La ceremonia maya es un medio para saturarse de energía positiva, para limpiarse de energías negativas, y para pedir bienestar, salud, trabajo y sabiduría en momentos difíciles de la existencia.
La ceremonia maya, constituye un elemento fundamental de la identidad cultural maya, es una practica de religiosidad y la espiritualidad de los mayas, es una actividad sagrada a través de la cual el ser humano busca acercarse para tener contacto y comunicación con el Ser Supremo, el Creador del Cielo y de la Tierra.
Se lleva a cabo con objetivos muy concretos, ya sea para inaugurar y celebrar fechas importantes, rendir ofrendas como muestra de agradecimiento, para pedir bienestar, salud, trabajo y sabiduría en momentos difíciles de la existencia. Para saturarse de energía positiva, para limpiarse de energías negativas, etc.
Esta actividad religiosa es practicada en los denominados centros ceremoniales o “ALTARES MAYAS” que han sido edificados como lugares sagrados tales como los cerros y otros lugares considerados vestigios de los antiguos mayas.
Pero en realidad puede ser cualquier sitio porque la naturaleza se considera como sagrada dentro de la cosmovisión maya, por ello, cuando una persona así lo requiere, también puede celebrarse en lugares específicos como la casa, en el local de instituciones, en los sembrados, etc.
La celebración de una Ceremonia Maya, cualquiera que sea el motivo, es dirigida por un sacerdote maya o sacerdotisa maya, que es el guía espiritual o ajq ij, quien define la fecha más adecuada para llevarla a cabo tomando en cuenta el cargador o energía del día, para ello consulta el calendario maya sagrado.
El ajq ij se encarga de recomendar los materiales a utilizar y las ofrendas a presentar en el ceremonia; las condiciones físicas, emocionales y espirituales en que las personas deben asistir a la actividad también son determinantes para que el ofrecimiento sea bien aceptado.
Uno de los elementos fundamentales en toda ceremonia maya es el fuego que se desprende del incienso, el copal, el azúcar, las velas de colores, flores y muchos otros materiales que se queman durante la ceremonia a través de la llama que se desprende de él, su color intenso, su volumen, su dirección, su duración y las chispas, los abuelos y el Ser Supremo se manifiestan y se comunican con el guía espiritual.
De esa forma ese guía se convierte como el interprete para transmitir la situación actual y el devenir de las personas, comunidades o instituciones a través de tiempo recomendando al mismo tiempo inteligencia, prudencia, y constancia para afrontar de la mejor manera los problemas del presente y del futuro.
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