domingo, 21 de noviembre de 2010

PROYECTO DEL ESCORIAL

En el proyecto original de El Escorial ya estaban planificadas las salas de evacuación, tan necesarias en cualquier construcción. Cada zona del monasterio, fuera convento, palacio o seminario, disponía de las suyas.
Un caño principal llegaba a cada una de las salas de evacuación y de la fuente de la escalera principal partía un desaguadero que las limpiaba y vaciaba. Disponía de asientos similares a nuestros inodoros actuales y la gravedad hacía su labor para que todo acabara en depósitos subterráneos o en cursos de agua que acababan arrastrando las inmundicias 
Felipe II
Felipe II
La entrada al monasterio estaba muy restringida en general, pero en el caso concreto de los aposentos reales el acceso era complicado incluso para los colaboradores más cercanos al monarca. Ninguno de ellos podía presentarse a despachar con el rey si este no lo había ordenado por escrito. El rey “no se comunicaba fácilmente, ni le hablaba ninguno, por principal que fuese, sino el que después de muchas instancias lo pedía, concediéndosele por gracia y notable favor”.
La distancia a respetar también era estricta: “tenía cierto término y raya de donde no había de pasar el privado jamás, y en llegando a ella parecía caer”. Como vemos, no era fácil tener acceso presencial al rey, pero cuando esto se conseguía seguía existiendo una distancia insalvable entre monarca y súbditos, por muy principales que estos fueran.

La elección de la ubicación

¿Por qué El Escorial en el sitio en el que está? Se cuenta que hubo una comisión de expertos multidisciplinar (filósofos, arquitectos, canteros, médicos…) que se ocupa de designar el lugar de la ubicación del monasterio. Hay otros autores que no citan esta comisión y ponen tal responsabilidad en el propio rey y en los jerónimos.
Hay leyendas que hablan del lugar como centro mágico y hasta de puerta del mismo infierno. Pero no sólo eso, también se dice que durante la primera visita al lugar del prior del nuevo monasterio, acompañado de otros importantes personajes, tuvo lugar una importante ventolera que arrancó el vallado. Este hecho se tomó como una muestra de que el lugar ocultaba algo especial e incluso que el mal se molestaba por usar aquel lugar para tan ilustre obra.
Eti

Reseña en Hislibris

Hace ya un tiempo de la publicación en Hislibris de la reseña correspondiente a Vivir en El Escorial, pero aún no nos habíamos hecho aquí de la opinión allí expuesta. El autor de la misma, por cierto, ha residido durante muchos años en El Escorial, lo que aporta aún más valor a la reseña.
Nos narra el día a día en la vida no solo del elemento frío de la arquitectura magna, sino la vida caliente y emocionante de sus constructores, arquitectos, monjes, gentes de los pueblos de los alrededores, y el día a día de estas personas, como vivían, trabajaban y anhelaban un futuro mejor. Una obra viva donde las haya, no un helado elemento helado como las heladas piedras de cualquier santuario. Y este efecto revitalizador que le imprime el autor produce el efecto deseado, resucitar los elementos arquitectónicos del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial  
Siendo alcalde mayor de la villa de El Escorial el licenciado Luis Muñoz, hubo un problema con unos canteros que le costó un disgusto. No se sabe muy bien porqué, un cantero vizcaíno y otros tres, fueron encarcelados. Uno de ellos se escapó y se refugió en una iglesia de la que finalmente lo sacó el alcalde mayor para encarcelarlo de nuevo.
Ordenó que se prepararan unos asnos para llevarlos a azotar como castigo. Los oficiales canteros, compañeros del vizcaíno, se rebelaron frente a una pena que consideraban humillante para un hidalgo. Se juntaron después de repicar campanas y llamar a los compañeros los suficientes como para levantar una bandera con capitán, como si fueran una compañía de tercios. Tal se puso la cuestión que consiguieron que se liberaran a los presos y mantuvieron en vilo a los responsables de la obra durante unas hor

 Los destajero

Destajeros
DestajerosLos destajos eran parte de la obra que mediante concurso se concedían o encargaban a un maestro. Las condiciones del trabajo estaban muy cerradas y definidas por los aparejadores. Los destajeros presentaban su oferta para llevar a cabo el trabajo a un precio concreto.
Una vez aceptada una oferta, el destajero quedaba garantizado mediante unas fianzas y comenzaba a trabajar. De su cuenta corría llevar al cabo el trabajo, que además era supervisado, de acuerdo a lo pedido. En ocasiones, los aparejadores incumplían con su responsabilidad y se inclinaban por una opción que no era la mejor.

Galería de El Escorial

En la sección de Galerías podéis ver imágenes de la temática asociada a cada libro. Por supuesto, también El Escorial tiene su apartado. Os invitamos a compartir vuestras fotos con nosotros.
 

Árbol genealógico de Felipe II

Publicado por BcH el May 19, 2010 en El EscorialFelipe II
Árbol genealógico de Felipe II
Árbol genealógico de Felipe II
 

El peligroso trabajo

Publicado por BcH el May 16, 2010 en ConstrucciónEl Escorial
Accidentes
Accidentes
Los riesgos de trabajar en una obra como El Escorial eran muchos y los accidentes estaban a la orden del día. Tenemos muchos ejemplos perfectamente documentados y registrados. Por ejemplo, el caso de Juan Manzano, carpintero, que cayó de un andamio y “se hizo mil pedazos”. Su viuda cobró 2 reales durante al menos 20 años por aquella desgracia.
Otro carpintero se cayó también de un andamio, aunque tuvo más suerte y sólo quedó manco y sordo. Pedro de Ávila o un carpintero de San Martín de Valdeiglesias también murieron por caídas. Hasta algún fraile tuvo la mala suerte de sufrir un accidente en las obras.
Hay casos extremos en los que la muerte llega incluso sin accidente de por medio. Pedro de Avendaño tenía una grúa trabajando en la Torre de la Enfermería. Cuando la grúa se vino abajo hiriendo a dos oficiales, la pena se adueño del buen hombre. El daño hecho a aquellos hombres, la pérdida de la máquina y el no poder cumplir con su contrato le hicieron caer enfermo y finalmente morir.

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