasta descender, como espíritus, de nivel, y más aún si arrastramos a otros con nuestros errores. Ningún acto que realizamos en el plano físico es gratuito, todos tienen una consecuencia, favorable o desfavorable para nosotros y nuestro entorno.
No hay que olvidarse, asimismo, que los espíritus del Error, haciendo foco, además de mover objetos pueden modificarlos en pequeña medida, como ha sucedido con la pintura de la Virgen, que, reitero, no pasa de ser en su origen una pintura común.
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